Opinión

Errejón: de la expectativa a la realidad

Las previsiones electorales del partido de Errejón aumentan conforme avanzan los días. La realidad puede ser muy diferente. Basta con echar unos cuantos números para salir de dudas

La actualidad política es una gran caldera que necesita incesantemente carbón para seguir funcionando; el carbón en este caso son las novedades, las últimas horas, las noticias que permiten seguir alimentando el fuego de la actualidad para que no se apague la llama del interés. La última hoguera de la gran caldera mediática ha sido el asunto Errejón: expectativas de un nuevo partido, quién sería el candidato, dónde concurriría, deserciones de Unidas Podemos, qué pasa con Carmena, Colau, Rodríguez… episodios de la creación de un partido que supone también el desgaste de otro. Lo negativo de la gran caldera es que ser novedad todo el tiempo no es posible y uno deja de ser una mina de la que extraer combustible. A Errejón le puede ocurrir en plena precampaña electoral, sin incógnitas que despejar y sin espacios electorales propios, tales como los debates electorales o las entrevistas en prime time.

En ocasiones, la gran caldera de la actualidad política genera fuegos de artificio, con llamas y chispas que apenas calientan, pero que generan gran espectáculo y expectación. Fruto de la necesidad de nuevo carbón para que las brasas no se extingan se crean espejismos, ficciones políticas sobreestimadas mediáticamente que una vez se trasladan al terreno electoral, quedan reducidas a humo. La nueva oferta política de Errejón podría ser un claro ejemplo de este efecto, tantas horas y espacios reservados a debatir sobre Más País puede generar una expectación que el 10 de noviembre acabe con la carrera de un político que matemáticamente tiene un techo electoral bastante limitado.

Dos planos de conocimiento

¿Cuál es el mejor resultado al que puede aspirar Íñigo Errejón? Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía, teorizó sobre la tendencia cognitiva a realizar cálculos de manera sesgada, sin tener en cuenta ' los aspectos que operan en una determinada decisión o análisis. Según su teoría, la mente tiene dos sistemas, 1 y 2. El primero opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario, como sumar 1+1.

El segundo centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo demandan, como multiplicar 17x24. En resumidas cuentas, disponemos de dos maneras de analizar, pero de lo que nos advierte Kahneman es sobre la primacía del sistema 1 sobre el 2, aun cuando nosotros pensamos que estamos utilizando el segundo; sesgos, creencias y prejuicios nos conducen a errar en los cálculos sin ser conscientes de ello. Toda esta teoría intenta prevenirnos sobre los juicios ligeros que pueden llevarnos a pensar que Errejón puede ser un terremoto el próximo 10 de noviembre si atendemos al espejismo de la actualidad mediática.

Activemos el sistema 2 y hagamos los cálculos. Más País se va a presentar, como muchos, en las provincias que asignen al menos 7 diputados: éstas son 17: Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla, Málaga, Murcia, Baleares, La Coruña, Las Palmas, Vizcaya, Asturias, Granada, Pontevedra, Santa Cruz de Tenerife y Zaragoza, en total éstas aportan 205 diputados. De éstos, 31 en total fueron para Unidas Podemos en las pasadas elecciones del 28 de abril. Las circunscripciones con mayor representación para los morados fueron Madrid y Barcelona con 6 escaños respectivamente, Valencia, Alicante, Sevilla, Baleares, Las Palmas y Vizcaya aportaron 2 cada una y el resto la fuerza morada obtuvo 1 diputado/a. Los porcentajes de voto oscilaron entre el 10,38% en Murcia hasta el 17,9% en Asturias, estando la media nacional en un 14,3%.

Por lo tanto, siguiendo un patrón de análisis de voto tradicional estaríamos hablando de escenarios que oscilarían entre un resultado óptimo donde el partido de Errejón se presentara en cada una de las 17 circunscripciones donde aspiraría a ocupar absolutamente el ámbito de los morados nutriéndose de sus ex votantes, pero también de ex votantes socialistas y un escenario adverso donde no pudieran concurrir en todas ellas, y además, quedaran fuera del reparto de escaños por la división de fuerzas. Y es que, en este sentido superar la barrera electoral del 3% solo garantiza representación en las circunscripciones mayores, es decir Madrid y Barcelona. En el resto, superar esta barrera no garantiza obtener representación. Por ejemplo, Vox en Las Palmas obtuvo un 7% y quedó fuera del reparto, lo mismo que PP en Vizcaya con el 7,24% o el BNG en La Coruña con un 6,67%.

¿Haría Errejón vicepresidente a Pablo Iglesias? ¿Cómo serán unas negociaciones entre un partido y su escisión?

Nuestro sistema 1 se activa sin que seamos realmente conscientes, generando impresiones a corto plazo con sesgos y errores sistemáticos. Así pues, cuando durante todo el día los medios de comunicación advierten que Errejón consigue los apoyos de Equo, la Chunta Aragonesista o la dirección de Unidas Podemos Murcia, nuestro sistema 1 hace un cálculo rápido y prevé que Más País puede suponer un verdadero terremoto electoral el 28 de abril. Pero cuando realizamos un cálculo más racional, y activamos el sistema 2, observamos que el que podría ser un techo electoral previsible de Más País no supera los 32 escaños y que la barrera de entrada real en la mayoría de las circunscripciones es más alta del 5%, las expectativas del nuevo partido se reducen sensiblemente. Con más motivo, si la irrupción de Vox con 24 escaños fue interpretada como un gran fracaso atendiendo a las expectativas que generaron.

Obviamente, en una situación tan fragmentada como la que experimenta el Congreso de los Diputados, una fuerza que contara con entre 10 y 20 escaños podría ser decisiva en la formación de gobierno. Pero de nuevo, analizando la situación política con detenimiento esa formación de gobierno progresista debería contar de forma imprescindible con los escaños de un Pablo Iglesias y su deliberada opción de entrar en el gobierno. ¿Haría Errejón vicepresidente a Pablo Iglesias? ¿Cómo serán unas negociaciones entre un partido y su escisión? Contando con lo traumático del proceso de creación del nuevo partido a costa del otro. No cerremos posibilidades. ¿Sería posible un acuerdo a nivel nacional, como el propuesto en la Comunidad de Madrid por el propio Errejón, entre PSOE, Cs y Más País? Según Errejón ahora, no, pero ya hemos recordado la oferta para hacer a Gabilondo presidente de la Comunidad de Madrid, en este caso, ¿Errejón preferiría a Rivera que a Iglesias? Y los naranjas, ¿admitirían esa posibilidad? Son muchas las incógnitas, pero para despejarlas, activemos el sistema 2 y no dejemos que nuestro sistema 1 llegue a conclusiones precipitadas por los fuegos de la gran caldera de la actualidad política.  

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