Puigdemont dijo que necesitaba hechos comprobables antes de la elección de la mesa del Congreso. Es evidente que sus pretensiones han tenido satisfacción. Pero lo importante es comprobar que hemos aceptado que el árbitro de la política española sea un personaje que oscila entre el carlismo decimonónico y Trump. Es inadmisible que los españoles dependamos de un político independentista fugado para no presentarse ante la justicia española. El PSOE debería saber que en política no se puede hacer todo lo que no es un delito. No se debió modificar la legislatura pasada el Código Penal para satisfacer necesidades parlamentarias, pero es todavía más intolerable que el Gobierno de España se deje secuestrar por un prófugo.
Los socialistas, siendo el eje de esta alianza, se sitúan con quienes frecuentemente en nuestra historia frustraron las ilusiones de progreso de los españoles
El acuerdo de todos los partidos anticonstitucionales ha funcionado en la mesa del Congreso y funcionará para la investidura de Pedro Sánchez. Pero la cuestión mayor y más grave es ética, se planteó cuando el segundo partido (el PSOE) en las elecciones del 23-J, quiso apurar todas las posibilidades, hasta la de negociar la viabilidad del Gobierno de España con una persona que si pisara suelo español sería detenido.
Todos los indicios apuntan a que la legislatura que iniciamos este jueves, con la elección de la mesa, se situará en la lista de los episodios más bochornosos de nuestra historia moderna. Todo lo que ha sucedido esta jornada es lamentable, nos devuelve a la España retrasada, de pandereta, la que el resto de los europeos vieron durante tiempo como una anomalía. Los llamados "progresistas" nos han devuelto al Siglo XIX. Dime con quién andas y te diré quién eres, dice el refranero. Los socialistas, siendo el eje de esta alianza, se sitúan con quienes frecuentemente en nuestra historia frustraron las ilusiones de progreso de los españoles, porque en el siglo XIX fue el carlismo y hoy es un integrismo nacionalista egoísta, xenófobo y antieuropeo.
La igualdad, la libertad de parte de los ciudadanos españoles; el respeto a la ley y a los usos democráticos, quedan suspendidos en España
Lo razonable, lo que permitiría que los españoles durmieran tranquilos sería que los partidos nacionales llegaran a acuerdos, impidiendo unas elecciones anticipadas y evitando la ignominia de depender de un fugado. Se ha consumado el dislate, han introducido la política española en el callejón del gato de Valle Inclán. Es evidente que la política española está dominada por pícaros, desvergonzados y ahora delincuentes
Han convertido la política en un negocio que es necesario preservar y esto ha sucedido impulsado por un PSOE, que no representa la izquierda que necesita España.
La igualdad, la libertad de parte de los ciudadanos españoles; el respeto a la ley y a los usos democráticos, quedan suspendidos en España. La concordia mínima para que una democracia funcione disuelta. La posiblidad de una política reformista, que haga de España un país capaz de enfrentarse al futuro, abolida.
Hoy, sin embargo, no es un día para lamentarnos, es un día para reivindicar los valores de la Transición y, para muchos ciudadanos, los de una izquierda reformista, institucional , nacional y que mire al futuro .
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