Opinión

A dónde vamos a parar, o mejor, cuándo

Tengo la sensación de que las letras que os voy a brindar hoy bien se podrían resumir en una sola frase: “A dónde vamos a parar”. Es una frase muy de abuelas, lo sé, y no quisiera ponerme yo condescendiente ni adjudicarme el papel del Pepito Grillo

Tengo la sensación de que las letras que os voy a brindar hoy bien se podrían resumir en una sola frase: “A dónde vamos a parar”. Es una frase muy de abuelas, lo sé, y no quisiera ponerme yo condescendiente ni adjudicarme el papel del Pepito Grillo de nadie, pero cuando me paro a pensar seriamente en todo lo que está pasando en el ámbito político en nuestro país, no puedo evitar que me salga la abuela que llevo dentro. Porque sí, amigos, a dónde vamos a parar, que esto se nos ha ido de las manos.

Lo que de verdad me gustaría no es saber a dónde vamos a parar, hacia qué nos dirige todo esto y cómo vamos a terminar. No quiero saberlo ni tampoco imaginarlo. Lo que me gustaría realmente es que nos tomáramos un momento para parar.

Desearía que paráramos un momento, dejando de lado toda ideología, todo este enfrentamiento absurdo entre izquierda y derecha, que nos olvidáramos por un instante de lo que siempre se ha votado en mi familia o de lo malos que me han dicho o me imagino yo que son los unos o los otros, para ser simplemente personas.

En el momento en el que tienes que informar a la población de algo tan horroroso como que un demente ha atacado a varios niños en Francia, acuchillándolos, incluso a bebés en sus cochecitos

Creo que necesitamos volver a ser personas, nada más. Personas con sentido común, con sensibilidad, con cabeza. Y, desde lo más profundo de mi corazón, le pediría a algunos personajes, como Susana Griso, que dejaran de lado un momento ese personaje que les da de comer e hicieran este ejercicio de reflexión con honradez. En el momento en el que tienes que informar a la población de algo tan horroroso como que un demente ha atacado a varios niños en Francia, acuchillándolos, incluso a bebés en sus cochecitos, agrediendo también a sus padres al intentar protegerlos, y no te sale la vena humana, sino la política, porque lo que se te escucha decir es que esto va a dar argumentos a la gente de extrema derecha, algo no funciona bien en tu cabeza, Susana.

Algo muy grave hemos hecho para perder la humanidad, que todo se tiña de ideología y se traduzca en votos. Podéis decir lo que queráis, por supuesto, pero esa madre que puso su cuerpo y su vida por delante de la de su bebé y aún así no pudo evitar que ese indeseable le asestara varias cuchilladas, tanto a ella como a la criatura, estoy convencida de no pensó en ningún momento y le importa bien poco si esto lo va a usar la derecha o la izquierda para conseguir unos cuantos votos más.

Dónde está el sentido común, la responsabilidad, la humanidad. Qué estamos haciendo. Cómo podemos tener en los medios de comunicación personajes que se dedican a meternos constantemente su mensaje político, por encima de cualquier cosa.

A Etxebarrieta se le considera un líder intelectual. Sí, intelectual. Y se le rinde homenaje cada año coincidiendo con el día en el que finalmente fue abatido por la guardia civil, en un tiroteo

Olvidemos por un momento que somos de izquierdas o de derechas y lo que votamos anteayer. Y ahora explícame nuevamente que en Bilbao se le hace un homenaje al primer asesino de una banda terrorista que por años tuvo atemorizado a este país. Explícame que Txabi Etxebarrieta, junto con Iñaki Sarasketa, mató al guardia civil José Antonio Pardines, en un control de tráfico, que estos dos terroristas cometieron al menos cuatro asesinatos y que a Etxebarrieta se le considera un líder intelectual. Sí, intelectual. Y se le rinde homenaje cada año coincidiendo con el día en el que finalmente fue abatido por la guardia civil, en un tiroteo.

Dejando fuera toda política, explícame otra vez eso de que un asesino es homenajeado en una ciudad de este país, pero que ETA no existe. Porque será que soy muy obtusa, pero no lo entiendo: si un grupo terrorista no existe, ¿cómo es que hay gente que se dedica a hacer homenajes a sus terroristas? Si esa banda ya no existe, ¿por qué hay tantísima gente que aplaude a este terrorista en el aniversario de su muerte, saca su rostro a pasear por las calles de Bilbao en grandes pancartas, mientras su primera víctima yace enterrada en el cementerio de su pueblo natal, en Galicia, lejos de todo recuerdo?

Estas y muchas otras cosas son las que hieren no solo la sensibilidad de cualquier persona, sino que insultan, además, el sentido común.

Como también es un insulto a la razón que una señorita, que ejerce como ministra de Igualdad en nuestro país, sea condenada a pagar una indemnización a un señor por señalarle como culpable de un delito, cuando es inocente, y tengamos que escuchar a gente animándola a seguir con la lucha. ¿Qué lucha? ¿Qué lucha quieren ustedes, la de enfrentar a unos y a otros, la de señalar a ciudadanos e insultarlos públicamente? ¿A qué causa puede beneficiar esto? Mi sentido común me dice que a ninguna causa honrada ni a ninguna otra que valga la pena.

Pero lo peor de todo no es mi sentido común. Lo más grave es que mi sensibilidad me grita que estamos convirtiendo a tiranos, mentirosos y asesinos en héroes. En cuanto damos un paso atrás y dejamos fuera las ideas, las luchas, las políticas, nada tiene sentido.

Trata tú de convencer a un niño de seis años de que es muy honorable y está muy bien hacer un homenaje a una persona que se dedicó a matar a muchas otras, de que lo más preocupante de que un ser despiadado acuchille en un parque a niños como él, e incluso más pequeños, es el efecto que puede tener en lo que la gente vota y que es muy loable mentir sobre otras personas, sin importar el daño que les hagas, para conseguir lo que quieres, si tú crees que eso que quieres es justo.

Seguramente de primeras el niño no va a entender nada, porque le estás poniendo el mundo del revés y diciendo que lo negro es blanco y lo blanco es negro, pero el problema no es que si intentas explicarle esto a un crío no lo va a entender, el problema es que esto es lo que se les está enseñando a los niños desde pequeños y es lo que van a aprender.

No hay que ser muy inteligente para saber que si deshumanizamos a nuestros hijos, si les enseñamos a no tener sensibilidad ni usar el sentido común, la Susana Griso de mañana no va a ser mucho mejor que la de hoy.

Y, aunque yo no soy madre, imagino que la finalidad máxima de tener un hijo, el gran orgullo para un padre o una madre, debería ser el saber que has traído al mundo a alguien que va a ser mejor que uno mismo.

No quiero ser agua fiestas, pero como padres lo vais a tener muy fastidiado para sentiros orgullosos de vuestros hijos, aunque el amor es ciego y, pese a que no todo vale, parece ser que en lo que respecta a los hijos de uno y a la política, sí vale todo.

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