Al hilo de los desastres del PSOE y de Podemos, me contaba el otro día un amigo un chiste que surgió en la Unión Soviética, que hablaba de un ruso que quería comprar un coche. El hombre acudió, emocionado, al concesionario de Lada y le pidieron que rellenara una solicitud. Al terminar, el vendedor le dijo: “Está todo bien, señor, venga a por el automóvil el 27 de octubre de 1983”. El interesado, respondió: “¿Me paso mejor por la mañana o por la tarde?”, a lo que su interlocutor exclamó, sorprendido: “¿Por qué quiere saberlo, si faltan 15 años para ese día?”. El ciudadano sentenció: “Es que por la mañana iba a venir el fontanero”.
El mayor experimento socialista de la historia fue un desastre, pese a que tantos intelectuales occidentales se dedicaran durante tantos años a reír las gracias a los bolcheviques y a sus crueles ocurrencias. Los letones también se lo tomaban con humor... con un humor muy negro. Había un chiste sobre un padre que estaba contento por haber conseguido tres patatas para que su familia pudiera comer ese día. Al llegar a su hogar, descubrió que su mujer se había muerto de hambre y a su hija se la había llevado la KGB a Siberia. Entonces, pensó, resignado: “Bueno, más patatas para mí”. Cuando las fue a pelar, descubrió que estaban podridas.
Las ocurrencias de la izquierda actual no generan tantos miles de víctimas ni derivan en persecuciones tan evidentes, pero también son alabadas por cierta prensa e incluso emuladas por la derecha. Es cierto que ya no existe un Mao que ordene un exterminio de gorriones ni un Fidel Castro que anuncie en televisión la compra de un toro semental con el que iniciar un proyecto para crear la mejor vaca de la historia, que daría carne, leche y los buenos días. Tampoco hay un Stalin que conceda 10.000 dólares al camarada Iliá Ivanov para que introduzca semen humano en una chimpancé con el objetivo de crear un híbrido con lo mejor de las dos especies.
Occidente no sufre de esos caudillos, pero los nietos ideológicos de estos iluminados siguen en política y no renuncian a aplicar el proselitismo socialista a la gestión política. Evidentemente, con resultados nefastos.
Ocurrencias como el 'sólo sí es sí'
Podría hablarse largo y tendido del destrozo que ha ocasionado en la psique colectiva el neo-marxismo de la igualdad y las identidades. El eco-feminismo. El que llega a considerar que el planeta se ha recalentado por culpa del hombre blanco y heterosexual. El que justifica la existencia de un Ministerio de Igualdad, cuya soberbia e impericia han provocado que 979 delincuentes sexuales se beneficien de una reducción de penas.
Este jueves se votaba en el Congreso de los Diputados la reforma exprés de la ley del 'sólo sí es sí' y la situación causaba sonrojo. No sólo por la necesidad de corregir este aberrante desaguisado, sino porque quienes lo impulsaron llevan varias semanas interpretando el papel de víctimas de una cacería. ¿Por qué? Porque una de las máximas de quienes defienden el socialismo es el de no reconocer nunca el error o la derrota. La legitimidad siempre está de su lado, que es donde se hallan los justos, dicen.
Por eso, pese a sus errores y su evidente declive, no se han arrugado y han aprobado en este inicio de 2023 varias leyes sociales de dudosa utilidad, desde la trans hasta la de bienestar animal. Y por eso ahora pretenden cerrar la legislatura con una medida propagandística que generará el efecto contrario al que anuncian: controlar el precio de los alquileres. Hay que reconocer que el asunto es espinoso, dado que el salario medio en España lleva casi estancado desde antes de la 'gran recesión', pero no así el precio de la vivienda, ni mucho menos el de los arrendamientos. Y qué duda cabe que nadie aspira a vivir debajo del Puente de Toledo. Dicho esto, una vez más se ha interpuesto la ideología sobre la lógica del mercado y se ha señalado a los propietarios, que tendrán que pagar las consecuencias de la enésima medida populista que busca votos entre los descontentos.
Sobra decir que los inquilinos también sufrirán las consecuencias de esta medida. Entre otras cosas, porque seguramente provoque terror en los tenedores de viviendas, lo que disminuirá la oferta de alquileres. Así lo explicó Miguel Boyer al analizar el efecto destructor sobre este mercado que causó la ley franquista de control de precios. De ahí el tópico de que España es un país esencialmente de propietarios.
Existe un precedente en Berlín que permite anticipar lo que podría ocurrir en España. Allí se tomaron medidas para facilitar el acceso de sus ciudadanos a los 'alquileres dignos' y, según el Instituto Ifo, los precios se controlaron en las zonas reguladas, pero, a cambio, se produjo una importante reducción del número de viviendas disponibles para el arrendamiento en estas áreas. Esto provocó un aumento de la demanda de las 'no reguladas' que incrementó sus precios.
Esto es lo de siempre: cuando un mercado presenta anomalías, la postura más lógica sería la de analizarlo para detectar sus desperfectos y corregirlos. ¿Por qué ha aumentado el precio del alquiler en determinados puntos de España? ¿Porque zonas como Madrid y Barcelona han recibido población sin parar en los últimos años? ¿Porque los propietarios están asustados por la morosidad o la okupación? ¿Por el aumento del precio de la vivienda? ¿Porque se ha disparado el número de alojamientos turísticos? Quizás en lugar de meter la mano en el bolsillo de los ciudadanos, habría que hallar dónde se encuentran los problemas y tratar de corregirlos.
Esto es lo de siempre: cuando un mercado presenta anomalías, la postura más lógica sería la de analizarlo para detectar sus desperfectos y corregirlos
Pero ya se sabe que los nietos de los revolucionarios ancestrales son proclives a cometer su mismo pecado: el de no respetar la propiedad privada ni el esfuerzo que conlleva el conseguirla. Lo suyo es el agitprop, el proselitismo continuo, las leyes vacías de contenido -o perjudiciales para la sociedad, como la del 'sólo sí es sí'- y esa máxima que les lleva a disponer del dinero y los bienes de los demás en pos de un proyecto social común que pocos quieren y ya sólo los despistados reclaman. Porque poco bueno trae.
Curiosamente, este jueves, tras aprobar la modificación de la ley 'sí-sí' -que incrementa la fractura entre el PSOE y Podemos-, Moncloa anunciaba la exhumación de Primo de Rivera, que será el próximo lunes. En 2019, sacaron a Franco de la tumba. Ahora toca capitalizar el desentierro del líder falangista al que moverán porque así lo dicta la Ley de la Memoria Histórica Oficial y Selectiva.
No paran. No tienen límite. Consideran que su crédito y su legitimidad son infinitas y que el proyecto social que defienden es tan elevado que el fin justifica los medios y casi cualquier error. Y así nos va. Con estos elementos se construye la amarga crónica de nuestros días.
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