Leer y escuchar en los medios sobre fondos europeos me confirma, sin sorpresa, que estos son grandes desconocidos para la inmensa mayoría de los españoles. Algo que es, sin embargo, razonable. La gestión de los fondos es un tema lo suficientemente complejo como para que un análisis rápido, como empuja la siempre estresante actualidad, logre captar su completa naturaleza. El problema es cuando aceptamos el reto de hacerlo sin más bagaje que unas pocas horas de lectura o estudio. El atrevimiento, a veces, sale caro y se publican titulares que se alejan completamente de la realidad.
Una prueba de esto es que, habitualmente, se difunden ciertas falacias sobre dichos fondos y su gestión. Es cierto que, como he adelantado, buena parte de ellas tienen su origen en un lógico desconocimiento. Sin embargo, el daño que pueden causar no es menor. La obligación de quienes gestionan fondos o de quienes los conocen es, pues, tratar de explicar esos aspectos que son desconocidos pero que, sin embargo, llevan a la confusión o al engaño. Por este motivo, después de mucha experiencia atendiendo a medios sobre esta cuestión e identificar lo que creo son las principales confusiones, veo necesario explicar, al menos, tres cuestiones que ayudarían a centrar los debates.
Cuestión 1: los fondos vienen claramente dirigidos y son finalistas. Existe la creencia entre muchos que los dineros los manda Bruselas y luego miramos qué hacer con ellos. De hecho, se sugiere en no pocas ocasiones que la Comisión ignora completamente en qué gastamos el dinero. Y además, y por esta misma razón, no controla dicho gasto. Pero esto no puede estar más alejado de la realidad.
Si en el periodo de gestión de un plan necesitas cambiar el dinero de "casilla" y dar de baja proyectos mientras se dan de alta otros, necesitas pelear y convencer a los funcionarios de la Comisión
Tanto en el uso de fondos estructurales y de cohesión como en los actuales Next Generation existen reglamentos y/o planes que identifican en qué van a ser invertidos esos fondos e, incluso, se define claramente qué es o no es elegible, que en la jerga de fondos significa que si gastas en lo que no debes entonces no tienes dinero. Más aún, si en el periodo de gestión de un marco financiero o de un plan necesitas cambiar el dinero de "casilla" y dar de baja proyectos mientras se dan de alta otros, necesitas pelear y convencer (y les aseguro que no es tarea fácil) a los funcionarios de la Comisión de la necesidad de hacerlo. En el caso de los fondos Next Generation esas casillas están definidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) que lo podemos considerar casi como una norma que guía la aplicación de fondos. Todo está en él.
Cuestión 2. Si no gastas te quitan el dinero. Aquí hay medias verdades y medias mentiras. Los fondos europeos estructurales (los FEDER y demás) no se reciben y luego se gastan. Es al revés. Se usan fondos propios para invertir en los proyectos previamente definidos y luego se verifica que se ha cumplido la norma. En ese punto son objeto de certificación, lo que quiere decir que podemos pedir a Bruselas que nos pague una parte de lo gastado en el proyecto. Sí, una parte. El resto corre por nuestra cuenta.
En el caso de que no se llegara a cubrir todo lo presupuestado inicialmente, no hay que devolver, simplemente no se recibe y los proyectos o no se hacen o lo pagamos nosotros por entero. Lo mismo que ocurriría si un proyecto tuviera algún error de forma o procedimiento o simplemente se alejaran de las condiciones de elegibilidad.
No se reciben si no haces lo que te has comprometido a hacer, en su mayor parte reformas así como superar metas volantes
En los fondos Next Generation ocurre algo diferente. Sí es cierto que, en este caso, recibes el dinero y luego lo aplicas. Pero en este caso la condicionalidad no es tanto que lo gastes (que también) sino que cumplas unos hitos, unos objetivos para liberar esos fondos. Pero no se retienen ni se devuelven si no los gastas. Solo que no se reciben si no haces lo que te has comprometido a hacer, en su mayor parte reformas así como superar metas volantes. Por lo tanto es algo más complejo.
Cuestión 3. No somos "tan" malos gestores de fondos europeos. Existe la idea de que ya hemos tenido que devolverlos en algunas ocasiones. Lo primero, y me remito a la cuestión 1, no se devuelven, al menos en los fondos tradicionales gestionados, simplemente no se habrían recibido. Pero aún así no es la experiencia española.
Hasta el marco plurianual 2007-2013, España agotó prácticamente todas las líneas de fondos europeos disponibles, por lo que no hubo que "devolver" prácticamente nada. Es cierto que la gestión del marco 2014-2020 es diferente y el riesgo de no aplicar todos los fondos disponibles es elevado (el marco aún no ha cerrado). Pero les puedo asegurar que no todo es responsabilidad de nuestro país y, en la parte que le corresponde, lo es de las regiones y del estado solidariamente. Las razones de esta mayor dificultad en este último marco es variada, y sobre ello he escrito aquí y con Juan Luis Manfredi y Enrique Benítez aquí.
Con los fondos NG se está procediendo de forma diferente a lo tradicional para lograr ejecutar muchos más millones en menos tiempo. Es evidente que la forma tradicional de ejecución no sirve en este caso y así lo han entendido quienes han diseñado el PRTR. Otra cosa es que funcione. No cabe duda de que ejecutar tantos recursos implica un esfuerzo titánico, que dadas las circunstancias supone un riesgo elevado de inejecución. Pero la experiencia, hasta ahora, no ha sido tan negativa como algunos creen.
Estas son solo tres cuestiones que creo a menudo se escapan de los límites del conocimiento del común de los mortales. Pero dado que es un asunto muy relevante, es necesario que tengamos presente que si vamos a hablar de ello, lo hagamos al menos con conocimiento de causa. Y para ampliar este conocimiento les dejo mi pequeña y humilde aportación.
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