Ramón de Campoamor nunca llegó a imaginar que los últimos versos de su poema Las dos linternas. “En este mundo traidor/nada hay verdad ni mentira/ Todo es según el color/ del cristal con que se mira”. llegaran a ser una cita obligada cada vez que surge un asunto complicado y complejo.
Están los cristales de los que basan sus ideas en pensar y decir lo contrario de lo que dice y piensa la mayoría. Son aquellos que dicen: “de qué se habla que yo me opongo”. No necesitan ni cultura ni reflexión. Les basta y les sobra con oír la versión grupal de cualquier tema para desarrollar la versión contraria. No se sabe si lo hacen por la negatividad en la que desarrollan su vida o porque consideran que siendo del ejército minoritario se apartan del borreguismo y se reconocen a sí mismos como los originales y los brillantes del grupo.
Se adivina rápidamente la cobardía de quienes utilizan el anonimato para calumniar y difamar desde un internet que nació para la libertad y no para la cobardía
Existen cristales que sirven para ver claro cuando se mire a la parte más a la derecha, y oscuro si la mirada se enfoca hacia la izquierda.
Y existen cristales que ven claro lo que les cuenta el telediario de la 1, la cadena SER o el diario El País, y oscuro cuando la misma noticia se la cuenta Antena 3, La Cope o El Mundo.
Y por último, existe el cristal que permite distinguir al ciudadano decente, honrado y limpio, del indecente, mentiroso y cobarde. Con el primer cristal no se confunde la realidad social con las redes sociales. Con el segundo se adivina rápidamente la cobardía de quienes utilizan el anonimato para calumniar y difamar desde un internet que nació para la libertad y no para la cobardía.
Cualquiera de esas lentes puede explicar las distintas maneras de opinar sobre hechos o acontecimientos que siendo iguales se ven diferentes según el cristal con que se miran.
Hace menos de un mes, Miguel Bosé se paseó por varios platós de televisión y concedió entrevistas a periódicos serios y nadie se puso delante del cantante para preguntarle por los vientres de alquiler
El cantante Miguel Bosé, la baronesa Thyssen, Kike Sarasola, Ricky Martin o Jaime Cantizano han sido algunos de los famosos que han sido padres o madres a través de la llamada, por unos, gestación subrogada o vientres de alquiler, por otros. Miguel Bosé fue padre de cuatro gemelos a la edad de 55 años. Con 64 años la baronesa Thyssen fue madre de dos niñas mellizas. Con menos edad, el cantante Ricky Martin fue padre de dos gemelos. Con algo más de 50 años el empresario Kike Sarasola fue padre de dos niños con una diferencia de tres años entre una y otro. El presentador de un programa de fin de semana de Onda Cero, Jaime Cantizano o el actor Javier Cámara también han sido padres por el mismo medio que lo ha hecho la actriz Ana Obregón.
No se recuerda que en todos los casos citados de gestación subrogada se haya levantado la polémica que ha surgido en el caso de la Obregón. Hace menos de un mes, Miguel Bosé se paseó por varios platós de televisión y concedió entrevistas a periódicos serios y nadie se puso delante del cantante para preguntarle por los vientres de alquiler. No se acierta a comprender el trato diferente recibido por unos y por otra. O se está en contra de la maternidad subrogada o se está a favor o no se tiene definida la posición sobre un asunto con tantas aristas. Lo que parece que está fuera de toda lógica es que se hayan sacado los cuchillos para apuñalar a la actriz y se haya mantenido un discreto silencio en los casos citados anteriormente.
La ministra de Derechos Sociales y Secretaria General de Podemos, Ione Belarra, al opinar sobre la noticia de la maternidad de Obregón, ha recordado que esa técnica esconde una clara violencia contra las mujeres. No se sabe dónde estaba Belarra y tantos otros que han denunciado el caso de la actriz cuando otros famosos han proclamado a los cuatro vientos la gestación subrogada que les ha permitido ser padres o madres con el respeto y el silencio del público y de la prensa.
Desde siempre, la izquierda se ha mostrado defensora de legislar sobre libertades colectivas (derecho de huelga, de manifestación, de negociación colectiva…) y ha dejado que la libertad individual se haya ejercido autónomamente por los ciudadanos. Ha sido la derecha la que renegaba de legislar sobre derechos colectivos y pretendía regular los derechos individuales para decirnos legalmente como y cuando deberíamos nacer o morir, como casarnos o con quién o cómo separarnos. Pero visto lo visto con el caso Obregón, da la sensación de que hay una izquierda que se está reconvirtiendo en guardián de nuestros derechos individuales, regulando lo que antes legislaba la derecha.
Recuerdo que la mayoría de los menores que quedan huérfanos por el asesinato de las madres y la cárcel o el suicidio de los padres quedan bajo la pretección, el cariño y los cuidados de sus abuelas.
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