España camina hacia un invierno caliente, y no precisamente por la posibilidad de encender las calefacciones dada la factura de la luz y el gasoil –ese que tanto contamina, pero que la ministra de Transición Ecológica dispara hasta los 180.000 litros y 300.000 euros para, ella sí, calentar la sede de su Ministerio-. España, pese a unos sindicatos convenientemente mantenidos, aquietados y mansos ante el maltrato de este Gobierno al obrero -¿imaginan cómo estarían las calles en esta situación con el PP en La Moncloa o, incluso, si estuviera solo el PSOE?-, empieza a ser sacudida por una oleada de protestas que, desde Cádiz, se va a extender por todo el país.
La primera mecha ha prendido en el metal y ya ha incendiado Cádiz (Kichi dixit). Que le pregunten a Felipe González la fuerza de las protestas de los astilleros cuando, al son de Carlos Cano, se cantaba “frigoríficos volando, la reconversión naval; guardia no tires pelotas, que para pelotas Puerto Real…” hasta que el Gobierno, el primero socialista de la democracia, tuvo que ceder forzado por una batalla campal diaria. Por cierto, la canción se inspiró en un hecho real: desde un piso en Puerto Real lanzaron una nevera a los antidisturbios.
Cádiz a la cola de España
Este Gobierno que no iba a dejar a nadie atrás guarda silencio: en el PSOE y en Podemos. Solo el alcalde de Cádiz, tan enemigo de los morados como su pareja, a quienes han intentado laminar en Andalucía desde Podemos, alienta la protesta. También Íñigo Errejón -otro purgado de Podemos- defiende las protestas. El resto, toca la lira mientras la provincia se incendia.
Una provincia que tiene cuatro municipios entre los cinco de más de 40.000 habitantes con más paro de España: La Línea, el primero con un 34,24%; Jerez, 30,43%; Sanlúcar 29,8% y Chiclana 29,1%. En estos tres últimos gobierna el PSOE. Más datos: la Bahía de Cádiz encabeza, con un 38,5% el abandono escolar en España y la población con estudios secundarios es solo del 49,1% cuando en Andalucía la media es del 71,5% y en España, del 74,3%.
Treinta años después de las protestas contra Felipe, la situación no ha hecho más que empeorar. Y el invierno llega en plena subida de la luz –todo 2023 seguirá en España por encima de los 100 euros el megawatio-; del combustible –cuesta llenar el depósito del coche un 30% más que hace un año-; de la inflación que encarece los alquileres y la cesta de la compra…
Los frigoríficos van a seguir volando en Cádiz por mucho que Sánchez elogie en su visita relámpago al sátrapa Tayip Erdogan para conseguir carga de trabajo turca con portaaviones y submarinos para los astilleros de Navantia. Otra vez silencio en la parte morada del Gobierno y su prensa, tan sensible cuando se venden armas a las Monarquías del Golfo y tan callada ahora. El mismo silencio de las ministras Díaz, Belarra o Montero con un régimen que ha retirado este año a Turquía del Convenio Europeo contra la Violencia Machista. Y aquí, como ha escrito Jesús Cacho, hasta BBVA prefiere a Erdogan antes que a Sánchez...
Policía y Guardia Civil a la calle
Pero no solo la naval está incendiada. El próximo sábado, más de 100.000 agentes de Policía Nacional, Guardia Civil y policías municipales tomarán las calles de la capital de España en protesta por la derogación de la llamada Ley Mordaza que, aseguran, les dejará en la indefensión a ellos y sus familias. El Gobierno ha conseguido lo nunca visto: que todas las asociaciones sindicales de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad se unan. Por supuesto, tampoco UGT y CCOO han dicho aquí esta boca -agradecida- es mía.
A la protesta policial seguirá la huelga de transportistas que amenaza con agudizar el problema de desabastecimiento estas Navidades. A la subida del combustible se une la decisión del Gobierno –negada varias veces en el pasado- de adoptar una normativa de la UE que obligará a pagar por usar las autovías. Es un cese de actividad del 19 al 22 de diciembre que puede desabastecer los lineales en fechas clave navideñas y convocado por asociaciones empresariales. Otro dato: UGT y CCOO tampoco respaldan el paro y se han desmarcado de la convocatoria.
A la naval y a la histórica protesta policial seguirá la huelga de transportistas, que agudizará el problema de desabastecimiento estas Navidades en España, y los agricultores, ganaderos y cazadores bajo el lema #SOSrural
Y para coincidir con los transportistas, y bajo el lema #SOSrural, el campo adelanta sus movilizaciones al mes de diciembre ahogados, denuncian, por “la brutal subida de los costes de producción”. Una movilización de ámbito nacional a lo largo de todo diciembre a la que se sumarán agricultores, ganaderos, ciudadanos de la España vaciada y hasta los cazadores. Por cierto, no busquen a CCOO y UGT: son las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA las movilizadoras.
Ante este panorama, PSOE y Podemos responden con el silencio y, cómo no, con el comodín de Franco, que para eso estamos en la semana del 20-N. Con el dictador fuera del Valle de Cuelgamuros –o Cuelga Moros, que si el Gobierno quiere recuperar el nombre original, era éste y así se lo recordó Alsina en directo a un atónito ministro Bolaños- la bomba de humo llegaba con una enmienda imposible sobre la ley de Amnistía del 77 que distrajo de lo importante al menos durante 24 horas.
Y hablando de lo importante: ¿qué hace la oposición mientras se avecina un diciembre de protestas históricas en la calle? Aún sin cerrar la absurda guerra en Madrid con Isabel Díaz Ayuso, Génova revienta el congreso del PP-Andaluz y abre otro pulso suicida en Andalucía por obra y gracia de unas filtraciones contra Ciudadanos y unos ¿estrategas? de la cúpula nacional que parecen empeñados en apuntalar a Sánchez y a su Gobierno ‘del pueblo, pero sin el pueblo’. Como bien dijo Rajoy, “Joder qué tropa…”.