Opinión

El indulto de Griñán

Estos días he leído casi todo lo que se ha publicado sobre la sentencia a los expresident

Estos días he leído casi todo lo que se ha publicado sobre la sentencia a los expresidentes de la Junta de Andalucía, los ya condenados Manuel Chaves y José Antonio Griñán, y sobre el posible indulto de este último, solicitado por su esposa e hijo. La verdad es que me ha costado porque se han vertido ríos de tinta al respecto, ríos que nos regaban con sus caudales desde la ribera de la extrema derecha a la de la extrema izquierda. Después de leerlo todo puedo afirmar que la primera conclusión que he extraído ha sido la siguiente: cuando los políticos tienen que pagar por sus actos se pone una maquinaria en marcha que intenta desorientarnos, confundirnos y desvirtuar la realidad. Esta maquinaria la componen los políticos en activo, los excompañeros y periodistas obedientes, estómagos agradecidos al mendrugo que les lanzan sus jefes.

Pues yo, aprovechando el esfuerzo realizado para tratar de entender este asunto, intentaré darles mi punto de vista, que seguramente no será totalmente acertado, pero si les garantizo que está alejado de la política, profesión que no me despierta muy buenos sentimientos, y dibujaré a otra visión de la realidad que ustedes, los "obedientes", no quieren escuchar y, por supuesto, no quieren escribir.

Me referiré más a la condena de Griñán, puesto que implica pena de cárcel mientras que la de Manuel Chaves solo implica la de inhabilitación. El Sr. Griñán, al que cuando ocupaba el cargo de Presidente de la Junta de Andalucía se le otorgaba el tratamiento de "Excelentísimo Señor", ha sido juzgado y condenado por "delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos por la concesión de 680 millones de euros en ayudas socio laborales y a empresas en crisis, desde el año 2000 al 2009". La Fiscalía del Tribunal Supremo considera que "los hechos juzgados no son simples irregularidades administrativas sino patentes ilegalidades".

Cuando se trata de un colega, y sobre todo cuando se sienta un precedente que pudiera afectarles en el futuro, los políticos se olvidan de todo lo prometido y salen en manada a defenderlo

Ante un primer vistazo del asunto, sin entrar en más profundidades, estamos ante unos delincuentes, puesto que delincuente es aquel que comete delitos y es penado por ello, ocupasen el cargo que ocupasen, y una sentencia judicial que lo ratifica. El tema no debiera tener más recorrido, no debiera obtener ni un minuto de atención más del necesario, tal y como dice nuestro refranero popular "el que la hace la paga". ¿Por qué entonces tantos ríos de tinta, tantas entrevistas, tanta actividad política? Pues es sencillo, porque es "uno de ellos".

Los políticos son unos señores que se suben a sus estrados y nos arengan con discursos preciosos, llenos de promesas de llevarnos a una sociedad mejor, sobre todo más igual, donde todos tengamos más oportunidades, donde todos seamos juzgados de igual manera. Pero cuando se trata de un colega, y sobre todo cuando se sienta un precedente que pudiera afectarles en el futuro, se olvidan de todo lo prometido y salen en manada a defenderlo. Esto me recuerda a la historia que un día me contaba un amigo: "Estaba un político con su asesor inaugurando una cárcel y éste le pregunto, ¿por qué nos gastamos tanto dinero en acondicionar esta prisión y no lo dedicamos a construir un instituto? El político le contestó: 'Porque al instituto no voy a volver, pero aquí sí puedo entrar'".

En un segundo vistazo rápido al asunto uno se da cuenta de que existen personajes de primera y personajes de segunda clase, por aquello de defender la igualdad nuevamente. Me refiero con esto a que todas las defensas y todo lo publicado se dirige a los dos "pájaros gordos", porque de los otros inculpados, todos ellos subordinados de estos, ni una palabra, ni una frase de solidaridad con ellos ni con sus familias. Seguramente esto ocurre porque están convencidos de su culpabilidad, mientras que defienden que los que ocupaban los puestos más elevados no son culpables. Esto ocurre con frecuencia, los que están en los puestos de dirección cobran como si fuesen responsables, reciben prebendas como si fuesen responsables y cuando se comete alguna irregularidad se declaran irresponsables. ¿Por qué motivo cobrarán más que los demás? Otro misterio difícil de resolver.

De entre todo lo publicado, y todo lo dicho por la corte de defensores, se observa un argumento común, como preparado para ablandar los sentimientos de los ciudadanos, y es que "no se enriquecieron" con esta trama y que esto debiera eximirles de la responsabilidad de haber dilapidado más de 600 millones de euros de todos los españoles y que el Gobierno, atendiendo a estas circunstancias tan especiales debiera concederles el indulto. A esto debemos sumar la entrevista concedida por el Sr. Griñán en la que afirma que si entrase en prisión "su vida habría terminado". Más allá del sentimiento humano de pena, porque yo no seré el que se alegre de que una persona ingrese en prisión, está usted en la misma situación que miles de presos que igual han cometido delitos menos graves que el suyo.

¿Cómo que no se enriquecieron? Esta afirmación es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos

Pero vayamos al argumento principal de defensa de la corte de bufones e interesados defensores. ¿Cómo que no se enriquecieron? Esta afirmación es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Lo que se creó, con el permiso y autorización de ustedes y de los otros delincuentes sentenciados, fue una red clientelar para que, con la apariencia de ayudar a las personas o empresas en apuros, ustedes pudiesen garantizarse el voto de todos ellos y así garantizarse llegar a los puestos que ocupaban o continuar en los mismos. Ese sistema les permitía cobrar sueldos elevados, viajar en coches oficiales, vivir de una forma lujosa, percibir privilegios de todo tipo para ustedes y sus familias, garantizarse unas jubilaciones extraordinarias a las que los demás no tenemos derecho y un largo etcétera de cuestiones. Claro que se enriquecieron y además lo hicieron con la conciencia plena de que el dinero que manejaban salía del bolsillo de todos los españoles.

Mientras ustedes se paseaban como pavos reales en sus coches, les saludaban los miembros de la Policía y la Guardia Civil, y eran tratados como "excelencias", mi padre salía cada día a la mar para intentar mantener su barco en pie y así poder pagar a sus doce marineros y, por supuesto, los impuestos que ustedes consideraban que debía abonar. Mientras ustedes despilfarraban el dinero público, los soldados españoles participaban en misiones en el exterior para defender el prestigio de nuestra nación cobrando sueldos que no se acercaban ni de lejos a los suyos. Mientras ustedes compraban voluntades había policías, bomberos, camioneros, albañiles, ingenieros haciendo su trabajo honradamente y creyendo que sus dirigentes harían las cosas como ellos.

Claro que se han enriquecido, por supuesto, pero han hecho algo peor que es trasladar una imagen de España lamentable, que acabamos pagando todos cuando los culpables sólo son ustedes y todos aquellos que actúan como ustedes y todavía no han sido juzgados o "pillados". Ustedes entregaban ayudas sin ningún control a sus "amiguitos" mientras se las negaban a otros que seguramente las necesitaban más que ellos, pero, lamentablemente, no les votaban.

Usted Sr. Griñán, no puede ser receptor de un indulto, lo pida quien lo pida y lo apoye quien lo apoye, no puede porque sería ratificar que haga lo que haga un político no tiene responsabilidad alguna

Les apunto otro de sus privilegios, de aquellos que recibían por ocupar los puestos que ocupaban. El Sr. Manuel Chaves es poseedor de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y de la Gran Cruz de Isabel la Católica, y el Sr. Griñán es poseedor de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III. Estas condecoraciones se conceden a aquellos que han realizado labores de gran relevancia para nuestro país.

Usted Sr. Griñán, no puede ser receptor de un indulto, lo pida quien lo pida y lo apoye quien lo apoye, no puede porque sería ratificar que haga lo que haga un político no tiene responsabilidad alguna y, si el Poder Judicial les condena, ya se encargan sus colegas en activo de librarles de la misma. Sería un muy mal ejemplo y desacreditaría la imagen que la sociedad española, ya muy cansada tiene de ustedes.

Jorge Gómez es experto en Inteligencia y CEO de la Consultora High Strategies Intelligence.

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