LLAMADA TELEFÓNICA 1/3
(piiiiiii… piiiiii… piiiiii… piiiiii…) -
-¿Dígame?
-Holaaaaa- (voz femenina hipersensual) - ¿Carlosss?
-Sí, soy yo. ¿Quién es?
-Carlos; soy Natalia. No me conoces. Voy a tu gimnasio, y… - (risita nerviosa)
-Ah-dice Carlos, muertito ya el hombre, imaginándose a Natalia en mallas.
-Mira Carlos: es que…jo, no quiero que pienses mal, pero… jo, es que me gustaría conocerte,
¿sabes?. Te veo ahí, con tu bolsita de deporte, y no sé…pareces tan majo…
-Ah -Carlos está a punto del fallo cardíaco ya.
-¿Cómo hacemos? ¿Te parece que quedemos en el bar de en frente del gimnasio?- ella va al
grano.
-Hombre, a ver- (breve carraspeo), -esto es un poco raro, ¿no?
-Buenooo, Carlosss (la voz ya es de putón verbenero) si no quieresss…no quiero
forzarteee…
-¡Que sí, mujer!, ¡si yo, es por ti! -Salta él, infartado y ya hasta con gallos en la voz.
-¡Ah, genial!, pero déjame pasarte primero a una “amiga” que te quiere saludar, ¿vale?- (ruido
de traspaso de auriculares y un “¡se va a enterar este imbécil!” en segundo plano)
-¡¡¡Carlos, desgraciao!!!, ¡¡¡que eres un desgraciao!!!. ¡Ahí te mueras tú, tu moto asquerosa, y
toda tu familia!
Algún tipo de mecanismo de baja resistencia a la tentación, similar al de Carlos, debe operar en la gente, que se corrompe con tanta facilidad
Esto es un ejemplo-tipo de las míticas “pruebas de novios” que había en la radio hace años,
que nos amenizaban los atascos por las mañanas, y que te hacían bajar del coche pensando lo
débil que es la carne humana y que en el fondo no somos nadie. Algún tipo de mecanismo de
baja resistencia a la tentación, similar al de Carlos, debe operar en la gente, que se corrompe
con tanta facilidad; porque si no, no se entiende las dos semanitas que llevamos entre árbitros
comprados, diputados del Soe esnifando viagra, ediles secuestradas en maleteros y
funcionarios cántabros forrándose en familia.
Cierto es, no obstante, que se entiende todo mejor en el actual contexto jispersoniano, por tres
posibles razones inherentes a él:
1- Total desprecio por el concepto de “transparencia”, que es el principal arma contra la
corrupción política. (Son ya más de 1.200 peticiones las cursadas por ciudadanos y entidades,
a través del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno en lo que llevamos con este mal
ídem).
2- La sensación de impunidad que da saber que este gobierno es de naturaleza indultadora y
benefactora para el delincuente; que modifica leyes para rebajar penas, y que ha pasado del
mantra electoral de “tolerancia cero con la corrupción”, al “una cosa es ir a cenar y otra
corromperse” de Patxi López.
3- Este tercer punto, (aceptación de la corrupción moral como método de obtención de
información), puede que haya sido un caso puntual dentro de la Banda de Jisperson, (no por
ello es menos jevi), y lo vamos a ilustrar transcribiendo parte de la conversación grabada entre
la exministra Thin Pains, cuando era fiscal de la Audiencia Nacional, y el tal Villarejo, un crack
que ya por entonces creó una división de TotoCops infiltradas. Año 2009:
V- Sabes lo que hice, para llevarme al huerto a todo el mundo?. Montar una agencia de
modelos
DD- Éxito garantizado (…)
V- Les ponías una chorbita y se la tiraban (…) y la otra “chiscarreaba”. Me hice de oro. Era la
información vaginal que yo decía.
DD- A bote pronto, es mucho más fácil que un tío babee, a que una tía babee (…)
V- Le dimos buena información en su día al gremio.
Pero estos “seminarios informativos”, tan de sauna, y tan de túneles y trenes, tienen bastante
peligro porque, después de tan profusa actividad polinizadora, (y aquí viene lo inquietante), uno
nunca sabe si alguien, por ensañamiento del destino, ha florecido; y vete tú a saber por
ejemplo ahora, si habrá uno o más pequeños titobernis gateando por ahí…
LLAMADA TELEFÓNICA 2/3
Hora del desayuno.
Hijos ideales con churretes de Cola Cao en la cara y en los deberes. Perro mordiendo hueso de mentira.
Suena el fijo.
(Niños sorprendidos de tener fijo: “¡qué guay!”, gritan)
Madre acude diligente y responde: -
¿Sí? -(silencio). -Si, un momento. Ahora se pone. - Deja el aparato en la mesa. Cara
mosqueada tipo “qué raro, Jim nunca toma una segunda taza de café en casa”.
-¡¡Salvadooor!!- grita hacia el pasillo.
Aparece Salvador encarnando el marido perfecto.
-“Es una chica joven”, dice la mujer en bajo, escudriñándole.
Él coge el teléfono.
-Sí, ¿dígame?
-Hola Salvador…esto…mmmm…soy Marina.
-Perdone Señorita, pero creo que no nos conocemos.
-Sí, sí. ¡Bueno, no! Conocernos, no.
(El resopla, y mira el reloj y los cruasanes y el hueso repelado)
-Entonces. A ver. ¿Qué necesita, Marina?
-Salvador - (tono muy serio). - Soy tu hija. Y quiero conocerte.
Salvador se desploma de morros.
-¡¡¡Cariño!!!
Madre y niños se tiran al suelo.
Cariño, que es un santo varón, y cuyo único pecado fue pasarse de copas un fin de curso en
Pachá, está blanco como un A4, y no responde.
Niños lloran.
La igualdad entre hombre y mujer, como idea abstracta e ideal a perseguir, es maravillosa.
Pero siempre habrá un muro biológico contra el que toparnos, levantado sobre un principio
tontísimo: “Las mujeres saben cuándo van a ser madres. Los hombres, ser padres, no siempre”.
(Experimentos aparte).
Se congelan cada vez más óvulos y se dona cada vez más sustancia fecundadora, que por lo visto está perdiendo calidad y es ya una especie de aguachirri
El hombre es un agricultor del amor que reparte generoso su simiente.
Y los partidos políticos son fértiles campos para plantar las semillas de la corrupción. “A
necesita un favor y ofrece un dinero a B, que no debería cogerlo, y lo coge”. Y ahí, en ese
viscoso y entumecido ambiente amniótico que sigue a la codicia, se empieza a gestar el
escándalo; hasta que un día inesperado el asunto rompe aguas y sale, sin epidural, un bebé,
cuya paternidad todos niegan, y que no sólo no trae el pan, sino que te lo quita porque no lo
mereces; como debería pasar con la chachocutrez ésta del caso Mediador y nuestro cada vez
menos respetable goaverno.
Apuntar finalmente, que la visión romántica del tema reproductor está de capa caída. Se
congelan cada vez más óvulos y se dona cada vez más sustancia fecundadora, que por lo
visto está perdiendo calidad y es ya una especie de aguachirri. Y los expertos dicen que por el
2040 la mayoría de las parejas fecundarán a sus bebés in vitro.
Para terminar, la última LLAMADA, una CITA, y parte de un CUPLÉ.
LLAMADA TELEFÓNICA 3/3
(Ana fuma, nerviosa. Y tras el pertinente “piiiiii… ¡click!”, escucha cómo comienza la locución):
Ha llamado usted a Clínica SemenRetentumVenenumEst. Le informamos que, por su
seguridad, esta conversación será grabada.
Si es usted un futuro preñador, pulse 1.
Si es usted una futura gestante, pulse 2.
Si duda usted entre ser preñador o gestante, pulse 3, y accederá al programa subvencionado “Elige tu género y disfruta”.
(¡Dios, qué bajón!”, piensa Ana. Pulsa 2. Fuma)
Si quiere usted producto nacional, pulse 1.
Si quiere usted arriesgarse con otra cosa, pulse 2.
(Ana pulsa 1. Fuma)
Si se lo quiere usted pensar, cuelgue.
Si lo tiene claro, espere. Será usted atendida por una operadora.
(Ana apaga el cigarrillo, y tras dos o tres “piiiiii”, un ser humano se dirige a ella por fin):
-Buenos días. Clínica SemenRetentumVenenumEst, le atiende Esmeralda.
Esmeralda es una chica encantadora, comunicativa y moderna, y en seguida hacen AirDrop
mental.
-Entre nosotras, Ana; si yo fuera tú, tenemos ahora en rebajas por exceso de producción, un
producto premium: el “Bebé J”.
-Cuéntame. -dice Ana.
-Es la bomba: por lo visto salen bebés superdotados para los deportes de pelota. Antes de
decir mamá, dicen “pásamela”, y en el parque se lanzan desde el cochecito para ir hacia los
abuelitos que juegan a la petanca.
A Ana se le corta el cuerpo, y le entran sudores:
-Calla, calla. No sigas. ¡Antes muerta!
La CITA:
“Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es”. (Joseph Fouché)
El CUPLÉ:
¡Ay, yo no sé lo que me pasa a mí,
pero ya ve que me siento feliz,
siga apretando aunque mire mamá
que si se irrita ya se calmará!
¡Ay, qué placer es bailar el fox-trot
con un doncel que nos hable de amor!
Aunque cien años llegara a vivir
yo no olvidaría las tardes del Ritz
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