No por haber insistido una y otra vez sobre los hechos que ahora han llevado a Ignacio González ante la justicia, he dejado de tener la sensación de que nadie nos hacía caso.
Uno de los cuentos que más me agrada leer del fabulista griego Esopo es el que narra la historia del ladrón y su madre. Un niño que robaba libros en el colegio y, tras contárselo a su madre, esta no le reprendía. Ya adolescente robaba capas a los vecinos y enterándose su madre, esta no le afeaba su actitud. Detuvieron a aquel hombre, siendo uno de los más importantes ladrones de Grecia y su madre, acompañándole al cadalso, se daba golpes de pecho por no haberle reprendido a tiempo.
En 2004 el concejal de Boadilla, Ángel Galindo, le escribió una carta a Esperanza Aguirre denunciando la corrupción que luego ésta sería capaz de multiplicar por infinito. Carta que también me entregó a mi y que acabó dormida en un cajón.
Las preguntas de la diputada socialista Helena Almazán en la Comisión de Vigilancia de las Contrataciones no tenían respuesta. Mis peticiones de información sobre el Canal de Isabel II quedaban automáticamente bloqueadas.
La insistencia del PSOE en denunciar la corrupción en la Asamblea de Madrid, pleno tras pleno, tenía el mismo eco que una voz clamando en el desierto. El silencio de una parte de los medios y a el bloqueo de las instituciones ocupadas por la derecha.
Llegaron al poder abruptamente a partir del tamayazo y crearon una red de corrupción convirtiendo la Comunidad de Madrid en una fosa séptica de delitos y miseria, de amoralidad y podredumbre.
Parecía no servir la presentación de pruebas por nuestra parte que mostraban una connivencia del Gobierno regional con la trama Gürtel. Presentamos una red de transferencias internacionales destinadas a oscurecer la compra de un apartamento en Estepona por parte del presidente del Consejo de Gobierno Ignacio González. De nada servía.
Personalmente denuncié las operaciones de Blesa en Bankia, adquiriendo con sobrecoste el City Bank of Florida, sus operaciones inmobiliarias en México o las extrañas inversiones en Rumanía.
Unos miembros del Partido Popular inventaron la corrupción en esta región y otros la cubrieron con un manto de impunidad.
Utilizaban el Canal de Isabel II, especialmente a través de sociedades filiales para no ser fiscalizadas políticamente y estar bajo el manto exclusivo del derecho mercantil. Saquearon a los madrileños. Pagaban a medios de comunicación, se repartían comisiones, se enriquecían obscenamente. ¿Cuántas veces el diputado socialista Miguel Aguado preguntó por qué la publicidad en medios se pagaba a través de la opacidad del Canal de Isabel II?
Unos miembros del Partido Popular inventaron la corrupción en esta región y otros la cubrieron con un manto de impunidad. Las preguntas de los socialistas en el parlamento regional, especialmente las de Tomás Gómez, eran sistemáticamente silenciadas o simplemente no respondidas.
Poco ha cambiado. No asumen responsabilidades políticas ni en la cárcel. Y seguirán viviendo algunos en la opulencia sin devolver lo robado a los ciudadanos. Yo, mientras tanto, estaré muy orgulloso de mis compañeros que en tiempo y forma denunciaron la corrupción allá donde la vieron.
Como hicimos nosotros en su día, Esopo denuncia a la madre de la corrupción, hija de la impunidad, como la responsable capital de los hechos acaecidos. Para el griego hace ya más de 2500 años, para nosotros en plena actualidad, sabemos quién es la madre de la corrupción y quién es la responsable política de esta fosa séptica.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación