-En esta sala me deja por favor las telarañas gordas.
-Pero señora, ¿y eso?
-Nada. Que aquí va a haber otra fiesta por la noche, y queremos un ambiente siniestrillo.
-Ahhh… es lo del Jalogüin ese, ¿no?
Francinarmengol y el encargado de limpieza del Congreso caminan juntos por el edificio, supervisando los preparativos para la jura de la Constitución de la Princesa de Asturias. Ella es una loca de las fiestas (en pandemia, la pillaron en un bar de Palma, saltándose sus propias normas de confinamiento) y está entregada a su doble papel de anfitriona y event planner.
Se asoman al Hemiciclo y ven cómo cantidad de operarios andan sustituyendo 350 escaños por 600 sillas, montando el estrado presidencial, y colocando tapices regios.
Uno se acerca, y dice al encargado:
-José, ¿qué hacemos con estas cosas que hemos encontrado debajo de los sillones?
El hombre despliega el contenido de una bolsa de plástico y deja ver; cinco gomas de pelo, dos barras de labios, un inhalador para el asma, tres paquetitos con elementos de higiene femenina, un libro de bolsillo titulado “Oratoria básica para Dummies”, kleenex y mascarillas FPP-2 usados, varios post-it con notas tipo “sacar lo del Falcon”, y una hoja de cuaderno escolar arrugada donde pone con letra infantil “dice mamá que como no des bien al botón no vuelves a casa”.
José mira inquisitorio a Francinarmengol y ésta, sonriendo, dice:
-Todo a la basura menos las barras, que me molan y me las quedo.
- ¿Y esto? -dice José, en un arriesgado ejercicio de empatía, señalando los “paquetitos”.
-A ver, José; ¿qué parte de “todo a la basura” no has entendido? -contesta ella pelín borde.
Aparentemente, los acuerdos de Jisperson con el Junts se tambalean porque Puigdemont burrea con lo del relator (propone figuras eclesiásticas que santifiquen sus martirios), con que España pida perdón, Barcelona permute alcaldes, y con que les llamemos “nación”. Por ello, la vida parlamentaria, gestionada por una Francinarmengol que maneja los tiempos en pro de la investidura del pimpollo presidencial, está en un stand by para indignación del PP, que dio el miércoles un ultimátum de 48 horas a esta señora para reactivarla y poder exigir explicaciones acerca de los proyihadismos de las jotías, el boyante turismo pateril, y los Consejos de la Banda del Poni.
Antes del juramento, habrá batallones y compañías formando, saludos, himno, y discurso de Francinarmengol, que no se ha visto en otra así en su vida
El martes que viene, día 31, esa cadete divina llamada Leonor, cumple 18 años y tendrá lugar una sesión conjunta de las Cortes Generales para celebrar su juramento de "guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas”. Antes del juramento, habrá batallones y compañías formando, saludos, himno, y discurso de Francinarmengol, que no se ha visto en otra así en su vida. Después vendrán medallas, besamanos y desfile.
Francinarmengol está ahora en su despacho, eligiendo modelamen en la web de Zara, con los hombros al aire como a ella le gusta, para lucir zonas corporales mullidas, y recibe un guasap de Bolaños: “Dicen los de Junts que quieren que Leonor jure también en catalán, y Zarzuela pasa. Esto se va de madre”, ilustrando el texto con el emoticono que enseña dientes, y el triángulo amarillo de peligro, de resultas de lo cual, ella responde “Oído cocina” y se pone a pensar en la otra fiesta, por la cuenta que les trae.
La otra fiesta, que será el mismo 31 de madrugada, convocada con alevosía, y con contraseña secreta de acceso (“EspañaKK”), ocupará otra sala del Congreso, que Francinarmengol ha decorado con ilusión en un estilo que combina la horterada de jalogüin con el goticismo veneciano de la orgía secreta de Eyes Wide Shut, la obra póstuma de Kubrick.
En esta fiesta, los invitados, (el Soe, Sumar, y todos los partidos que se dan mus de la jura de Doña Leonor, por considerar la monarquía “corrupta” e “ilegítima”), no besarán manos, pero sí un libro gordo llamado “Prostitución Constitucional Española”, que recopila las condiciones que dichos partidos le ponen a Jisperson para apoyar su investidura, e irán, como en la película, disfrazados con túnicas con capucha y máscaras rococó.
Como ilustre anfitrión, estará el susodicho, que jurará “guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, siempre que no entren en conflicto con mis propios intereses".
Antes del juramento, habrá un discurso de la presidenta del Congreso, (la media melena caoba en tirabuzones, y túnica blanca plisada cubriendo sólo un hombro, en plan madame pompeyana), ahora devenida en Armengol Kidman; no tanto por mona, como la actriz de la película, como por poseer, al igual que el personaje que ésta encarnaba, fantasías tan íntimas e inconfesables, (para alguien que esa misma mañana ha recibido con honores a la Familia Real), como la de celebrar en España un referéndum para cuestionar la Monarquía. (Eso fue lo propuesto por ella, republicana confesa, tras la abdicación de Juan Carlos I).
El disyóquey, un chaval de Palamós con visera amarilla, soltará mucho humo de discoteca, y pinchará con ensañamiento gestual (puño arriba y golpes al aire) la versión catalana del hit “España, mañana, será republicana”
El discurso de Armengol Kidman, con esa voz melosa y nasal, termina con un “ya sabéis, como demostré con tanto amor al catalán en mi época balear, y ahora con los pinganillos, que en mí, siempre tendréis una aliada”.
Después habrá bailes sudorosos y roces tipo perreo, gogós con boina negra y cuerpos esculpidos gracias al herri kirolak, y acabarán todos beodos, brindando por la prosperidad laboral que para ellos traerá esta bacanal de inconstitucionalidades. Y el disyóquey, un chaval de Palamós con visera amarilla, soltará mucho humo de discoteca, y pinchará con ensañamiento gestual (puño arriba y golpes al aire) la versión catalana del hit “España, mañana, será republicana”.
En un aparte, Armengol Kidman se acerca a Bolaños y gritándole en la oreja por el volumen ensordecedor de la música, y con algún desafortunado balín salival de por medio, le dice:
-Que digo, Félix, que para qué andas tú diciendo eso de que la fiesta de esta mañana demuestra "la fortaleza de la democracia" y esas cosas, con lo majos que son estos tíos, y lo a gustito que se vive cambiando de opinión…
Jisperson, con la connivencia de una empoderada Francinarmengol, experta en transgredir normas y encubrir turbios dramas insulares, ha hecho del Soe un partido que enmascara sus propias miserias y amordaza periodistas; que con sus silencios calculados y sus tejemanejes de alcantarilla, está tensando la cuerda de la democracia y llevando al límite la decencia política.
Prostituir la Constitución
La anterior pareja juega su papel en actos de pompa institucional, pero es más de asistir a pompas fúnebres: las de un país que ve cómo los que pretenden gobernarlo, quieren hacerlo mancillando los principios que le otorgan entidad y estabilidad; es decir, prostituyendo la Constitución. El día 31, los mismos que, con su ausencia, darán la espalda a España, acariciarán un muerto viviente y a la vez nonato, llamado Goaverno2.
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