El defensa del Real Madrid, Dani Carvajal, no concede entrevistas en cuatro idiomas como ha hecho su compañero de equipo Thibaut Courtois tras la victoria del Real Madrid en la Supercopa de la UEFA contra el Eintracht de Frankfurt. Como el belga realizó varios paradones decisivos, que no son sino continuidad de otras brillantes actuaciones, se ha trasformado en un líder en el vestuario, y se ha consolidado como uno de los mejores guardametas del mundo. Courtois habla holandés, francés, inglés y español. Añade así el título de políglota al de sus méritos futbolísticos.
¿Es más diestro Courtois para las lenguas que otros jugadores como Beckham, que no aprendió ni una palabra de español en los cuatro años que vivió en Madrid, o como Messi que humilló al secesionismo azulgrana con su ineptitud para articular unas palabritas en una de las dos lenguas de los independentistas después de toda una vida domiciliado en territorio comanche? ¿Es más inteligente Thibaut que el leganense Carvajal que solo concede entrevistas en español?
Se distingue así del bilingüe, condición que se aplica a quien conoce una lengua y buena parte de otra que no necesita utilizar a diario
Thibaut Courtois y Dani Carvajal nacieron el mismo año, 1992, uno en Brée, ciudad belga de habla holandesa (o neerlandesa) y el otro en Leganés, localidad al sur de Madrid. El padre del belga es valón de habla francesa, de ahí su apellido, y su madre flamenca de habla holandesa. Los valones (nada que ver con los balones, lo digo por los de la Logse) hablan francés, con un aporte léxico y fonético emparentado con las lenguas germánicas. Los flamencos hablan una variedad del holandés propia de Flandes. Tuvo por tanto Thibaut una infancia ambilingüe o de convivencia de dos códigos que necesitaba utilizar a diario. Se distingue así del bilingüe, condición que se aplica a quien conoce una lengua y buena parte de otra que no necesita utilizar a diario. El neerlandés en su variedad flamenca es la lengua materna de más del 60% de la población. En parecida proporción el catalán es lengua materna en Cataluña.
Desde antiguo los puestos administrativos, profesionales y de dirección recaen casi por completo en el sector francófono de la población, incluso en Flandes. Solo en épocas relativamente recientes los hablantes de flamenco tuvieron acceso al poder económico y político. Esta desconsideración ha enfrentado, y sigue oponiendo, a las dos comunidades, que con frecuencia buscan refugio en el conocimiento ambilingüe.
Y como el Real Madrid suele fijarse en los mejores, lo trajo de nuevo a Madrid, pero ahora al barrio de los afortunados, la Castellana, en 2018
Contaba Thibaut ocho años cuando el KRC Genk se fijó en él, le hizo una prueba y se incorporó a las categorías inferiores del club belga de habla holandesa. Por entonces ya sabía francés. A los 19 años lo fichó el Chelsea, pero pasó las tres primeras temporadas de su contrato cedido en el Atlético de Madrid, con el que ganó la liga española en 2014 y llegó a la final de la Liga de Campeones. Un éxito que lo catapultó. El Chelsea lo reclamó y pasó cuatro años en el londinense barrio de Fulham, sede del afamado Club de lengua inglesa. Y como el Real Madrid suele fijarse en los mejores, lo trajo de nuevo a Madrid, pero ahora al barrio de los afortunados, la Castellana, en 2018. Un fichaje de 35 millones de euros que lo convertía en el quinto portero mejor pagado de la historia. Aquel mismo año fue elegido por la FIFA el mejor guardameta del mundo. Pero volvamos a la condición políglota del belga.
Tan apasionante como sus paradas es su currículo amoroso. Durante varios años tuvo una relación o noviazgo o matrimonio, pues las tres palabras se acercan cada vez más a la sinonimia, con la canaria Marta Domínguez, madre de sus dos hijos, Adriana y Nicolás. En julio de 2021 anunció en las redes sociales que mantenía una relación con la modelo israelí Mishel Gerzig.
Por supuesto que lo de Messi está muy claro. Si toda la población catalana es hispanófona, el pibe no hizo esfuerzo alguno por aprender una lengua tan inútil en su palmarés de goleador
Uno es dueño de los idiomas que necesita, y no de los innecesarios. El portero belga ha necesitado en su devenir los cuatro de sus entrevistas. Los dos primeros son heredados, los otros son casi heredados, pues los ha integrado en una edad temprana en lugares y con personas con quienes necesitaba hablarlos, y se han instalado sin esfuerzo en su patrimonio. Probablemente su habilidad para escribirlos es mucho más limitada, porque no le ha hecho falta más allá del wasap que intercambia con familiares y amigos. Seguro que no conoce las reglas de acentuación del español, pero tampoco las necesita para vigilar y atajar la entrada de balones en la red.
Dani Carvajal no debió aprender mucho alemán durante la temporada que estuvo en el Bayer Leverkusen. Y no lo aprendió porque no le hizo falta, porque el español es una lengua sólida de hablantes monolingües. Tampoco le hizo falta a Beckham aprender español porque su lengua es tan conocida por los otros que evitó ese aprendizaje. Y por supuesto que lo de Messi está muy claro. Si toda la población catalana es hispanófona, el pibe no hizo esfuerzo alguno por aprender una lengua tan inútil en su palmarés de goleador.
Aprendemos de manera bastante natural las lenguas que necesitamos. A unos les hace falta el inglés, y nada más. A los de Leganés que juegan como defensas en el Real Madrid, el español y poco más. A quienes saben vasco o gallego les hace falta de manera imprescindible el español. Y Thibaut Courtois ha precisado cuatro lenguas, como bien indica su biografía, por eso puede conceder entrevistas en las cuatro.
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