Veo en las llamadas redes sociales a las muchachas del ejército israelí, mujeres verdaderamente empoderadas, y, amén de la satisfacción estética (qué mujeres bellas las israelíes), crece mi admiración y respeto por ellas. Y pienso que es irónico, y miserable, que Israel sea hoy un país sometido a una brutal campaña de desprestigio por la prensa occidental, la ONU, Amnistía Internacional, el Tribunal Internacional de Justicia y otros carísimos (con lo que se gastan en trajes sus altos burócratas, se podría salvar de morir de hambre a miles de niños africanos) adefesios burocráticos. Porque, en Israel, se está haciendo realidad el avance de la mujer. Es decir, es en Israel donde en verdad se ha conquistado la tan llevada y traída Igualdad de la mujer.
Esas mujeres entrenadas, armadas y dispuestas a combatir, y si es necesario, morir por la democracia y la libertad, son la encarnación de la mujer poderosa e igual al hombre a la que debe aspirar el progreso femenino. Comparadas con las chupópteras victimistas profesionales que nos gastamos en España, las israelíes son las auténticas representantes del feminismo y de la mujer del futuro.
La antítesis de estas (en todos los sentidos) hermosas mujeres israelíes, son las mujeristas españolas perennemente victimizadas, quejicas, mentalmente atrofiadas, adscritas al pensamiento grupal progre, la demencia woke, y a la demonización del hombre blanco. Mujeres educadas en el odio al rico, que viene a ser la marca (de ganado) al rojo (nunca mejor dicho) de la juventud y, en general, de la izquierda en España.
La campaña a favor de los terroristas enemigos de Israel alcanza en Occidente cotas vergonzosas, (el diario El País habla de la “obra social” de Hezbolá) pero se hace, por lo que he podido ver, especialmente grotesca en la televisión española. En un minuto han puesto diez veces a Margarita Robles repitiendo “nadie está a salvo” para que quede muy claro que los bombardeos de Israel son indiscriminados y malvados, mientras que no dicen una palabra de los lanzamientos de misiles, estos sí, dirigidos contra la población civil, de los terroristas de Hezbolá. Ni de que las fuerzas armadas israelíes avisan a la población de las áreas ocupadas y usadas como polvorines y almacenes de misiles de los terroristas, antes de atacarlas, para que las abandonen sus habitantes, y así evitar en la medida de lo posible, víctimas civiles. Israel representa, en esta batalla contra la barbarie terrorista islámica, la Civilización. Pero. Occidente, suicidamente, se niega a reconocerlo y a actuar en consecuencia.
No hay animalito más enfermo en la sociedad española que el comunista. Mucho más que los franquistas, o los etarras, dicho sea de paso. Por una razón muy sencilla, los comunistas mataron y esclavizaron y matan y esclavizan más
Destaca, en la ola antisraelí española, ¡genocidio, chillan por doquier!, como era de esperar, la progresía culogorda artística e intelectual. Uno de sus mayores (junto al cineasta Almodóvar) y más hipócritas representantes, el actor Javier Bardem, aprovechó hace unos días la entrega de un premio para arremeter contra Israel. Bardem es comunista y de familia comunista (cuarenta millones, de muertos, seamos generosos, los contemplan) sin el menor rubor y con la mayor desvergüenza. No hay animalito más enfermo en la sociedad española que el comunista. Mucho más que los franquistas, o los etarras, dicho sea de paso. Por una razón muy sencilla, los comunistas mataron y esclavizaron y matan y esclavizan más. Bardem, que nunca ha aprovechado la entrega de un premio para denunciar a la dictadura cubana.
Y hablando de Cuba, si Reinaldo Arenas resucitara y se enterara de que el comunista Bardem lo encarnó en la película de Schnabel basada en su autobiografía, Antes que anochezca, volvería corriendo al reino de los muertos. Reinaldo, y hablo con conocimiento de causa, despreciaba, por decirlo suavemente, a los comunistas, sobre todo a los comunistas burgueses como Bardem &, Family, que desde la seguridad que otorgan las sociedades libres se dedican a defender a los que pretenden destruirlas. Bardem, por otro lado, hizo de Arenas muy bien, lo que demuestra que el talento como actor no está reñido con la bajeza moral.
Mujeres israelíes fuertes, iguales y resueltas, realmente empoderadas, luchan por la libertad y la democracia, mientras en España “las jóvenes sienten pavor de entrar y pedir lo que desean en las carnicerías”; solicitar precios, les aterra indagar acerca de las mercancías, prefieren ir al supermercado donde todo se lo ofrecen envasado y masticado; esto también lo veo en la televisión.
Si hay algo que no entiendo es por qué los rusos, los islamistas o quien sea, no invaden Europa, y a España en primer lugar; la resistencia a la invasión será poca. Si es que el Pueblo, ese disparate servil, embrutecido y adoctrinado, no sale a vitorear a los invasores, al grito de ¡muera el capitalismo! o alguna imbecilidad por el estilo.
"La única solución contra la gente mala y violenta, son personas buenas más hábiles en la violencia". Estas palabras, atribuidas al Bushido, tan sabias, Israel las ha entendido perfectamente. Y sus empoderadas mujeres, son parte natural de esa violencia del Bien, imprescindible para derrotar el Mal.