Opinión

El puto infierno

No somos nada, y nada es lo que hay al frente cuando llega una Dana que mata a cientos de personas


No nos dejemos engañar, no ha fallado el Estado, una abstracción que los paletos independentistas colocan en el paseo de la Castellana, como si Franco estuviera vivo. Colocar la responsabilidad en un concepto político tan evanescente es lo que quieren aquellos que pretenden esconder sus responsabilidades en este momento. Fallan los gobiernos, el primero el de la Comunidad Valenciana. Y el de España, que viene fallando y atacando al Estado desde que se apoya en fuerzas que decididamente no creen en él, y, por consiguiente, en España. De repente hemos pasado del cabreo por los Koldos, Ábalos, Aldama, el fiscal general y la catedrática señora del presidente, a la rabia. Estamos preparados por la fuerza de la costumbre a soportar el escarnio y los rigores de la corrupción, que algunos ya se toman a modo de escopeta nacional. No lo estamos cuando la situación nos pone a prueba. Entonces la realidad no puede ser más desoladora, y escuchamos eso tan peligroso de que sólo 'el pueblo salva al pueblo', antesala de lo que puede ser aún peor.

 

"Que los pidan"

No somos nada, y nada es lo que hay al frente cuando llega una Dana que mata a cientos de personas y hace que desparezcan otras tantas. Hay que ser muy optimista para esperar que el número de muertos se detenga en algo más de doscientos. Escucho al presidente de esta nación en almoneda y descomposición y no sé qué pensar. O sí. Pero es mejor no escribirlo."Si necesitan más recursos, que los pidan".. Ya, pero el Ejercito llegó seis días después del desastre.

 

A Sánchez lo están esperando en La Palma. Allí, cuando el volcán Cabeza de Vaca entró en erupción, prometió lo que no estaba escrito. ¿Por qué no va a la isla a ver cómo están las cosas? Aún recuerdo al presidente rodeado de vecinos a los que les decía que no se preocuparan, que las cosas se iban a arreglar pronto.

"Pero tú qué vas a arreglar", le espetó a la cara un vecino que sabía que al final siempre sucede lo mismo. El abandono. Y ahora en Valencia. Pero si necesitan más recursos, que los pidan. Vale, Sánchez, vale.

Ya ven, la estupidez insiste siempre.

No fueron previsores, ni certeros, ni responsables, ni fiables. No fueron valientes. Y cuando escribo valientes no estoy pensando en los héroes, sólo en aquellos que hacen lo que tienen que hacer.  No se les pide más a Sánchez y Mazón

 

Faltan gobernantes sensatos, preparados y cualificados a los que la población al menos pueda creer cuando llega una situación de máxima gravedad. Ya está dicho, de todos los que han figurado estos días por el escenario de la Dana ninguno podría dirigir una empresa privada en dificultades. La política española es un foco vivo de gentes que, en su mayoría, son seres despistados y guarecidos en el sueldo público. Siempre los mismo.

No sabemos qué pensar al saber que tenemos más 120.000 son soldados en activo. Sí, esos mismos militares que brillan en el exterior y llegan siempre a tiempo a las tareas humanitarias, de seguridad y reconstrucción en el Líbano, Irak, Mali, Mozambique, Senegal, Golfo de Guinea…pero llegan seis días después a la Zona Cero de la Dana. Llegan cuando los mandan, claro.

Como suele suceder, lo que no fue es lo que más ajustadamente define a los actores de esta fallida función. No fueron previsores, ni certeros, ni responsables, ni fiables. No fueron valientes. Y cuando escribo valientes no estoy pensando en los héroes, sólo en aquellos que hacen lo que tienen que hacer.  No se les pide más a Sánchez y Mazón. Del primero no debería sorprendernos nada a estas alturas.  Del segundo, hoy sabemos de su capacitación y desacierto para dirigir una comunidad tan importante como la Valenciana. Será cuestión de días lo que tarde el Gobierno de Mazón en entrar en crisis. Caerán algunos consellers, pero el que horas antes de la riada aseguró que la Dana se iba a Cuenca, permanecerá. Tranquilo Mazón, caerán algunas cabezas, pero no la tuya.  

¿Tiene que pedir ayuda quien se está ahogando, la madre cuyo hijo ha desaparecido, quien está sufriendo y ha perdido todo ante la mirada de una nación herida y conmocionada?

Siempre me ha llamado la atención que quien no podría dirigir una mediana empresa se ponga a gestionar millones de euros sin ninguna preparación. Ya, me dicen algunos, pero se rodean de los mejores. No, les digo. La clase política en España, tan sectorial, endogámica y ensimismada, hace tiempo que cambió a los mejores por meritorios de partido y miles de asesores. Y por eso escuchamos cosas como esta: Si necesitan más recursos, que los pidan.  ¿Tiene que pedir ayuda quien se está ahogando, la madre cuyo hijo ha desaparecido, quien está sufriendo y ha perdido todo ante la mirada de una nación herida y conmocionada? ¿Cuándo fue la última vez que el presidente del Gobierno leyó el artículo 116 de la Constitución?

 

Acusar a los ultras: el fango

El Psoe sacó el domingo una nota acusando a los ultras. Si esta es la visión del partido que va por ahí asegurando ser el que más se parece a España habrá que tentarse la ropa. Resulta imposible soportar la frivolidad del ministro Óscar Puente, para quien la visita del domingo fue inoportuna. Pero ¿si no era ese el momento, -cuatro días después- cuándo iba va a ser? El Rey aguantó. Sánchez se marchó. Y uno no desea más que dejar constancia de uno y de otro gesto con la fuerza de los hechos. Quien afirma que los que protestaban y gritaban y tiraban bolas de barro eran ultraderechistas faltan al respeto a los que estaban trabajando en las tareas de reconstrucción de Paiporta, La Picaña, La Torre…Para estar muy cabreado no hay que ser de extrema derecha, sirve con estar allí, ayudando y viendo que todo falla y nada funciona. El domingo faltaba casi de todo. Las radios pedían ayer botas para los voluntarios porque el fango -el fango, Sánchez, el fango- es mucho. No hay dónde comprar una pila, una botella de agua, recuperar la cita de una consulta, colegios cerrados, supermercados destrozados, farmacias sin medicamentos…Mañana hará una semana, pero la riada está muy presente todavía. Si necesitan más recursos, que los pidan.

 

Los compañeros, que están allí con sus radios y televisiones en directo, cuentan que es imposible mantener la entereza, y por eso se hunden ante la cámara o el micrófono, porque las palabras no salen o la emoción les paraliza. No me sorprende que María Escario, en plena retransmisión de Tele5, rompiera todos los protocolos para explotar afirmando que lo que estaba viendo era “el puto infierno”.

"Señor, Señor, que usted es militar, que entren los miliares y se vaya los políticos", le decía un vecino de Paiporta a Felipe VI. Quedará en mi memoria, democrática y justa, el día que el Rey aguantó, escuchó, se emocionó, habló y soportó la protesta ante los insultos y objetos que le caían y paraba un paraguas. Cuando eso ocurría, Sánchez ya se había ido porque, según los de su seguridad, allí corría peligro. No menos que el corre esta pobre nación gobernada por el peor y más fallido presidente desde 1977. Nada hay más duro y cruel que una verdad que parece inverosímil. La nuestra.

 

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