Opinión

Crecer hacia el centro

El PP debe abrirse al centro, ha de ser un partido de amplio espectro para tener opciones de gobernar. Y esto solo resulta creíble para el votante si a su derecha hay otro partido más conservador

Nos cuenta don Juan Manuel en El Conde Lucanor que un hombre y su hijo iban camino del mercado con una acémila para llevar después la carga. Primero marchaban los dos a pie y los criticaron por ir el animal sin peso; luego los criticaron por ir el joven montado y el viejo andando; después, por ir el mayor en la cabalgadura y el otro a pie; finalmente, por ir los dos sobre el animal.

El político en democracia, como hombre público (valga la expresión para hombre y mujer), está expuesto a la crítica de los ciudadanos, y cada cual ve la cosa a su manera. Feijóo hará lo que a su entender le convenga más, pero aquí estamos para opinar. En el promedio de sondeos electorales sobre las próximas elecciones generales actualizado a 5 de diciembre de 2022 (electocracia.com), la derecha pierde por poco margen la mayoría absoluta. El PP experimenta una caída mientras que el PSOE se muestra estable. Vox sube con cierta fuerza y Unidas Podemos también registra una leve subida.

Si tras la escalofriante subida de la energía, los estragos de la ley de “solo sí es sí”, los indultos, la supresión de la sedición, el compadreo con Bildu o la sonrojante designación del exministro Campo para magistrado del Constitucional, la intención de voto está como está, ¿qué catástrofe bíblica tiene que ocurrir para dar el vuelco?

El PP debe plantearse una estrategia política que le permita atraerse más voluntades. Parece que lo de esperar a que caiga en la cesta la breva madura no es una idea muy acertada. Más bien hay que ilusionar con iniciativas valientes y liderazgo. En este tiempo crítico en que tanto nos jugamos, con fuerte marejada y fuego cruzado, este no es país para pusilánimes. Sobran marineros de agua dulce.

Feijóo tuvo su efecto cuando dio un paso adelante. Pero los efectos son estelas efímeras, luego hay que demostrar la valía enfrentando los problemas, hay que ilusionar a los futuros electores. Y si el líder no puede solo con el peso de la cruz, entonces tiene que formar un equipo con los mejores para la ocasión. No basta con traer a Madrid a los amiguetes del terruño, son necesarias más Cayetanas que sepan devolver los mandobles. Y a continuación, que se vea que hay alternativa sólida.

Ante el obsceno espectáculo de los separatistas imponiendo su ley en el gobierno de España, el primer partido de la oposición debería hacer temblar con argumentos contundentes los cimientos del Congreso

No es de recibo que la derecha se trague continuamente los sapos de facha, fascista o nazi mientras los que insultan tienen la piel fina como el papel de fumar. Hay que sacudirse el complejo de la inferioridad moral de la derecha. Resulta descabellado que aquellos que insultan a los partidos de esta orientación con el despectivo el trifachito sean los mismos que tienen la desvergüenza de pactar con sediciosos y exetarras. Además, ante el obsceno espectáculo de los separatistas imponiendo su ley en el gobierno de España, el primer partido de la oposición debería hacer temblar con argumentos contundentes los cimientos del Congreso.

En cuanto al ideario político, muchos analistas opinan que debería existir un solo partido en la derecha para rentabilizar al máximo el voto. Nos parece, en cambio, que es mejor que haya un partido de derecha más conservador como Vox y otro que tienda al centroderecha, para captar al votante desencantado de Ciudadanos y el voto en blanco de las encuestas. El PP debe abrirse al centro, ha de ser un partido de amplio espectro para tener opciones de gobernar. Y esto solo resulta creíble para el votante si a su derecha hay otro partido más conservador. Ciertamente hay espacio para crecer, teniendo en cuenta la polarización del PSOE actual hacia la extrema izquierda y los nacionalismos.

Es preciso un liderazgo fuerte para arrastrar a los tuyos y seducir a los que no lo son. Hay que ser audaz y abordar con mucha sensibilidad los temas que se ha apropiado la izquierda como el cambio climático, las energías renovables, el colectivo LGTBI o la eutanasia, por citar algunos. Liberalismo económico sí, pero también protección social o educación y sanidad públicas y de calidad, junto a la iniciativa privada.

No sabemos si al final Feijóo decidirá ir a pie o montado sobre la mula. ¡Ojalá acierte por el bien de todos!

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