Dentro de seis días, el próximo domingo, todos los españoles estamos convocados a participar en las elecciones municipales, muchos en las autonómicas y los canarios, además, en aquellas por las que eligen sus cabildos insulares. Valgan unas breves reflexiones acompañadas de determinados datos sobre las diversas circunstancias que razonablemente influirán en el sentido de nuestro voto.
Sin duda alguna, el componente estrictamente ideológico será fundamental. Una buena parte de los españoles tiene su voto pre decidido en cualquier elección a favor del partido con el que se identifica, circunstancia que sucede especialmente en el caso de las formaciones políticas más tradicionales. Es un hecho que un número elevado de socialistas votarán al PSOE haya hecho su partido lo que haya sido capaz de hacer y sucederá lo mismo en el caso del PP.
Existe otro porcentaje de electores, menor que el anterior, que modularán su voto en función de la línea de actuación que vienen manteniendo los diferentes partidos en la política nacional. En esta dirección, es razonable considerar que en la decisión que adopten los potenciales votantes del PSOE y del PP influirá su respectiva valoración sobre la gestión desarrollada por el Gobierno de Sánchez y sobre la oposición política que viene ejerciendo Núñez Feijóo.
Pero es indudable que, además, el voto del domingo también se orientará por los resultados de la gestión que han desarrollado los diferentes gobiernos regionales y locales que se someten ahora al juicio de los electores, resultados que presentan notables diferencias y que conviene resaltar aquí y ahora si bien, por la dispersión inherente a los más de 8.000 municipios existentes en España, nos limitaremos a reflejar los relativos a los Gobiernos autonómicos. Procede entonces considerar los datos económicos más significativos que presentan las diferentes Comunidades Autónomas.
Números cantan: el mal gobierno de la Comunidad Valenciana
Empezando por el orden en las cuentas públicas, déficit y deuda en relación con el PIB, debe señalarse el llamativo desorden existente en la Comunidad Valenciana que es la que, con mucho, presenta un mayor déficit -3,11%- y una mayor deuda -44,40%-. No es tampoco halagüeño el panorama que presenta Cataluña -déficit, 1,51%; deuda, 33,40%-, ni los que ofrecen Castilla La Mancha, Extremadura y Murcia -todas tienen un déficit superior al 1,2% y una deuda que excede del 23% del PIB-. En el extremo opuesto, como Comunidades con cuentas públicas más saneadas, se encuentran Madrid, que es la que tiene menor deuda autonómica -13,50%- y un déficit moderado -0,71%-, País Vasco y Navarra, ambas con deuda solo ligeramente superior a la madrileña -13,70% y 14,10%- respectivamente-, disponiendo incluso Navarra de superávit, lo que resulta una excepción en el entorno autonómico.
Siguiendo con indicadores especialmente relacionados con la calidad de vida, puede resaltarse que con los datos de 31-12-2.021, la Comunidad de Madrid sigue siendo la que tiene una mayor renta per cápita -34.750 €-, seguida por País Vasco, Navarra y Cataluña -32.399, 30.711 y 29.550 euros respectivamente-. En la cola se mantienen Andalucía y Extremadura, cuya renta por individuo se encuentre en torno a los 19.000 €. Ahora bien, sobre este indicador, es relevante observar que habiendo logrado la mayoría de las Comunidades igualar el dato previo a la pandemia, existe un grupo de regiones que aún no lo han conseguido. Así, la renta per cápita de Baleares en 2021 es inferior a la de 2018 en 1.694 €, la de Canarias en 1.148 €, la del País Vasco en 628 € o la de La Rioja en 517 €.
Es resaltable que en el ejercicio 2022 la Comunidad de Madrid ha sido el destino de más del 50% de la inversión extranjera, a una más que considerable diferencia del País Vasco y de Cataluña
En lo que hace a otro índice de indudable trascendencia social como es la tasa de desempleo, a 31-12-2022 el mejor de todos los datos corresponde al País Vasco -8,70%- y el peor a Canarias -20,70%-, seguido de cerca por Baleares, Andalucía y Extremadura -entre el 18% y el 19%-, si bien es relevante que las dos últimas han conseguido rebajarla significativamente en el periodo 2018-2021 -Andalucía en un 5,3%, Extremadura en un 6,9%-, logro no conseguido ni por Canarias ni por Baleares cuya tasa de paro se mantiene en porcentajes similares a los existentes en 2.018. El porcentaje de parados en el resto de las Comunidades se mueve entre el 10% y el 14%.
Por último, no puede ignorarse la diferente capacidad de atracción de inversión procedente del exterior, pues constituye un signo evidente de la potencialidad económica atribuida a cada región por los inversores. En esta cuestión, es resaltable que en el ejercicio 2022 la Comunidad de Madrid ha sido el destino de más del 50% de la inversión extranjera, a una más que considerable diferencia del País Vasco y de Cataluña que son, por este orden, la segunda y tercera preferidas por el capital procedente del resto del mundo para residenciar sus inversiones en España.
El pequeño papel de datos que acaba de exponerse refleja en síntesis el respectivo éxito o fracaso cosechado por la gestión de cada gobierno autonómico y, sin duda alguna, unido a la cuestión ideológica y al valor dado a las estrategias nacionales de cada partido, serán los tres determinantes básicos en la decisión que cada español ha de adoptar individualmente el próximo domingo. Sobre el resultado global de la suma de las decisiones individuales, lo más seguro es que … ¿quién lo sabe? Desde luego, Tezanos no.
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