La inflación preliminar del mes de febrero en nuestro país ha sido un dato malo, sin paliativos. Obviamente en el mes de marzo la inflación anual descenderá, y mucho, pudiéndose aproximar al 4%. Se trata de un mero efecto escalón debido al malísimo dato del mes de marzo del año pasado, cuando se produjo un repunte de los precios de un 3% intermensual por los efectos del comienzo de la guerra de Ucrania. Sin embargo, eso no debe ocultar una realidad insoslayable. Salvo la excepción ibérica en el mercado eléctrico no se están abordando las razones últimas sobre el incremento de los precios, y que se remonta a antes del inicio de la invasión de Ucrania.
Detrás de todo, los efectos de la financiarización de la economía global, concretamente en tres frentes. Primero la desregulación de los mercados derivados. Segundo el nefasto diseño, en pleno proceso de reestructuración de sectores productivos globales, del mercado eléctrico. Tercero, y sin duda la principal causa en la actualidad, el enorme incremento de poder de mercado en las últimas dos décadas de ciertas corporaciones y en determinados sectores económicos. De ello venimos hablando desde mediados de 2021. Sin embrago, debo reconocerlo, predicamos en el desierto, un erial dominado por élites extractivas, organismos de defensa de la competencia débiles, y unas puertas giratorias que ponen en contacto a las primeras cono los miembros del segundo.
Tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal de los Estados Unidos ya han abandonado este relato. Obviamente quien así narra no ha estudiado casi nada en las dos últimas décadas
Es frecuente leer en los medios patrios ciertos cuentos infantiles que aún nos siguen relatando, a fecha de hoy, que la inflación es un fenómeno monetario, especialmente cuando la expansión de los bancos centrales sirve para financiar en el mercado secundario a los Tesoros de sus países. La teoría del multiplicador monetario, en la que se apoya, es falsa. Tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal de los Estados Unidos ya han abandonado este relato. Obviamente quien así narra no ha estudiado casi nada en las dos últimas décadas.
Frente a estas explicaciones, que no se sustentan con los datos, planteamos dos hipótesis alternativas. Por un lado, la financiarización está detrás de los repuntes de inflación actuales. Por otro, dicha financiarización ha favorecido el crecimiento en el reparto de la tarta de los beneficios puros, extractores de rentas, presionando al alza la inflación, mientras que disminuía fuertemente la participación de los salarios y del capital productivo.
¿Han visto ustedes algún intento de legislar lo que Michael Master recomendó en su momento? ¡No! Las puertas giratorias globales en favor del sector FIRE (Finance, Insurance and Real State) trabajan sin descanso
La razón fundamental de la escalada de precios del petróleo, gas o productos agrícolas, en el período 2002-2008, y desde finales de 2020, se debe a la financiarización de los mismos, mediante la expansión y el acceso a los mercados derivados de materias primas a especuladores y a fondos institucionales. Como consecuencia, en determinados momentos, la evolución de sus precios no obedece a fundamentales económicos sino a burbujas especulativas y procesos de propensión o aversión al riesgo de los inversores, si bien no son simétricos, impactando mucho más en los precios, al alza, durante las fases de toma de riesgos excesivos, como la actual. La evidencia académica es abrumadora. Desde estas líneas ya lo hemos denunciado hasta la saciedad. El papel de los especuladores de índices de materias primas y sus consecuencias negativas fue detallado por Michael W. Masters en su testimonio ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales el 20 de mayo de 2008. Sin embargo, ¿han visto ustedes algún intento de legislar lo que Michael Master recomendó en su momento? ¡No! Las puertas giratorias globales en favor del sector FIRE (Finance, Insurance and Real State) trabajan sin descanso.
Detrás de la descomunal subida del precio de la electricidad se entremezclan dos factores. El nefasto diseño de un sistema marginalista donde los repuntes de los precios de determinadas materias primas, especialmente el gas y los derechos de emisión del CO2, que se fijan en mercado derivados, lo invalida en su totalidad. Existe evidencia académica previa y abrumadora sobre todo ello. Más allá de la excepcionalidad ibérica, ¿las autoridades han hecho algo para cambiar estas dinámicas? ¡No!, y miren ustedes que es relativamente fácil. A las recomendaciones de Michael Masters, que se detallan en la pieza que les he adjuntado, habría que hacer una apuesta decidida por acabar definitivamente con el sistema marginalista actual, y volver a otro más aburrido, pero más saludable para empresas y familias, establecer administrativamente el precio como un “mark-up” sobre el coste medio. No lo harán, porque además de poner en evidencia al rey desnudo, el fundamentalismo de mercado, de nuevo, se protegen ciertos intereses de clase, puertas giratorias mediante.
¡No era el poder de los trabajadores o unos sindicatos fuertes! ¡No era el salario mínimo! Eran ciertas corporaciones
El Banco de Pagos Internacionales, BIS por su acrónimo en inglés, en un estudio de mayo de 2022, ya apuntaba cual era el mayor peligro para una espiral de inflación salarial, y que puede reproducirse en la actualidad. ¡No era el poder de los trabajadores o unos sindicatos fuertes! ¡No era el salario mínimo! El problema radicaba en el aumento de poder de mercado de ciertas corporaciones.
En la página cuatro de dicha investigación, se dice, y traduzco literalmente, “… otras fuerzas pueden aumentar la probabilidad de una espiral salarios-precios. El poder de fijación de precios de las empresas, medido por el margen de los precios sobre los costes, ha alcanzado máximos históricos. En el entorno de inflación baja y estable de la era prepandémica, los mayores márgenes redujeron la transmisión de los precios a los salarios. Pero en un entorno de inflación elevada, unos márgenes más altos podrían alimentar la inflación, ya que las empresas prestan más atención al crecimiento de los precios agregados y lo incorporan a sus decisiones de fijación de precios. De hecho, esta podría ser una de las razones por las que las presiones inflacionistas se han ampliado recientemente en sectores que no se vieron directamente afectados por los estrangulamientos”. Es esto exactamente lo que está ocurriendo en el sector de la distribución patria., un aumento de márgenes empresariales sin control.
En el caso de la luz, el comportamiento oligopolístico de las empresas que componen el mercado eléctrico nacional simplemente se estaba beneficiando de un sistema de fijación de precios perjudicial para nuestra salud, pero que movían otros jugadores, los inversores institucionales. Como no se quiere volver a limitar el acceso a los mercados derivados a fondos institucionales, ni cambiar el sistema marginalista del mercado eléctrico, al menos se decidió poner una imposición a los beneficios caídos del cielo.
Hay que acabar con las vergonzosas y vergonzantes puertas giratoria alrededor de la CNMC
En el caso de los alimentos elaborados, en subida libre por un aumento de márgenes, solo hay una solución, que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia actúe con todas las de la ley, y ante comportamientos de cártel que imponga sanciones multimillonarias, y llegado el caso, que trocee corporaciones demasiado grandes para fijar precios por encima de los costes marginales. Pero para ello, antes, hay que acabar con las vergonzosas y vergonzantes puertas giratoria alrededor de la CNMC. Un cargo relevante, allá por 2016, ya me advertía que muchas veces tenía la sensación de que el enemigo en la lucha contra los cárteles lo tenía dentro.
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