Opinión

Del discurso incompleto del Rey al año de 'Donald Musk'

Sánchez no ha renunciado a la posibilidad de convocar una ‘consulta nacional’ sobre la Monarquía

La función moderadora y la aparente obligada neutralidad del Rey Felipe VI le impidieron al monarca señalar a los responsables de la crisis y la fractura política y social que se deriva de ‘la atronadora’ contienda política vigente en España. La que, como dijo en su discurso de Navidad, provoca mucho ruido y la ausencia de ‘serenidad’ para abrir un espacio de entendimiento que favorezca el ‘bien común’ y la convivencia nacida  en la Constitución de 1978. 

La crisis española no es solo de ruido y de fractura política y social porque, además, estamos asistiendo, por culpa del Gobierno de Pedro Sánchez, al ataque constante y la ocupación a y de las instituciones, especialmente, de la Justicia, así como asistimos al acoso de los medios de comunicación no adictos al sanchismo. Todo ello con el doble objetivo de la permanencia de Sánchez en el poder y de torpedear las investigaciones de los casos de corrupción que afectan a la familia del presidente, a su Gobierno y al PSOE. Y que podrían llegar incluso a la apertura del ‘caso Sánchez’. 

Estamos en la renovada última versión del 'Gobierno Frankenstein’, nacido al grito de ‘¡somos más!’ que Sánchez lanzó desde el balcón de Ferraz en la noche electoral del 23 de julio de 2023

De manera que ruido sí que hay, pero emana de la corrupción, las mentiras del Gobierno y del abuso de poder para mantenerse en la Moncloa. Lo que Sánchez consigue con pactos parlamentarios contra natura democrática y sellados con un famoso grupo de delincuentes/dirigentes (Otegui, Junqueras y Puigdemont), partidos separatistas y ‘chantajistas’ (que venden sus votos al contado) como el PNV, y con una extrema izquierda anti española y anti europea de Podemos y Sumar.  De todo esto nada dijo el Rey.

Estamos, pues, en la renovada última versión del 'Gobierno Frankenstein’, nacido al grito de ‘¡somos más!’ que Sánchez lanzó desde el balcón de Ferraz en la noche electoral del 23 de julio de 2023 por culpa los muy graves errores de Alberto Núñez Feijóo durante la campaña electoral. Tan graves como su actual empeño en cortejar al delincuente Puigdemont

El discurso del Rey fue, pues, incompleto y tuvo un escaso seguimiento (unos 5.900.000 espectadores frente a los 11.000.0000 de 2020). Y que se cuide Felipe VI de creer que su buena actuación frente a la Dana ha consolidado para siempre a la Monarquía, como le dicen sus empalagosos aduladores, porque eso es tanto como el asegurar que Sánchez ha renunciado para siempre a la posibilidad de convocar una ‘consulta nacional’ sobre la Monarquía y la Republica, por ejemplo, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Franco

Está claro que a Pedro Sánchez le gustaría ser el futuro presidente de la III Republica Española y está convencido de que, en esta España, ‘los republicanos somos más’.

Parece claro que Elon Musk (el señor X) jugará un papel muy importante junto al presidente Donald Trump en las políticas americana e internacional. Y que ambos tendrán su primera prueba de fuego en la crisis de la guerra de Ucrania

El año 2025 se nos presenta como año judicial de los casos de corrupción del sanchismo en España, lo que no impedirá que Sánchez siga en el poder. Y en el plano internacional como el año de la incertidumbre en Europa y el regreso a la presidencia de los EE.UU. de Donald Trump

Y esta vez, acompañado de su amigo multimillonario (cerca de medio billón de dólares) Elon Musk, al que con sorna ya le empiezan a llamar en Washington ‘la primera dama’ y que, a veces actúa, como si fuera el verdadero presidente. El cargo que le hubiera gustado tener y nunca logrará porque nació en Suráfrica.

En todo caso, parece claro que Elon Musk (el señor X) jugará un papel muy importante junto al presidente Donald Trump en las políticas americana e internacional. Y que ambos tendrán su primera prueba de fuego en la crisis de la guerra de Ucrania, sobre la que Donald Trump y Vladimir Putin ya han tenido en secreto varias conversaciones. Una cuestión que sin duda inquieta a la UE y amenaza su histórico sueño y su compromiso de unidad política y democrática, porque ya son varios los gobiernos de la UE que se acercan a Putin y bastantes los gobiernos ultra conservadores que se identifican con Trump. 

Dudas sobre el futuro del presidente

El presidente electo dispone de un inmenso poder, pero tampoco absoluto, como se lo ha demostrado una treintena de congresistas republicanos que echó por tierra el ‘techo de gasto’ USA que pretendía Musk para disponer sin límite de una masa presupuestaria y poner en marcha su ambiciosa reforma estructural de la administración americana. Naturalmente, el ‘matrimonio’ de los ‘Donald Musk’ puede fracasar, salvo que Trump esté -como lo afirman algunos analistas americanos- más débil física y psíquicamente de lo que aparenta, en cuyo caso acabará siendo una marioneta de su pareja política. En línea con lo ocurrido a Joe Biden, quien anunció tarde su retirada, por incapacidad física y mental, y se equivocó al imponer a Kamala Harris como candidata demócrata frente a Donald Trump. 

Muy a pesar de sus diatribas y programas ultra conservadores, Trump logró llevarse el pasado 22 de noviembre el voto de los sectores más desfavorecidos de la sociedad americana. Igual que ocurrió en Argentina con Javier Milei y lo que ya está sucediendo en Europa en favor de los partidos y los gobiernos ultra conservadores. Una Europa que tiene gripado el motor de la UE, el ‘Eje Paris-Berlín’, al que Trump pondrá pronto a prueba en la UE y la OTAN. Empezando por la guerra de Ucrania donde los EE.UU. tienen la llave del armamento que le permite resistir a Volodimir Zelenski frente a la Rusia de un Vladimir Putin, del que se dice que mantiene una continua y secreta relación con Donald Trump. 

Guerra comercial con China

Y todo ello en un tiempo nuevo donde la caída del régimen autocrático de Bachar El Assad en Siria ha beneficiado a Israel frente a Hezbolá e Iran, al tiempo que podría allanar el camino de la difícil paz en Gaza. Y a no perder de vista la creciente potencia China, donde su presidente Xi Jinping se prepara para una eventual guerra comercial con Washington.

Nos adentramos, pues, en un incierto y apasionante año de 2025 tanto en la política española como la internacional. En las que están en juego muchas cosas para nuetro país bajo el mando de Sánchez, y para Europa bajo el mando de Trump. Y, en ambos casos, en el menoscabo del modelo de las democracias liberales y en beneficio de regímenes de corte autocrático lo que en Europa que se convertiría en una dramática involución contra del ideal democrático que tanto nos ha costado levantar, desde el final de la II Guerra Mundial. 

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