Hoy exploraremos, como cada año por estas fechas, nuestro análisis de las últimas previsiones de crecimiento económico hechas por el Fondo Monetario Internacional, pensando especialmente en nuestros exportadores, esos que en estos tiempos de pésima gestión pública impulsan nuestra economía aportando casi la mitad del crecimiento, incluso en un año con el turismo en mínimos y con precios del gas y del petróleo más altos.
En esta ocasión empezaremos por los dos determinantes económicos generales, que son excepcionales, para luego pasar a los principales agentes de cambio y a los mercados objetivos de exportación, empezando por los peores, en un rápido repaso por 42 países, casi todos ya analizados en profundidad en este blog.
Determinantes macro
El primer determinante en esta situación excepcional que vivimos es la pandemia y la pérdida de eficacia en el tiempo de las vacunas, una circunstancia ante la cual el poder despliega sus peores carencias, repitiendo errores y haciendo más difícil una rápida recuperación. Por lo visto han aprendido muy poco en estos dos años.
El otro determinante de importancia al que no se le ha prestado la atención que requiere, ni por las autoridades monetarias ni por los economistas del establishment, es al desarrollo de la espiral inflacionaria (incipiente en Europa) que tiene que pararse cueste lo que cueste pues, de no hacerlo, el siguiente paso es la hiperinflación. En este punto, como en el anterior o en la fiscalidad, electricidad, tasas bancarias oligopólicas, etc., siempre hemos de considerar que seguimos en manos de la "generación sociópata", unos sujetos con una pulsión natural a saltarse las reglas más que probadas.
Vistos los determinantes macro, pasemos pues a los países según agrupaciones de interés.
La grandes potencias
Las tres principales son EE.UU., China y Rusia (siguiente gráfica) y son las que marcan el devenir internacional; a ellas unimos la emergente India, la que más crece camino de convertirse en contrapeso global a China. De los datos destaca que los creadores del covid (y de mentirnos sobre su alcance) no han tenido recesión anual y, aunque se irán de rositas tras lo hecho, a futuro tienen que encarar su declive relativo tras agotarse su modelo basado en la depredación de quienes les ayudaron a salir del foso comunista, en el comercio desigual, el irrespeto de la propiedad intelectual, el gasto en infraestructuras, la burbuja inmobiliaria (que explotó con la quiebra de Evergrande) y el endeudamiento masivo; la incógnita es la violencia con que reaccionará a esa realidad y si Taiwán correrá la misma mala suerte (o peor) que Hong Kong. La macro china la estudiamos hace poco y, a los que dudan de su "caída", que piensen en Huawei o en las empresas que las autoridades americanas sacaran de cotización de las bolsas estadounidenses.
En el caso ruso se notan las sanciones y la mala demografía, aunque es mejor que la nuestra; luego está el explosivo tema de Ucrania, que ha cambiado poco desde que lo analizamos aquí hace siete años, solo que ahora hay más armas y más modernas. Finalmente, con los chicos del gasista Gerhard Scrhoeder ya en Berlín igual les hacen una "tv pública española": stackeholders políticos forrados y la enorme deuda para el pueblo arruinado.
Estado Unidos, centro del sistema y cuya peligrosa recuperación analizamos hace poco, con previsiones raquíticas tras el arranque, empeora al agravarse la espiral inflacionaria sobre la que su banco central es indiferente; pensemos que necesita tipos de interés reales de al menos el 2% y cualquiera que sepa algo de historia económica lo sabe. Aunque en 2022 hay elecciones de mitad de mandato presidencial, la FED debería actuar con contundencia enfriando la demanda.
El peligro chino abre grandes oportunidades de relocalización industrial a nivel global y, además de en India, en su periferia destaca Vietnam, que contrasta con Japón, que seguirá zombi hasta que su orden partitocrático interno cambie.
Viejos enemigos
La propia estadística (siguiente gráfica) ya nos dice que son muy inestables. En ellos no te respetan si no tienes un buen garrote y todos representan un peligro para sus vecinos; no son sitios recomendables, aunque tenemos empresarios de verdad - no los enchufados del Establishment - que hacen negocios allí. Están en proceso de cambio de orden secular y van hacia el islamismo, salvo Arabia Saudita que viene de allí y busca parecerse a EAU; tras ellos, el más atractivo es Egipto, por su alto crecimiento y al que todos intentamos mantener en la cordura.
En Turquía, como predijimos hace bastante tiempo, la espiral inflacionaria ha desembocado en hiperinflación y crisis cambiaria. A Marruecos, nuestro segundo peligro existencial tras "nuestra" partitocracia, lo analizamos recientemente y sus desequilibrios económicos son insostenibles, aunque mejores que los de Argelia, país cuya economía también analizamos recientemente y cuya gerontocracia de partido único, tan querida por "nuestros" progres y nacionalistas, le producirá a futuro un estancamiento económico socialmente explosivo.
Iberoamérica en cambio
De entre todos destaca Venezuela, el único que no sale de la recesión, un país tiranizado por comunistas multimillonarios, por el progresismo más radical y sectario y cuyos despojos explotan buitres como Zapatero, desde allí se promueve un modelo suicida que tanto conviene, no por casualidad, a Rusia (lo vimos) y a China, para que las materias primas y mano de obra de Iberoamérica no compitan con ellos en este orden mundial que agoniza y parasitan. Son el mejor complemento de Europa pero el globalismo imperante prefiere y promueve a la civilización islámica, "¿qué puede salir mal?"
Todos estos países están en ese proceso convulso de cambio de ciclo secular, el de Chile lo exploramos hace dos años y, tras elegir a un loquito chavista de lo peor gracias a una derecha idiota, podemos decir que inician un durísimo período que durará unos veinte años. Cada país tiene sus peculiaridades pero en todos Rusia y China, vía Foro de Sao Paolo, buscarán que desemboquen en modelos chabestias. Allí, como aquí, si quienes pueden no defienden a su pueblo y a su tierra (en ese orden), la ruina está asegurada. En todo caso, a corto plazo, por el crecimiento previsto (siguiente gráfica) y por proximidad cultural, a pesar de su alto riesgo, son más atractivos que el grupo anterior.
Pequeñas partitocracias
Esta agrupación, aunque su crecimiento es bajo, son pequeños países atractivos por su nivel de renta, estabilidad y fiabilidad en los negocios. Sus mansos ciudadanos están muy controlados por sus gobiernos y en ellos el progresismo se ceba con ellos haciendo sus experimentos psicóticos, da igual que sean de cultura judía, calvinista, luterana o católica, pero eso no se puede decir que luego te buscas en los "buscadores" y solo aparecen las web piratas para descargar gratis tus libros.
Israel merece una mención especial por su alto crecimiento, forzado a ir al máximo para evitar que lo borren del mapa. Dada su reciente riqueza en gas y petróleo, ajena al canal de Suez, y su tecnología de defensa, su complementariedad con las necesidades críticas de España es enorme. Podría ser uno de nuestros mejores aliados, aunque iríamos algo tarde, secuestrados por los prejuicios pro islámicos y anti judíos de quienes, a izquierdas y derechas, mangonean nuestro país que, en su locura, que hasta nos imponen ministros lacayos de Irán.
Grandes partitocracias
Aunque el Reino Unido no lo es, ya que por su sistema electoral tiene el único parlamento verdadero de Europa, fue pionero en promover las partitocracias, como vimos en "El progresismo y sus trampantojos", luego se le unió Francia seguida de EE.UU. que igual piensan que no serían víctimas de sus "organizadores". En esta agrupación los países tienen economías casi zombi (Italia 100%) por estar próximos a su cambio de ciclo generacional, salvo Polonia, que lo cambió tras la caída de la URSS y padece los azotes del globalismo psicótico de la UE que está destruyendo Europa. Luego está el intento de resucitar el muerto italiano con Draghi, pero eso no evitará que tengamos que hacer nuestros ineludibles deberes.
España no tendría que terminar zombi, pues el solo hecho de reducir su enorme tasa de paro potencia el crecimiento con lo que se evitaría dicha desgracia, lo que ocurre es que ese objetivo no interesa a nadie. Para colmo, este Gobierno de lobistas que corre para felicitar el Ramadán pero huye de hacerlo con las Navidades y que llegó en unas extrañísimas circunstancias, entró a enfriar la economía y a disparar el gasto clientelar, agravando aún más el balance nacional y el inevitable ajuste correspondiente, demostrándose una vez más que si no fuera por esta forma de Gobierno no tendríamos mayores problemas económicos. En todo caso, que no nos agüen las fiestas y que tengan una feliz Navidad y un prospero año nuevo 2022.
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