Opinión

Cosas veredes

Imagen tras la matanza del bosque de Katyn
Imagen tras la matanza del bosque de Katyn

El comunismo ha sido el mayor asesino, esclavizador, ladrón, genocida y motor envilecedor  de multitudes que la especie humana ha conocido. Sus fieles, los comunistas, mataban sin el arte de los nazis, es verdad, pero mataban más. Menos arte, pero con sus momentos cumbres como el de la matanza del bosque de Katyn. Allí fueron asesinados por la NKBD rusa, antecesora de la KGB, 22.000 militares, intelectuales y profesionales polacos. De un tiro en la nuca. Un claro intento de eliminación de la élite de la sociedad polaca. 22.000. Uno a uno. De un tiro en la nuca. El principal artífice de este genocidio fue Vasili Mijáilovich Blojín, que ejecutó, personalmente, a más de 7.000 prisioneros. Está considerado el asesino en masa más prolífico de la historia. Un título que envidiaría cualquier verdugo nazi.

Blojín fue uno de los asesinos preferidos de Stalin. Se encargaba de supervisar las matanzas de la NKGB, pero se reservaba el disparo en las ejecuciones de personajes del régimen caídos en desgracia. También de figuras de la cultura, fue el encargado de pegarle un tiro en la nuca al escritor Isaak Bábel, por ejemplo. Por estos servicios se le otorgó la Orden de Lenin, la más alta condecoración de los comunistas. 

En su época de mayor furor asesino, las cifras de muertos de los nazis son ridículas comparadas con las cifras de los comunistas. Esa es una verdad inobjetable. Lo que hace más obsceno el éxito del Comunismo en las sociedades que se han librado de sufrirlo. Éxito clamoroso, piénsese en que existen con la mayor naturalidad, legalmente, partidos comunistas ¡y hasta discotecas y otras organizaciones empresariales y culturales llamadas KGB. A ver quién se atreve con una discoteca SS. Éxito que se ha mantenido e incluso agrandado con el advenimiento de la progenie comunista. Me refiero al Socialismo.

Por el bien de la Humanidad

Como se sabe, después de pasar más de un siglo haciendo lo que mejor se les da: matar, esclavizar, robar y envilecer, el Comunismo dio a luz (o a tinieblas, sería más acertado) un hijo, el Socialismo. Esta prole, sin la tosquedad asesina del padre, bien vestida y peinada y con una retórica especialmente desarrollada para lavar la cara del padre, consiguió lo imposible: convencer a la humanidad, o al menos a gran parte de ella, de que su Padre había matado, esclavizado y robado a millones, pero por el bien de la Humanidad. ¡Nos mataban por nuestro bien!

Que los ciudadanos libres y la intelectualidad de los países democráticos hayan comprado esta mercancía podrida y no sólo la compraran sino que se dedicaran con fervor a brindarle cobertura moral y trasmitirla a sus jóvenes en escuelas y universidades como lo contrario de lo que fue, es una de las mayores victorias del Socialismo. La situación equivale a que la abuela de Caperucita se hubiera dedicado a convencer a su nieta de que el Lobo era bueno y que si la devoraba al final del cuento, era por su bien.  

El hijo de papá Comunismo, el Socialismo, en parte porque la gente que vive en las democracias europeas tiene la barriga llena y eso las hace más lerdas y, sobre todo, por los complejos de inferioridad y culpabilidad que en ellos produce la opulencia de sus sociedades, creció y se fortaleció hasta dominar el discurso político europeo y entronizarse como referente moral. Así ha conseguido gobernar, (véase España que sin pudor alguno ha nombrado ministros comunistas) a pesar de su totalitaria y brutal historia.

El delito de odio español es uno de los más eficaces instrumentos represivos, censores, al servicio del Comunismo y el Socialismo. Es un delito que castiga la libertad de expresión y de pensamiento

El triunfo del Socialismo y de las élites intelectuales y periodísticas europeas en la asquerosa tarea de asear y maquillar la naturaleza asesina del Comunismo, ha sido total. Todos saben quiénes fueron Adolf Eichmann o Josef Mengele, pero nadie conoce a Blojín. Hay cientos de películas sobre la maldad nazi y su capacidad asesina, muy pocas sobre la maldad comunista y su capacidad asesina.  

Y, por mencionar un ejemplo actual y local e iluminar un poco el nivel de institucionalización de la propaganda comunista en occidente, en Barcelona han cerrado una librería y metido en la cárcel a su dueño, Pedro Varela, por vender libros nazis, mientras se acepta con la mayor impunidad la venta de toda clase de libros comunistas. Prohibir libros es un acto totalitario. Pero. Depende. Todo amparado por el famoso delito de odio. El delito de odio español es uno de los más eficaces instrumentos represivos, censores, al servicio del Comunismo y el Socialismo. Es un delito que castiga la libertad de expresión y de pensamiento. Y sin libertad de pensamiento y de expresión no hay democracia. La libertad es el bien supremo y la libertad de expresión su corazón.

Y así llegamos al último retoño, hijo del Socialismo, el llamado Izquierdismo o Progresismo. Toda una sagrada familia que representa el Bien, la superioridad moral y el lado correcto de la Historia, a pesar de no ser más que una estirpe de asesinos, genocidas, esclavistas y ladrones.  

Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras.  

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