¿Dónde se ha visto tamaño escándalo? Me entero, merced a la divulgativa labor que llevan a cabo las tertulias que pagamos entre todos en TVE, que si una mujer presenta una denuncia, verbigracia, contra un hombre ¡tiene que aportar pruebas! ¡Oprobiosa justicia heteropatriarcal, machismo estructural y tardo franquismo legislativo! Menos mal que con Irene Montero y sus justicieras medidas lo del “Hermana, yo sí te creo” se ha elevado a categoría legislativa y las pruebas se han convertido, si no en relativas, si en circunstanciales.
Miren, yo no puedo con tanta dictadura fachorra y tanto Franco reencarnado en políticos y periodistas que deberían estar todos en custodia protectiva, como en el Tercer Reich, que te detenían antes de que cometieras el delito para evitarte las iras del honrado pueblo alemán. ¿Qué un historiador es partidario de investigar los crímenes de la guerra civil, tanto los de un bando como los de otro? Aplíquese la Ley de Memoria Histórica y enciérrese al provocador en un calabozo a pan y agua. ¿Qué usted se niega a que su hija, hijo o hije se opere de cambio de sexo a los ocho años por juzgar prematuro algo tan radical y le dice que sería mejor que esperase a los dieciocho, edad en la que tendrá una madurez emocional superior? Pues que le cambien también de sexo al machirulo progenitor convirtiéndolo en koala, banqueta de zapatero o máquina de coser. Singer, a poder ser.
No pongan mala cara, que todo lo que suponga poner límite a los cuadros psicológicos o marcos políticos perfectamente descriptibles de estas gentes es motivo de reprobación, escrache, insulto e incluso agresión.
Digo más. ¿Una hija llega a su casa con catorce años y le dice que ha abortado y que se meta usted la lengua allí por donde amargan los pepinos? Pues calladito, que puede denunciarlo por delito de odio de género. Esta es la realidad y el fruto de todas las leyes que se promueven desde el ministerio de Irene y que se resumen en que aquí todo el mundo debe acabar siendo LGTBI y tres números más, y que hay que permitir a los niños abortar, tener sexo con quien quieran y pasar de curso sin haber pegado sello. Porque si la justicia es facha y para eso Sánchez no ha parado hasta que Feijoo le ha dejado el campo libre para acabar con el CGPJ y el Constitucional – nene, te has lucido – no es menos facha el estudio, el esfuerzo, la familia y la sexualidad en nuestros hijos a su tiempo y con la mente limpia, que no desquiciada y de consecuencias gravísimas. No pongan mala cara, que todo lo que suponga poner límite a los cuadros psicológicos o marcos políticos perfectamente descriptibles de estas gentes es motivo de reprobación, escrache, insulto e incluso agresión. Miren, si no, la cupaire que le arreó a un concejal y un asesor del PP de Badalona al grito de ¡fachas! Vean como lo que les decía de la custodia protectiva no está tan lejos, porque estos, aprobando ley tras ley, a la que controlen todos los máximos órganos de la justicia harán oficial lo demencial y la sensatez será proscrita y perseguible.
¿Se da cuenta de lo que ha hecho, señor Feijoo, pactando con Sánchez? ¿Es consciente de que una cosa es el sentido del estado y otra formar parte del pelotón de los torpes que se lo cargan? Espero que rectifique, y lo digo también por su partido. Porque cuando acaben con nuestra democracia constitucional, que al paso que van igual lo consiguen, al primero que irán a detener será a usted. Por facha, claro. Y ya no tendrán necesidad de aportar ninguna prueba. Si ya no la tienen ahora, imagínese cuando lo poco que queda del estado de derecho esté bajo su control.
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