Opinión

La desolación del PSOE

Numerosos cuadros socialistas creen que, sean las elecciones en abril o en mayo, los españoles van a pasar factura a Pedro Sánchez por sus contradicciones y la negociación con el independentismo catalán

"Ya lo decíamos nosotros", es la frase más escuchada estos días en las federaciones del PSOE que tomaron posición contra Pedro Sánchez después de las elecciones del 20 de diciembre de 2015. No se trataba, dicen, de la típica pelea de poder que hay en todos los partidos ni de una animadversión personal, sino de un intento desesperado "por no acabar aquí".

¿Y qué es aquí? Pues aquí es en un callejón sin salida; con un presidente del Gobierno desairado por los independentistas catalanes, sin presupuestos, y abocado a convocar en abril un referéndum sobre un relato que espanta a un partido ahora mismo desolado y en estado de shock: o todo ha sido un fracaso inducido por su exceso de confianza ante los pérfidos Quim Torra y Carles Puigdemont, y hay que decidir si darle otra oportunidad en las urnas o directamente fue un "traidor" a España... ¿Alguien da más?.

Pudo convocar elecciones en el otoño pasado, cuando todavía lucía su gobierno bonito de los Borrell, Nadia Calviño, Pedro Duque et altri, pero prefirió agotar la legislatura hasta junio de 2020 (¡¡), en parte presionado por su compromiso con el PNV, y en parte por desafío a esos barones que le habían defenestrado en un Comité Federal para olvidar.

A Sánchez le ha podido le ha podido la tentación de pasar a la historia como el ‘pacificador’; la tentación de probar si en la ‘piscina’ catalana había agua

Nadie le exigía que presentara proyecto de ley de Presupuestos. Es más, él mismo parecía decidido a "no marear a los españoles". Pero le pudo la tentación de pasar a la historia como el pacificador; la tentación de probar si en la piscina catalana había agua. Y no, no la había. Solo el cemento de la autodeterminación contra el que estamparse.  

Ahora, quien lo tenía todo para inaugurar un nuevo ciclo de izquierda en España puede acabar arrebatando a Leopoldo Calvo Sotelo -febrero de 1981/diciembre del 82- el título de presidente más efímero de la democracia. Está obligado a elegir entre lo malo, convocar elecciones en abril para no poner en (más) riesgo la reelección de presidentes autonómicos y alcaldes socialistas el 26 de mayo, o lo peor: "suicidar" al partido, dicen los críticos, jugándosela a todos en ese superdomingo. 

Para no pocos dirigentes socialistas el de Sánchez es el cuento de la lechera; la realidad es que los tres partidos de la derecha sacan entre cinco y diez puntos a la suma PSOE/Podemos

Sánchez calcula que Ciudadanos, que está perdiendo voto en favor de Vox, puede acabar haciendo imposible reeditar en el Congreso ese tripartito con el PP y la ultraderecha que ha desalojado a Susana Díaz de la Junta de Andalucía. Y con él en La Moncloa, como Mariano Rajoy entre diciembre de 2015 y octubre de 2'016, cuando fue investido... viendo pasar cadáveres de enemigos.

Su equipo lo da por seguro, pero a los barones y a muchos cuadros socialistas les parece el cuento de la lechera"No salen las cuentas" ni con los independentistas de nuevo, argumentan, si, como auguran todos los sondeos, la suma de los tres partidos de la derecha sacan entre cinco y diez puntos a la suma PSOE/Podemos. Veremos.

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