Opinión

SOL Y SOMBRA

Entonces…¿ya tenemos permiso para hablar de inmigración?

La Sexta y el columnista Juan Soto Ivars abordan un problema del que la derecha más despierta comenzó a alertar en los años noventa

Inmigrantes ilegales en el puerto de Motril (Granada)

En España no se puede hablar abiertamente de los conflictos que causa la emigración masiva. El minuto de televisión que confirma esta tesis es aquel de 2023 en que Susana Griso muestra imágenes de un señor árabe intentando agredir con un cuchillo a seis personas en el parque infantil de Los Alpes y la presentadora comenta que “son votos para Le Pen, es un regalo". No se mira el problema social, sino las consecuencias electorales. Cuando hay más libertad para debatir en Forocoches que en El País muchos lectores preferirán leer Forocoches (y lo mismo terminan votando a Alvise, Bukele o Vox, desoyendo el pastoreo matinal de Silvia Intxaurrondo).

El pasado sábado el periodista Juan Soto Ivars publicó un artículo titulado "La inmigración es un problema, no tengas miedo de admitirlo". Allí explicaba la incomodidad que causa su sola mención en el ambiente social en que se mueve, ya sea en la tertulia de Julia Otero o en una cena de amigos donde una mujer confiesa que tiene miedo de pasear de noche por un barrio con alta densidad migrante (esos que Rocío de Meer definió como “estercoleros multiculturales”). Soto Ivars, como cualquiera, no quiere sentirse solo, así que recuerda que incluso la Sexta acaba de sacar un programa de investigación sobre lo degradado que está el barrio de El Raval en Barcelona, con zonas de putas, narcopisos y macarras por donde nadie le gustaría ver paseando de a sus seres queridos. El texto fue muy compartido, y en general apreciado, pero también recibió una buena ración de respuestas llamando a Soto Ivars racista, xenófobo y tonto útil de la extrema derecha (esa extrema derecha excluyente y sin perspectiva de género que los votantes europeos han preferido a la izquierda, por razones que desconciertan a nuestros politólogos de guardia).

Puedo aportar dos ejemplos contundente que dan la razón a Soto Ivars. El primero es el artículo que censuraron a Jorge Verstrynge en El Diario.es. Fue en verano de 2018, se titulaba “Hipócritas” y explicaba que “Hipócritas son los que ocultan la verdad ('ongs', tertulianos, 'periodistas'…) que saben, pero no lo cuentan, que subirse a una barcaza le cuesta a cada migrante un mínimo de 3.000 euros. Ese dinero, al sur del Sáhara, es una cantidad más que suficiente para montar una empresa o hacerse con una explotación agraria o ganadera…teniendo en cuenta que aquí no vienen cabreros, sino gente emprendedora, valiente, y con formación profesional como mínimo. Se trata de una gran sangría injusta para el país emisor”, denunciaba, entre otras cosas. La cabecera digital progresista no se lo publicó, seguramente temiendo una pérdida de suscriptores hiperventilados.

Esa inmigración de la que usted me habla

El segundo caso, también relacionado con la hipocresía, tiene que ver con Fernando Grande-Marlaska. Muchos no le recuerdan, o no quieren recordarlo, pero en ese mismo verano de 2018 Alternativa por Alemania felicitó al ministro de Sánchez por sus políticas migratorias en Ceuta. “La expulsión inmediata de 116 invasores fue la respuesta correcta. España está haciendo frente a los inmigrantes ilegales que invaden las fronteras y atacan a la policía y al Estado”, escribió el partido alemán en sus redes. El post incluía una foto de Alice Weidel, líder de la formación, con el mensaje “España nos muestra el camino. 116 delincuentes africanos expulsados de inmediato”. ¿Alguien podría explicarnos por qué causa escándalo que Soto Ivars escriba un artículo explicando sus reflexiones personales sobre el asunto pero no que el ministro de Sánchez sea tan “facha" como la ultraderecha alemana? Así funciona la progresía plurinacional asimétrica.

La izquierda aún no parece preparada para un debate tranquilo sobre inmigración

Mi teoría es que la izquierda impone el silencio en este debate por simple defensa propia. Las élites progresistas no llevan a sus hijos a colegios públicos, sobre todo para que no se mezclen con inmigrantes, así que sacar a relucir este asunto les incomoda sobremanera. El machismo dominante en la religión islámica también choca con la militancia del progresismo español, por eso le resulta mucho más sencillo obviar el asunto. Cuando hablan cara a cara con un migrante, pongamos la entrevista de Jordi Évole al rapero marroquí Morad, salen cosas que no les encajan: por ejemplo que es devoto del Rey de Marruecos, que detesta lo centros de menas (donde le internaron cuando él prefería estar con su madre) o que en su barrio es poco querido por las fiestas y broncas que monta las noches entresemana con altavoces, ciclomotores y desafíos a quien le pide que respete el descanso de los vecinos (pura clase trabajadora). Soto Ivars pide algo razonable: un debate tranquilo sobre migración. Parece que la izquierda no va a ponerlo fácil.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • M
    Max P. Palla

    La inmigración no es un probelma. La demagogia contra la inmigración a costa de anécdotas que ocultan la categoría, si.

    Por citar un ejemplo evidente, recordemos la MENOR INMIGRANTE violada por adolescentes gitanos en el centro comercial Magic de Badalona. La víctima, inmigrante, los criminales, españoles y la cosa no acabó ahí: Despuás de la violación vino la difusión del video, las amenazas de muerte a la familia y el asunto se resolvió expulsando a la familia de la víctima de Badalona, sin tocar a los gitanos y sin que los políticos recibieran reproche alguno.

    SI, hay delincuentes migrantes, pero la mayoría de los migrantes son víctimas, no verdugos y hay que cuidar el discurso para no convertirse en un racista.

  • K
    Kanerin

    Es un gesto de humanidad que estos menores inmigrantes estén con sus padres y familia? Les hemos preguntado si desean volver a sus hogares con su familia, cultura, costumbres, amigos y el barrio donde nacieron? Por qué robamos el futuro de estos menores por mor de leyes que no se ajustan a esta realidad? Como ven su futuro, les hemos preguntado..Están dispuestos a asumir otra cultura y costumbres? Quienes somos nosotros para utilizar mano de obra barata para solucionar nuestros problemas de natalidad ? Cuando vamos a exigir al rey de Marruecos que se haga cargo de los gastos de estos menores.? Hasta cuando vamos a seguir errando la solución de este grave problema buscándoles soluciones de todo tipo cuando lo que procede es tomar el toro por los cuernos y exigir una solución comprometiendo a las autoridades marroquíes? Pero parece que lo que nos gusta es la pelea infantil entre derecha e izquierda cuando hablamos de personas. Que pena de país asumiendo un problema que nos endosan y solo sabemos echarnos la culpa entre nosotros

  • R
    Rekaldeberri

    La inmigración no es un problema. Esa forma de hablar es tramposa. El problema es el descontrol migratorio y la inmigración ilegal de cientos de miles de personas que tienen poco que aportar a nuestra sociedad y que crean bolsas de pobreza y marginalidad. Esto causa no poca delincuencia Y luego está el tema cultural y religioso, especialmente en relación a las mujeres, con el gran número de inmigrantes africanos, especialmente magrebíes.

    Yo volví a España hace relativamente poco después de unos años en Londres y allí, especialmente en el este, hay barrios perdidos para el estado. Son otro país en territorio británico.

  • V
    vallecas

    La Policía urbana de Barcelona nos informa con datos, no opinión, datos que el 90% de los actos delictivos son cometidos por inmigrantes.

    Nos dicen que la mayoría de los delincuentes son inmigrantes. La Izquierda manipula la información, la tergiversa y dice.
    "Es inaceptable que la Policía diga que todos los inmigrantes son delincuentes"
    Es una sutil diferencia que miente, la Policía no dice eso.
    Pero queda dicho, y la gente común se lo "come con patatas".