Se ha liado parda en Corea del Sur hasta el punto de que el ministro de Defensa ha dimitido hace unas horas, pidiendo disculpas y aceptando toda la responsabilidad de la polémica decisión del presidente del país de aprobar la ley marcial.
Para quien se haya perdido en el culebrón surcoreano, todo comienza con un canal de Youtube que prepara una cámara oculta con la que se consigue grabar a la mujer del presidente aceptando un bolso de Dior como regalo. Un bolso cuyo precio ronda algo más de 2.000 dólares. Un regalo que se enfrenta directamente a la ley anticorrupción del país, por la que los servidores públicos no pueden aceptar regalos de más de 750 dólares.
A pesar de que los fiscales de Seúl decidieron no acusar a la primera dama por lo que parecía una violación de la ley anticorrupción, con lo que el asunto podía haber quedado silenciado, el presidente decidió en febrero defender el buen nombre de su esposa sosteniendo que el vídeo se grabó y difundió para influir en las elecciones legislativas que iban a celebrarse en abril, utilizando expresiones como “un truco político”, “una maniobra de la oposición que quiere un acercamiento con Corea del Norte”, pero sin negar o afirmar la aceptación del regalo por parte de su esposa.
¿A alguien le suena? La que se ha liado por un bolso, cuando lo fácil habría sido escribir una carta a la ciudadanía declarando lo profundamente enamorado que está de su mujer. Pero nada, tras meses sufriendo las acusaciones tanto de la oposicón como de la ciudadanía, al buen hombre no se le ocurre otra cosa que hacer una comparecencia en televisión para declarar la ley marcial. Así por las buenas, sin tomarse cinco días para recapacitar y volver imponiendo un plan para regenerar la democracia ni nada.
El presidente surcoreano establece la ley marcial para “erradicar las fuerzas afines a Corea del Norte", "proteger el orden constitucional" y garantizar "la libertad y felicidad" del pueblo surcoreano. Porque, como todo el mundo sabe, no hay nada mejor para garantizar la libertad y la felicidad del pueblo, como prohibirle cualquier tipo de manifestación o reunión, toda actividad política, las huelgas e intervenir y controlar los medios de comunicación prohibiendo también las “noticias falsas” y la manipulación de la opinión pública.
Con una población de algo más de 50 millones, se hablaba de “cientos de manifestantes” y en algún medio he logrado leer la cifra de 10.000. Suficientes para ocupar las portadas de medios internacionales, a pesar de que el mismo número se puede reunir prácticamente cualquier sábado por la tarde en Ferraz
Y a mí que todo esto me suena a algo pero ahora no caigo... Igual si me cambian lo de “las fuerzas afines a Corea del Norte” por “ultraderecha y régimen franquista”, me sustituyen “noticias falsas” por “bulos” y “manipulación de la opinión pública” por “máquina del fango”, me ubico mejor.
El caso es que hubo una manifestación pidiendo la dimisión del presidente. Manifestación promovida por uno de los sindicatos más grandes del país. Con una población de algo más de 50 millones, se hablaba de “cientos de manifestantes” y en algún medio he logrado leer la cifra de 10.000. Suficientes para ocupar las portadas de medios internacionales, a pesar de que el mismo número se puede reunir prácticamente cualquier sábado por la tarde en Ferraz y hemos vivido en nuestro país manifestaciones, en contra de Sánchez, con un número de personas que llegaba a las 6 cifras, aunque no han ocupado esas mismas portadas.
Pero no se engañen, la manifestaciones y protestas en la calle no han sido las que han parado la invasión del ejército en las calles, sino el propio Parlamento y sus leyes, ya que no solo no ha ratificado la ley marcial del presidente, sino que además ha planteado una moción de censura. Eso es lo que pasa cuando no tienes apoyos para gobernar, tras haber perdido las elecciones legislativas en abril frente a la oposición.
Aquí tenemos imputado a medio Gobierno en casos de corrupción, a la esposa y al hermano del presidente y encima nos cuelan un “plan de acción por la Democracia”que lo único que pretende es cambiar la ley para poder perseguir lo que el Gobierno considere bulo o desinformación. Sin necesidad de aplicar leyes marciales ni nada similar
Da igual que seas de derechas o de izquierdas, da exactamente lo mismo que tu esposa acepte un bolso o millones de euros a trevés de cátedras y empresas de cuestionable funcionamiento, no importa que quieras pisotear la libertad de expresión y de prensa... Lo único que importa es que, cuando lo hagas, te hayas asegurado de contar con los apoyos suficientes y necesarios, tanto en medios de comunicación, para lavar tu imagen, como en política, aunque tengas que vender el país a cachitos, para que cuando salgas a decir “soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer” los aplausos suenen por encima de los abucheos, aunque estos últimos sean mayoritarios.
El buen dictador se hace, no se nace. Se va haciendo poco a poco, como los buenos guisos, hasta estar en su punto. ¿Y cuál es ese punto? El punto en el que no necesitamos imaginar al presidente de nuestro país abandonando a miles de personas en una catástrofe natural, negándoles la ayuda necesaria y aún así veamos a gente aplaudiendo que el amado líder aparezca en televisión para decir que él está bien.
Se ha tambaleado Corea del Sur y el presidente va a salir escopetado porque su mujer ha sido grabada aceptando un bolso, sin haber sido juzgada siquiera. Aquí tenemos imputado a medio Gobierno en casos de corrupción, a la esposa y al hermano del presidente y encima nos cuelan un “plan de acción por la Democracia”que lo único que pretende es cambiar la ley para poder perseguir lo que el Gobierno considere bulo o desinformación. Sin necesidad de aplicar leyes marciales ni nada similar.
Un regalo para Begoña
Si de algo podemos presumir en España es de que, comparados con nuestro Adonis presidencial, los dictadores y proyectos de dictadores de otros países son unos membrillos. Aprended de los profesionales, que nos han llevado al punto en el que señalar a Begoña Gómez por aceptar un bolso de Dior como regalo nos parecería una auténtica chorrada. Ni aunque le regalaran un Birkin de Hermès nos escandalizaríamos.
Pero, por favor, que nadie le regale a Ayuso un bolso de Zarao a Abascal un reloj Casio, que nos acaban encerrando en casa otra vez para defender estos ataques de la ultraderecha a la democracia.