El 21 de junio de 2015, en el Teatro Price de Madrid, se anunció al mundo la candidatura presidencial de Pedro Sánchez. De fondo, la bandera nacional más grande que nunca hubiera exhibido el PSOE. El discurso, una llamada a la unidad de los españoles y a la defensa del régimen del 78, amenazado por Podemos, como advirtió. En aquel escenario se fabricó la estética más patriótica para la nueva era socialista. Tanto que sorprendió a la vieja guardia allí presente. Todo quedaría en simple tramoya teatral.
El partido tardó nada en esconder la bandera e iniciar ocho años de disparates que desembocaron este martes en la comparecencia de Puigdemont en Bruselas. En una cómica imitación de presidente bananero en el exilio, volvió sobre sus pasos de golpista: amnistía, mesa bilateral, referéndum de autodeterminación, etcétera. Declaración Unilateral de Independencia (DUI), pero ahora con el aval del Gobierno de España. El golpista le acaba de dictar a Sánchez desde su refugio belga qué condiciones debe cumplir si quiere la presidencia de gobierno. Si funcionó con los indultos, por qué no, con la amnistía. El prófugo exige a los socialistas que arríen de España. Hay predisposición. Durante ocho presupuestos seguidos -en los que participé como portavoz socialista- el PNV repetía la exigencia de cesión del cuartel de Loyola al ayuntamiento de San Sebastián, que siempre rechazamos. Como enfatizaba el ministro Bono -entonces, no sé ahora-, no lo hacían por un plan de viviendas, sino para expulsar de la ciudad al Ejército, para retirar la enseña nacional. Hasta que, en los presupuestos de 2021, Sánchez cedió esas instalaciones militares con la misma facilidad con la que ahora se dispone a entregar el cuartel de la Policía Nacional de Vía Laietana en Barcelona.
Con un tramposo como Sánchez, la pedagogía cuenta decisivamente. Que se lo pregunten a Rivera y Arrimadas
Con este Partido Socialista debe lidiar Feijóo. Desde sectores del PP se le critica por ofrecer a los socialistas un acuerdo de gobernabilidad. Insinúan que su líder no conoce al candidato del PSOE, aunque ha demostrado conocerle bien. Parece obvio que se está dirigiendo, no a los jefes socialistas, que ya a nadie engañan, sino a sus electores, decisivos en esta coyuntura. Con un tramposo como Sánchez, la pedagogía cuenta decisivamente. Que se lo pregunten a Rivera y Arrimadas. La práctica política demuestra que las pasiones que guían los comportamientos electorales no cambian con facilidad. Especialmente si se utiliza la muy arraigada narrativa izquierda-derecha como parapeto desde el que justificar cualquier cosa.
Para colocar a diputados y votantes socialistas ante su propia responsabilidad, provincia a provincia, debería centrarse la conversación pública en la urgencia de una política de unidad nacional, que el PSOE rechaza absolutamente. Sánchez demostró en la reunión con el candidato propuesto por el Rey que no está ni estará disponible a la hora de consensuar políticas de Estado. Esa es la razón de los insultos en racimo con los que bombardean a Feijóo. Pretenden desviar la atención del electorado socialista de las vergonzosas cesiones al independentismo, ocultarle que su heroico “no es no” es realmente un indecente “sí es sí” a lo que le ordenen las facciones secesionistas.
Hay mucho en juego. La capacidad de consensuar políticas de unidad nacional es lo que diferencia en el mundo a los países prósperos de los que fracasan. Que el Partido Socialista se haya encadenado al proyecto de plurinacionalidad del Estado pone en riesgo el bienestar de 48 millones de españoles. Es la consecuencia inevitable del bloqueo al que, intencionadamente, Puigdemont y compañía someten al país. Sin Estado nacional sólido, el Estado de bienestar es inviable. Vale para explicar tanto el éxito de Dinamarca como el fracaso de Argentina.
Veremos estos días, en las respuestas socialistas al desafío del prófugo de Bruselas, cómo retuercen de nuevo las palabras para que la mentira parezca verdad y la verdad mentira
Lo prioritario es un liderazgo nacional que una a los españoles. Especialmente cuando el Partido Socialista se ha comprometido con una amnistía que provocaría, como demuestra el constitucionalista Manuel Aragón, “un golpe mortal para nuestro Estado constitucional y democrático de derecho”. Con la mayoría de votantes socialistas anestesiados por quienes han hecho de la mentira un dogma, nos llevan hacia un desastre nacional. Veremos estos días, en las respuestas socialistas al desafío del prófugo de Bruselas, cómo retuercen de nuevo las palabras para que la mentira parezca verdad y la verdad mentira. El País y La SER ya están distribuyendo las partituras.
Huelen la sangre. Hasta Iñigo Urkullu propone la “reinterpretación” de la Constitución y resucita la Declaración de Barcelona de 1998 con el regreso a Galeusca, invento plurinacional, con Galicia, Cataluña y País Vasco. Remite al texto del manifiesto firmado entonces por los secesionistas: “Al cabo de veinte años de democracia continúa sin resolverse la articulación del Estado español como plurinacional”. La novedad es que esa amenaza cuenta hoy con el explícito apoyo socialista, que la considera “muy legítima”.
En la traición en marcha, el PSOE tendría poco que hacer sin la cooperación activa de la mayoría de empresas mediáticas. El grupo Prisa es decisivo para banalizar la adaptación del Estado constitucional a los objetivos independentistas. Sostiene este lunes El País que una mayoría de españoles son partidarios de la amnistía. Lo enmascara, sí, como “desjudicializar el conflicto catalán” o “se va abriendo paso una actitud integradora hacia la diversidad nacional”. Viejo truco indepe: como España es plural, debe hacerse plurinacional. ¿Alemania o Francia no son plurales? Mejor oír a Puigdemont, vía Bruselas; él no engaña a nadie.
Movilización nacional
La Nación tiene poderes enormes para poner a los golpistas en su sitio. Quien puede y debe, señor Feijóo, está obligado a convocar a la movilización nacional, municipio a municipio, comunidad autónoma a comunidad autónoma. Y despertar al electorado socialista, puerta a puerta. Parafraseando a Hannah Arendt: “si te atacan como español, te defiendes como español”.
Juambo
Lo malo es que Feijoo es un rajoyista que no engaña a nadie y no hará nada.
Silentium
Estoy convencido que la única forma de parar esta locura es a través de la movilización. El PP tiene que despertar ya de su shock emocional y movilizar a la población, junto con VOX, para frenar este disparate. Un millón de personas en las calles de Madrid con pancartas contra los pactos del Pedro Sánchez, la España "plurinacional", las cesiones al independentismo y a favor de la unidad nacional, les haría pensárselo dos veces; estoy seguro. El único miedo de Sánchez es este: que la gente salga a la calle contra él. Sé que es difícil porque todos los medios de comunicación están a favor de Sánchez, pero hay que intentarlo y poner todo el empeño en ello. La derecha tiene que aprender a movilizar a la gente a través de las RRSS, cuestión en la que la izquierda le gana por goleada. La tarea es urgente, el tiempo de reacción es escaso. No podemos permitir que lleven a cabo la destrucción de nuestra democracia. ¡Movilización ya!
almazor.despachoabogados@gmail.com
Benvolguts Nos queda el plazo de Feijoo hasta ver materializado el portazo a su investidura, cosa necesaria pues no es permisible un “Arrimadas”, ganar y no hacer nada. Feijoo necesita largos tragos de amargor en la oposición y aprender a escoger colaboradores, entender, que 4 mayorías absolutas en Galicia no otorga título de acceso directo a presidente de España, que las cosas se trabajan desde cero, no rehuyendo luchar haciendo una cobra evitando confrontarse a unos pelagatos y esperar que ellos mismos arruinen su propio sino y el del partido. No se trataba de recoger escombros a posteriori sino de rehacer un partido. Se pasó de listo haciéndose “el gallego”, tanto que se le pasó casi el arroz y encima ahora se lo come otro, que a lo mejor pasado y requemado, pero ya se lo querría comer Feijoo Tras la investidura de uno comenzará la del otro. En medio el 11-S que mucho divertirá, incluido los palos que a los de ERC les caerán, el héroe hoy es Carles Casanovas, prepárese Pere, no les diré Oriol y al Rufián ni se le espera, al que por cierto, y anda buscándole pesebre donde como cual adorno o antigüedad colocarlo in perpetuam y bien pagado como dijo el mismo que así pagaron, con 155 monedas, al hoy redivivo mesías patriota redentor de Waterloo, que 18 meses dijo que estaría en el cargo y ahora ya sabe que poco le queda, pero no porque él quiera sino porque ha llegado el momento, “el moment”, y esto es cosa de manejarlo sangres limpias y no cipayas En esta angustiosa espera, sólo una cosa debe preocupar: si tendrán güevos Pedro y su banda, aupados ahí por sus votantes, ¡disfruten lo votado!, y declaran la amnistía. Sólo eso Si amnistía, el 1-O fue lo justo, el discurso real de Felipe VI un alegato tiránico, los jueces verdugos de un sistema despótico y la GC y la PN esbirros del monarca torturador de la ciudadanía. Esta es la lectura y no otra de la amnistía. Caerá el régimen 78, comienza algo nuevo, viento constituyente ex novo, no se modifica la CE78 sino cae por sí solo su régimen derivado. Nace la III República, cae el déspota monarca y su corte de sicarios. Catalunya nada pinta, es cosa de españoles. Con amnistía, no hará falta consulta alguna, la independencia se la toma ella y será cosa de España si nos abandonará o nos conservará la nacionalidad (a ello se acogerá también hasta el más cerril independentista, no lo duden, todo son ventajas) BCN, cordialment Les miran complacientes Pujol, Prenafeta, Artur, tantos otros, incluso Montilla, y desde el cielo, angelicales, Millet , Alavedra y compañía
neike2121
El electorado socialista sabe que el PP está atado a Vox, es imposible que rasque ningún voto por ese lado, al contrario, es un elemento fundamente para movilizar el voto al PSOE.
Norne Gaest
Quien puede y debe, está obligado a convocar a la movilización nacional, autonomía a autonomía, municipio a municipio, y despertar al electorado socialista, puerta a puerta - dice el articulista. De acuerdo, pero no lo limite a Feijoo. ¿Vox no existe? ¿Y el resto de la sociedad? De momento, la mayoría de la sociedad está tan dormida como Feijoo. Si te atacan como español, te defiendes como español - es la cita final. De acuerdo, pero nos atacan no solo como españoles, sino como demócratas, pues lo que pretende hacer el tahur del Manzanares para perpetuarse en el poder, en contubernio con los nazionalistas, es contrario a la Constitución, al sistema de derechos y libertades adquiridos durante la Transición. P. D. Por cierto, desde que fue elegido al frente de su partido, Feijoo está demostrando que no es un líder a la altura del grave envite que tenemos por delante. Mientras no sea relevado por Ayuso y gente más decidida que la corte, en general, blandengue y currutaca de la que se ha rodeado, cojearemos por este pie.