Opinión

Como lágrimas en la lluvia

La realidad política española es cada vez más una historieta de mal gusto contada por un analfabeto corrupto

Las televisiones nos lanzan olas de calor a la cabeza (hay que cumplir con el adoctrinamiento climático) y los leguleyos y chupópteros varios nos complican la vida con fallidos tapones ¡salvemos el planeta! que vienen a sustituir tapones que funcionaban perfectamente, la mujer de Sánchez se pasea por el manicomio político español cual Emperatriz. Digo y diré en lo adelante sólo “la mujer del presidente”, que fue lo que hicieron los llamados medios “informativos” (hace unos días una reportera de Tele 5 nos “informaba”, desde la frontera con Francia, de la llegada de la exiliada Marta Rovira) con el novio de Ayuso. Hasta hacerlo desaparecer. ¿Alguien sabe el nombre de la pareja de Ayuso? Pues eso.  

Y mientras la mujer del presidente nos hace el favor de acudir ante la Justicia escoltada por un ejército gracias al fiel chambelán Marlaska, siguen llegando a Canarias miles de africanos sin que el Marido Emperador haga nada por evitarlo. Bastaría con interceptar en alta mar a las naves nodrizas de los mafiosos que los traen, confiscar los barcos y meter a los traficantes de personas en la cárcel. ¿No?

Piensa mal y acertarás, decía mi madre, sabia mujer. Así que he llegado a pensar que nuestro Emperador no hace nada para detener la invasión africana (se espera que 20.000 niños y adolescentes sin acompañantes, ¿quién los manda, quién paga el viaje, lleguen a Canarias para fin del verano), porque le resulta útil a su plan de diluir lo español en lo tribal. Mientras más diluido esté lo español, que es la ciudadanía primero y el gran idioma español primero siempre, antes que cualquier pulsión regional identitaria, sacralizada lengüita, o demagogia multicultural, más tribal será España. Mientras más votantes dependan para vivir, del Gobierno, mejor. Se llama voto cautivo, y es lo que se viene haciendo con los funcionarios que, durante el mandato progre han proliferado como una epidemia, y con el régimen de pagas a los inmigrantes. El voto futuro al PSOE está garantizado.

Véase el caso del futbolista Antonio Calpe, que se negó a acudir al Pardo cuando su equipo ganó la Copa Mundial en 1966. Y no pasó nada. Ni siquiera la prensa franquista, toda, le hizo una campañita para señalarlo o estigmatizarlo

La eliminación del ciudadano español libre e igual ya lo tienen medio conseguido, gracias a la cobardía de todos los gobiernos españoles ante los delirios tribales catalanes y vascos, gracias al tribalismo refrendado, ay, constitucionalmente, y gracias al infausto régimen autonómico. Y a todo eso hay que sumar ahora la inmigración ilegal desordenada. Me refiero a la africana, porque la marroquí parece estar ordenada y controlada desde Marruecos. Los mandan cuando quieren y en la cantidad que quieren.  

Y mientras el plan tribal avanza, ¡hay que machacar al futbolista Carvajal! Porque no saludó como se debe al Marido Emperador. Hay que mantener entretenida a la chusma y desviar la atención de la cueva de Alí Baba en que se ha convertido el palacio imperial. Cierto es que Carvajal no tenía que haber acudido al besamanos. No era una obligación. Ni siquiera lo era bajo el franquismo. Véase el caso del futbolista Antonio Calpe, que se negó a acudir al Pardo cuando su equipo ganó la Copa Mundial en 1966. Y no pasó nada. Ni siquiera la prensa franquista, toda, le hizo una campañita para señalarlo o estigmatizarlo. Siguió jugando en el Real Madrid como si tal cosa. Nada. Bajo Franco. Vaya.

Ahora bien, ya que acudió al besamanos el futbolista Carvajal, saludar fríamente o negarle el saludo al Emperador Sánchez, me pare muy bien. Creo que se excedió al darle la mano. Los saludos se ganan, igual que todo en la vida (salvo para los chupópteros políticos) y el Emperador es un tipo despreciable, en mi modesta opinión. ¿El cargo? Sí, ya salieron con lo del respeto al cargo. Siempre hacen lo mismo. Pamplinas. El que ha convertido el cargo en una pocilga corrupta es Sánchez. Un cargo envilecido ya no es un cargo, es un charco de vileza que hay que evitar. Así Carvajal. El respeto al cargo hay que merecerlo. Repudiar a Sánchez, pero estrecharle la mano y dedicarle una sonrisa es contribuir al régimen de hipocresía, servilismo, culogordismo y corrupción moral en que el sanchismo ha hundido España.  

Resulta evidente que obtuvo la cátedra, la atención de grandes empresas y del rector que acudía como un perrito faldero a su llamada, por la única y exclusiva razón de que es la mujer del presidente

Pero volvamos a la mujer del presidente. He escuchado un video en el que explica algo relacionado con el curso que le montó el Marido. Es penoso. Su pobre dominio de la lengua, su indigencia expresiva. Resulta evidente que obtuvo la cátedra, la atención de grandes empresas y del rector que acudía como un perrito faldero a su llamada, por la única y exclusiva razón de que es la mujer del presidente. Todo lo demás es propaganda e ilusionismo de Sánchez, su pandilla, y la prensa comprada. La realidad política española es cada vez más una historieta de mal gusto contada por un analfabeto corrupto. Se ve, con la mayor claridad, ante el caso de la mujer del presidente, porque lo cierto es que esa mujer no calificaría ni para administrar un McDonalds.

Por otro lado, hay sanchismo para rato. Los independentistas tribales no dejarán caer a Sánchez por una razón muy sencilla: es su principal fuente de poder y su arma más poderosa contra España y contra lo español. No hay que olvidar que la principal razón de ser de esa crápula nacionalista es el odio a España y el odio a lo español libre e igual.

La corrupción política

La mayor desgracia de España es que el relativismo moral se ha convertido en ideología, gracias a una tropa de sicofantes de la cultura, la prensa prostituida, y el bipartidismo simbiótico. Con el tiempo, han conseguido que una enorme cantidad de españoles sean disminuidos morales. Da igual lo que pase, la amnistía a la carta para sediciosos y ladrones a cambio de siete votos, los cientos de millones esquilmados de los ERE, los miles de millones entregados a los chantajistas catalanes, las selecciones deportivas tribales, los negocios con las mascarillas para el virus chino, el emputecimiento de la fiscalía y el sistema judicial. Nada importa. Todo se perderá como lágrimas en la eterna lluvia de la corrupción política española.

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