Están enterrando a Podemos, pero tal vez el muerto esté muy vivo. Cierto que se ha hecho una auto-purga, una cirugía estética, y una operación de cambio de sexo. Pero en todo lo concerniente a lo que debe interesar a los españoles libres e iguales y a la España constitucional, la vida sigue igual, para citar a uno de mis cantantes favoritos.
El comunismo castro-chavista-populista de Podemos es el mismo comunismo castro–chavista-populista de Yolanda Díaz y la purria Íñigo Errejón, etcétera, que la rodea (¡una monarquía bananera, dice su segundo, un Santos Miraver!). Sólo que ahora no se presenta con el aspecto sucio, desarreglado y guerrillero adalid del Pueblo, de Pablo Iglesias, sino con una pátina de revista cuché, ropa cara y andares super pijos de nueva rica. Pero. ¿Han visto la foto de Yolanda Díaz junto a la fotografía gigante del llamado Ché Guevara (por suerte ya muerto y enterrado); o aquella otra adjunta al careto de la siniestra Ibárruri la Pasionaria? Describen a la perfección al personaje. Lo resumen todo. Eso es Sumar Díaz.
Del comunismo violento y asesino de toda la vida, se ha pasado a un neocomunismo sin muertos, bombazos, ni lucha armada. Cambio de estrategia que se ha probado muy eficaz en las últimas décadas para tomar el poder
¿Qué es lo que ha muerto? ¿Qué es lo que se entierra? Ideológicamente, nada. Recuerden: “Los hombres (y las mujeres) pasan, pero el Partido es inmortal”. Del comunismo violento y asesino de toda la vida, se ha pasado a un neocomunismo sin muertos, bombazos, ni lucha armada. Cambio de estrategia que se ha probado muy eficaz en las últimas décadas para tomar el poder y destruir las democracias de corte liberal (las únicas que existen) desde dentro.
Los neocomunistas españoles han mudado de traje y de aspecto, como suelen hacer sus maestros leninistas, cuando “las condiciones objetivas y subjetivas lo requieren”, pero en esencia son los mismos, con los mismos objetivos de siempre. Destruir la odiada libertad y al odiado capitalismo (el mejor sistema que ha creado la especie para asegurar los derechos del individuo y el progreso científico, social, moral y económico de los seres humanos.
“Los capitalistas nos venderán la soga con la que los ahorcaremos”. Reza el apotegma atribuido a Lenin.
Pero. Bueno. La máxima leninista de la cuerda, en el caso de la democracia española, puede que ni siquiera sea aplicable. La democracia española no les vende la cuerda, ¡se la regala! Indultos a golpistas, acceso de ETA política a las instituciones, entrega de las competencias penitenciarias, educativas y lingüísticas al independentismo vasco y catalán, legalización de Bildu, reconocimiento de la desigualdad entre españoles a favor de sus enemigos más tribales, venta de la soberanía española a cambio de trapicheos y negocios con los nacionalistas regionales para alcanzar el poder (léase el acceso a la caja del tesoro de los contribuyentes). Esa es la soga.
Qué lejos estuvo de imaginar el famoso asesino ruso la magnitud de la ceguera y la cobardía de los países libres, es decir, de Occidente
La cuerda de la que hablaba Lenin era y es la ambición, la mediocridad, la corrupción, la sordidez, la frivolidad, la estupidez y el fanatismo socialdemócrata e izquierdista de las sociedades libres. Qué lejos estuvo de imaginar el famoso asesino ruso la magnitud de la ceguera y la cobardía de los países libres, es decir, de Occidente. Lenin fue un gran asesino, pero como visionario, se quedó corto.
En estos momentos de confusión y peligro para España, acudo a mis maestros políticos, grandes cerebros en los que mi pequeño cerebro abreva y encuentra razones: Klemperer, Orwell, Revel, Koestler. Busco alejarme de la gruesa trama de pensamiento grupal, mentiras, manipulaciones, hipocresías, píldoras ideológicas, y exuberancia demagógica en la que vivimos inmersos. Busco comprender. Y esta vez, es en Jean–Françoise Revel donde encuentro las palabras exactas para explicarme el enigma del voto español, que es uno de los temas que más me intriga:
“El subdesarrollo no se define únicamente en términos económicos. Es un estado mental cuyos estigmas psicológicos no dependen sólo del nivel de vida (…) Una corrupción “a la mexicana” o “a la africana”, por ejemplo, empezó a devastar la economía y a minar la democracia en Italia, España, Francia, Bélgica y Japón sin que la pobreza pudiera servir de excusa, más bien al contrario, en un momento en que esos países accedían a la mayor riqueza de su historia. Otro rasgo cultural del México de los años cincuenta que he vuelto a encontrar en la Francia, la España y la Grecia de los años ochenta y noventa es la admiración y hasta la adoración del pueblo por los crápulas que los despojan. Querer a tu propio ladrón, votar por él en homenaje a la habilidad que despliega en sus latrocinios, constituye un acto de sumisión desinteresada, pero degenerada como hay pocas”.
De esta degeneración, que afecta a un gran número de votantes en España, hay que destacar, qué remedio, la especial degeneración de un enorme número de votantes vascos que no sólo adoran a sus ladrones, también a sus asesinos.
Decir que Sumar es, en lo esencial, diferente a Podemos es como decir que Iosiv Djugashvili (más conocido como Stalin, Koba y Soso) y Nikita Jrushchov no pertenecían a la misma camada de asesinos.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación