Opinión

España, símbolo eficaz

Hannan Serrouk es una española de procedencia marroquí. Leemos en Twitter su lema: "Yo intento ser siempre fiel a mí misma, a esa persona que tuvo la valentía de darme la libertad, a aquella niña de catorce años que decidió r

Hannan Serrouk es una española de procedencia marroquí. Leemos en Twitter su lema: "Yo intento ser siempre fiel a mí misma, a esa persona que tuvo la valentía de darme la libertad, a aquella niña de catorce años que decidió rebelarse". En una entrevista que le hizo Urdaci aclaraba: “yo me considero española,con una riqueza en mi identidad que es parte de la fuerza de la propia sociedad.”

Es experta conocedora de los procesos de islamización que se están produciendo en Europa y especialmente en Cataluña, donde reside. Con catorce años decidió huir de su familia salafista para que no la casaran contra su voluntad con otro salafista. Era el año 1988. Asegura que hoy resulta mucho más difícil escapar de esa cárcel ideológico-religiosa totalitaria. Se mire como se mire, son estos de ahora muy malos tiempos para la libertad.

Hace no mucho asistí a una conferencia que daba ella. En el coloquio final surgió la cuestión de la brutal contradicción dentro de Occidente que suponen las actuales ideologías disolventes en torno al sexo, el multiculturalismo y el feminismo de cuarta generación frente al islamismo totalitario. Ella explicó que el islamismo se aprovecha con bastante astucia de todas esas corrientes supuestamente progresistas para ir extendiendo su dominio en las ciudades. Esa contradicción es inherente al debilitamiento intelectual. Supone renunciar a la inteligencia natural, instintiva e inconsciente, como demuestra la neurociencia, sobre las implicaciones que ciertas decisiones tienen en la vida. Muchos españoles se dejan llevar por los deseos buenistas de la propaganda que proporciona justificaciones solamente imaginarias, completamente alejadas de lo real.

El fomento de esta locura incluye el intento de vaciamiento de sentido de España como realidad histórica. De ahí las leyes totalitarias de memoria o la prohibición de que los jóvenes conozcan la historia de la literatura española. El disparate es inocultable y está consiguiendo que los no alienados vean con claridad un muy tenebroso horizonte de sucesos, es decir el punto de no retorno de un agujero negro. Ese horizonte de terror que vio Hannan Serrouk a sus catorce años activó su decisión, su coraje porque España en aquellas fechas era la condición de posibilidad para su libertad.

Frente a lo muy real del odio destructivo que exhiben con cinismo socialistas, comunistas y separatistas resulta que España constituye un formidable baluarte de sentido común

La importancia de España se percibe con bastante claridad en los momentos difíciles cuando debe enfrentarse a enemigos muy hostiles y muy innobles. Gentuza. Resulta entonces que la nación no es una abstracción, no es una fórmula de retórica ni una entelequia. Es muchísimo más. Frente a lo muy real del odio destructivo que exhiben con cinismo socialistas, comunistas y separatistas resulta que España constituye un formidable baluarte de sentido común, de sentido compartido por españoles de ambos hemisferios. Y porque esto es verdad el símbolo es eficaz. Si no lo fuera, por qué el PSOE tendría tanto empeño desde 1918 en descoyuntarla cuando proclamaba en sus órganos de propaganda: “en España no ha habido nunca nación y la unidad se produjo por el fuego y el hierro”. Besteiro en el XI Congreso del PSOE (1918) propuso hacer de España una “Confederación republicana de nacionalidades ibéricas” con el argumento de que, “Nuestro internacionalismo de socialistas no puede conducirnos insensatamente al afán imperialista como españoles de dominar pueblos que tienen una personalidad robusta y bien destacada y ansían gobernarse por sí propios, sin tutelas que estiman inconvenientes y que demuestran no necesita”.

Estos planteamientos tenían una raíz esencialmente anarquista, no marxista. Cuando el marxismo abogaba por la organización de estados fuertes, el anarquismo consideraba que la confrontación de los nacionalismos subestatales contra los estados resultaba progresista. Así, por medio de reconocimientos federalizantes de las regiones, se daría por superada la nación como unidad cohesionada. Tanto el estado autonómico de la Constitución del 78 como la disolución nacional que promueve la UE, llevan a la destrucción de España. En esto el PSOE y el PP se entienden bastante bien. Por eso en la manifestación del día 18 de noviembre en Cibeles, el PP repartió miles de banderas azules del PP europeo entre los presentes. Menos mal que la bandera de España tiene un extraordinario diseño y se reconoce a distancia sobre el azul del mar o entre las brumas. Resplandeció la roja y gualda sobre la marea humana que el PP trata de desactivar.

En las manifestaciones no faltan hispanoamericanos que, con buena oratoria y con megáfono en mano, explican a los todavía casi adormecidos españoles de aquí que España es mucho más importante de lo que los propios españoles piensan. Los españoles del otro lado del charco, conocedores de las iniquidades y las miserias que han provocado sin contemplaciones los narcocomunistas apelan a nuestras conciencias para que no nos arrebaten la mayor fuente de sentido para la experiencia humana que se puede encontrar sobre el planeta: España, su gente buena y su cultura. Escuché en Barcelona a una colombiana muy elocuente desmontar con sencillez y convicción la leyenda negra con la que han envenenado la enseñanza y la comunicación de los españoles de aquellas provincias y de estas. Y llama mucho la atención que cuantos más intensos son sus rasgos indígenas más claro tienen que sólo a España le deben su dignidad y su pervivencia racial.

Esta batalla en defensa de España como espacio vital para la plenitud humana no se puede desligar de la defensa frente a los procesos de deshumanización en los que anda Occidente y que el islamismo ve como su gran oportunidad. El muro que ha levantado Sánchez es precisamente lo más antiespañol que se podía imaginar. Un muro que tiene por objetivo esencial que su rebaño no escape hacia la libertad. El guerracivilismo que promocionó Zapatero es para el déspota su estrategia principal. No dudó en usar la expresión “keep calm and carry on” en un mitin el 26 de noviembre para ir calentando el enfrentamiento. Vito Quiles preguntaba a una señora a la salida del acto y ella decía: “Pedro Sánchez no miente, porque la mentira es un concepto religioso”. La desorientación moral de los seguidores del déspota es muy inquietante.

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