Según fuentes autorizadas, y tras una intensa búsqueda, efectivos de la Guardia Civil adscritos a la UCO, Unidad de Cocodrilos Omnipresentes, han localizado al reptil que ha caudado alarma en los últimos días en dependencias del palacio de La Moncloa, donde parece tener su hábitat natural. El espécimen pertenece a la familia de los saurópsidos sanchessimus y es común encontrarlo en lugares oscuros, preferentemente húmedos y al abrigo de miradas no deseadas. Suele hacer sus nidos con papel de BOE, alimentándose de constitucionalistas. Durante el interrogatorio, el saurio dijo que su único delito consistía en haberse saltado la cuarentena traspasando los límites entre comunidades autónomas. Tras tomarle declaración, el cocodrilo quedó a disposición judicial aunque es difícil que acabe compareciendo en un juzgado porque la Fiscalía ha manifestado su intención de recurrir ante cualquier acción legal que pudiera presentarse en su contra.
Uno de los responsables de la localización del bicho, que por razones obvias prefiere permanecer en el anonimato, no sea que le pase lo que a Pérez de los Cobos, ha dicho a este periodista que no fue complicado seguirle el rastro. “Nos basamos en las abundantes lágrimas de cocodrilo que vierte a diario en sus comparecencias dejando a su paso un visible reguero de vómitos. No suyos, cuidado, si no de aquellos que lo escuchan”. Las reacciones ante la espectacular acción de la Benemérita no se han hecho esperar. Muchos de los reptiles que apoyan al cocodrilo han empezado a mover sus lenguas bífidas, amenazando con morder a quien ose cuestionar a su compañero reptil. Asimismo, serpientes conocidas, como la etarra, han manifestado su solidaridad ante lo que califican como una acción represora más de las cloacas del Estado, mientras que diferentes grupos de batracios y viborillas se han mostrado en contra de lo que han llamado injusta persecución del cocodrilismo empoderado. “Si un cocodrilo no puede circular libremente es por culpa del heteropatriarcado”, ha declarado una de las mencionadas víboras.
“Si cuando Ábalos atendió gentil y amablemente como corresponde a una persona amante de la naturaleza a la lagarta de Delcy estuvimos a su lado, no seremos menos firmes en este caso”
Por su parte, el responsable del Gobierno en materia de cocodrilos, saurios y reptiles sostenibles ha manifestado la más completa y total solidaridad del conjunto del gobierno. “Si cuando Ábalos atendió gentil y amablemente como corresponde a una persona amante de la naturaleza a la lagarta de Delcy estuvimos a su lado, no seremos menos firmes en este caso”. También han realizado declaraciones el Defensor del Reptil, el Colectivo de Lagarteranas Feministas, la Unión Progresista de Caimanes y los Cocodrilos Reunidos Geyper.
La oposición ha declinado responder a nuestras preguntas. “Bastante tenemos con tragarnos los sapos que nos ponen a diario” ha dicho off the record un diputado especialista en criaturas del pantano y autor de la monografía “El caimán venezolano y su maléfica influencia en España”.
Tampoco el fondo de reptiles se ha querido pronunciar, atento a los pagos que debe efectuar a diferentes medios de comunicación con tal de evitar que se disparen las críticas por este asunto, que podría ser mucho más grave de lo que parece en principio. Entrevistados algunos de los testigos a los que el citado cocodrilo habría asustado en su andanzas por el Pisuerga, el trabajador autónomo R.A. dijo que fue ver al temible saurio y notar como desaparecían de su cartera los cincuenta euros que llevaba. Otro testigo presencial, la doctora M.M, aseguró que el cocodrilo se le acercó prometiéndole máscaras, guantes y equipos de protección, dejándola toda la noche al relente mientras esperaba que volviese, lo que le acarreó una bronconeumonía de campeonato.
A la hora de redactar esta crónica se desconoce si el cocodrilo en cuestión piensa hacer una declaración pública
Comisiones Cocodrilas ha aprovechado para señalar la discriminación que padecen los cocodrilos a la hora de encontrar trabajo, lo que les empuja a una vida errante y depredadora.
A la hora de redactar esta crónica se desconoce si el cocodrilo en cuestión piensa hacer una declaración pública. Estamos, eso sí, en condición de asegurar a nuestros lectores que en Moncloa podría haber alguna que otra serpiente que se planta seriamente mudar de piel.
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