La moción debe presentarse por escrito, estar motivada y ser propuesta por al menos 35 diputados (la décima parte de la Cámara) aunque en este caso ha sido presentada por los 84 socialistas. También debe proponer candidato alternativo para evitar que haya un periodo sin ejecutivo. En esta ocasión, como cabía esperar, el candidato es el mismo Pedro Sánchez, pese a no ser diputado.
Aunque la mesa tiene potestad para fijar la fecha del debate de la moción, al menos tienen que transcurrir 5 días hábiles hasta la votación, por lo que, como muy pronto, nos pondríamos en el próximo viernes 1 de junio. Hasta el martes próximo aún se podrán presentar mociones alternativas a la del PSOE pero no parece que vaya a haber novedades teniendo en cuenta que los 32 diputados de Ciudadanos son insuficientes para presentar una moción (no alcanzan el 10%) y que Unidos Podemos se ha quedado a la sombra del PSOE.
Abrirá el debate el parlamentario que defienda la moción y el Gobierno responderá (la última vez recordemos que fue el mismo Rajoy quien contestó a Montero). Posteriormente será el candidato alternativo, en este caso Pedro Sánchez, quien presentará su proyecto, los grupos parlamentarios fijarán posición y en todo el debate el Gobierno podrá intervenir si lo desea.
Si Sánchez lograra formar gobierno tendría enfrente la mayoría absoluta del PP en el Senado, controlando, entre otras cosas, los Presupuestos
Para que sea aprobada la moción necesita una mayoría absoluta. Si lo lograra, el candidato sería investido como nuevo presidente del Gobierno y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, lo comunicaría al Rey a los efectos de hacer oficial su nombramiento. Posteriormente, el ya nuevo presidente formaría Gobierno, pero la Oposición, del PP, seguiría controlando los Presupuestos Generales del Estado con su mayoría absoluta en el Senado.
Escenario actual
El PSOE ha argumentado que su moción es “para cumplir la Constitución Española”, para “garantizar la estabilidad y la regeneración de la vida política”, así como para “hacer frente a la emergencia social con políticas sociales” y, además, para convocar elecciones.
Con este movimiento, el PSOE se lo pone difícil a Ciudadanos, no incluyendo la posibilidad de tener a Podemos en el Gobierno y, además, planteando la convocatoria de elecciones. Hay que señalar que esa futura convocatoria electoral no tiene plazo regulado por lo que será cuestión de voluntad o de negociación previa entre los grupos.
La moción no parece que prospere a día de hoy, aunque ya se han pronunciado a favor Podemos, PdCAT, Bildu, Nueva Canarias y Esquerra, sumando 174 escaños, a dos de esa mayoría necesaria. El PNV pone pegas a la moción porque quiere esos presupuestos que incluyen todo lo que le ha sacado al Gobierno, del que se está convirtiendo, de facto, en el principal aliado de Rajoy. Coalición Canaria se desmarca, defendiendo la integridad de España frente a PdCat, Bildu y Esquerra.
Mientras, Rajoy se centra en el éxito de los flamantes PGE, en el artículo 155 y cataloga la moción como una maniobra “contra la estabilidad” y como una propuesta “mala” para todos los españoles.
Un dato a tener en cuenta es que mientras haya una moción de censura en trámite no es posible convocar elecciones. Ciudadanos tiene ahora la presión, Rivera tiene que explicar bien su posicionamiento en contra de la moción ya que de ellos depende que salga adelante, al mismo tiempo buscará pactar ese adelanto electoral que ya han proclamado y que tendrán que ver con quien lo negocian, con el PP o con el PSOE. Seguramente con quien más les interese y con quien se entiendan mejor.
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