“Tal vez no lo veremos, porque estaremos muertos y enterrados, pero es seguro que los que vendrán después de nosotros verán a los reyes de la Tierra ponerse de rodillas ante Cataluña. Y será entonces cuando los lectores de mi libro, si todavía quedan algunos ejemplares, sabrán que tenía razón. Cuando se mire a los catalanes, será como si se mirara la sangre de la verdad; cuando se les dé la mano, será como si se tocara la mano de la verdad. Muchos catalanes se pondrán a llorar de alegría; se les deberá secar las lágrimas con un pañuelo.
Porque serán catalanes, todos sus gastos, donde vayan, les serán pagados. Serán tan numerosos que la gente no podrá acogerlos a todos como huéspedes de sus viviendas, y se les ofrecerá el hotel, el más preciado regalo que se le pueda hacer a un catalán cuando viaja.
Al fin y al cabo, y pensándolo bien, más valdrá ser catalán que millonario. Como las apariencias engañan, aunque un catalán sea más ignorante que un asno, los extranjeros lo tomarán por un sabio, que lleva la verdad en la mano. Cuando Cataluña sea reina y maestra del mundo, nuestra reputación será tal, y la admiración que se nos manifestará llegará a tales cumbres, que muchos catalanes no se atreverán a decir su origen y se harán pasar por extranjeros.
Si alguien se maravilla de que Cataluña -que, en comparación con otras naciones, no tiene nada y no representa nada; que no tiene ni lo más mínimo, es decir la independencia política; la decisión de la cual no pesa nada en los consejos de Estado- esté destinada a dominar el mundo, si alguien se maravilla de esto, nosotros responderemos esto otro: 'Si hubieran dicho a los romanos, cuando querían dominar Judea, que los judíos los dominarían a ellos, así como a toda Europa y América -que aún no había sido descubierta-, es seguro que se habrían puesto a reír'".
Las mayores desgracias humanas
Cualquier persona, más o menos cuerda, pensaría que quien escribe algo así está completamente zumbado, pero nada más lejos de la realidad, se trata, sencillamente, de un nacionalista. Estas palabras de Francesc Pujols, escritor y filósofo muy apreciado en su época, definen de la manera más exacta a los nacional–independentistas catalanes. No se puede entender a los nacional–independentistas catalanes sin conocer el pensamiento, es decir la fantasía fundamentalista catalanista de Pujols. Podría parecer cosa poco seria, por fantasiosa. Pero. ¿De qué está pavimentado el camino de las mayores desgracias humanas? De fantasías. Mencionemos unas pocas: la religión organizada, la superioridad racial (la aria, en particular), el comunismo mundial, la dictadura del proletariado, el carácter humanista de la Revolución Cubana, la superioridad de la Igualdad y el Colectivismo sobre el Individuo.
Hay que destacar que los nacional–independentistas nunca han sido mayoría en Cataluña. Se trata de la imposición de una minoría sobre la mayoría
Al intentar entender el poder de la fantasía nacional catalana y la magnitud del triunfo de los nacional–independentistas tribales catalanes (y vascos), sobre los españoles libres e iguales, hay que destacar que los nacional–independentistas nunca han sido mayoría en Cataluña. Se trata de la imposición de una minoría sobre la mayoría. Hay que quitarse el sombrero ante el poder de su fantasía nacional.
Y a pesar de su carácter minoritario, han conseguido convencer a casi todos los españoles de que hablan y representan a la mayoría de los habitantes de la región catalana. Y a los que más han convencido es a los políticos españoles, tanto del PP como del PSOE. La única política bipartidista española desde el triunfo de la democracia ha consistido en complacer las exigencias de los tribales catalanes y vascos. En ponerse de rodillas ante ellos. Y en poner de rodillas a todos los españoles libres e iguales. ¿Por qué? Esa es una gran pregunta. Cuyas respuestas oficiales y conocidas son ¡puras fantasías! ¡Derechos históricos! ¡Países imaginarios!
ETA y la sociedad cómplice
Por qué perjudicar y menospreciar a la mayoría de los españoles para beneficiar y mimar a minorías nacional–independentistas regionales. Por qué otorgarles carta de superioridad. Que podían hacer, en caso de ser tratados como el resto de los españoles. ¿Alzarse en armas? No me hagan reír. Les pesa demasiado el trasero. Y, por favor, no salgan con ETA. ETA era sólo una banda de asesinos al servicio de una sociedad cómplice que compartía su fantasía de superioridad racial y tribal.
Yo que soy tan mal pensado, a veces pienso que la relación entre los negocios de la oligarquía catalana y la pertinaz corruptela de la política española, ha sido un factor importante. Dentro de un contexto de parasitismo endémico. Porque serán catalanes, todos sus gastos, donde vayan, les serán pagados. Etcétera.
Queda en pie la pregunta. Cómo siendo una minoría a lomos de una fantasía ridícula, han conseguido tanto poder. Cómo han llegado, prácticamente, a gobernar España. Y cómo, últimamente, han logrado convertir su enloquecido Procés en agenda nacional española. Sospecho que, amén de su irresponsabilidad, su estupidez y su cobardía, ha sido gracias a la corrupción de los políticos españoles. De estos polvos han venido estos conciertos, cupos y financiaciones singulares que hoy son tema principal de la conversación política española. De aquellas cobardías y corruptelas, estos chantajes.
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