El pirómano presidencial necesitaba algo que acabase de ocultar todos los escándalos que le acosan por tierra, mar y aire, amén de su tremenda incapacidad para gobernar España. Cogido por los escaños por separatistas, comunistas y demás ralea, el Napoleón de Ferraz buscaba y no hallaba la manera de tapar tanta porquería como ha sido capaz de acumular en estos años de desgobierno. Ya la tiene: la extrema derecha organizada que incluso se atreve a atentar contra él. Incluso le han pillado en un descuido a la ministra de igualdad – que igual da – un papelín escrito con letra muy bonita y no como la de Ione Belarra, reunida con sus camarades en el que se leen una serie de consignas políticas entre las que figura la que da título a este billete: “este es nuestro momento”. Uno, que es aficionado a juntar letras, cree que hubiese sido más apropiado decir: sálvese quien pueda, porque esa es la estrategia de Sánchez las próximas semanas.
Razonablemente seguro de que se ha de hablar poco de Begoña alias Lady Fundraising, David el hermanísimo que solfea, Koldo, Aldama, Tito Berni y otras chicas del montón, las mascarillas, Delcy, las maletas, el pacto fiscal con los separatistas y paro por no aburrir al lector, el autócrata monclovita tiene su hoja de ruta perfectamente diseñada. Los próximos días Sánchez, sus mariachis y sus terminales mediáticas van a repetir ad nauseam los siguientes ítems: Mazón es poco menos que un criminal de guerra, la extrema derecha es un peligro real y hay que neutralizarla – lo que significa ilegalizar a VOX y a muchas organizaciones patrióticas -, la catástrofe que supone Trump caso de que gane las presidenciales, el pacto para tener presupuestos ofrecido a Feijoó que este, seguramente, aceptará al menos en parte, y un clásico, señalar como fascistas a los jueces y periodistas que se metan con Su Persona, la Zarina Begoña, el Zarevich David y los rasputines variados y variopintos que pululan a su alrededor.
Lo de Valencia lo zanjarán con un “La culpa es de Mazón, que es del PP, y ya sabemos cómo son las derechas”. Y se quedarán tan panchos tras prometer lo mismo que prometieron con los afectados de La Palma, sabedores de que no han de cumplirlo porque son unos perfectos embusteros. La clave, los presupuestos. Si consigue un acuerdo de mínimos con Feijoó, Sánchez dirá que ha atraído a los populares “hacia el centro”, como si gobernar con bilduetarras, separatistas y comunistas fuese ejemplo de moderación, y eso le garantizará la legislatura. Por su parte, el líder popular siempre podrá decir que ha pactado a cambio de introducir esto y aquello, evitando que se llegase a un acuerdo con Puigdemont y entonará ese bonito cántico que habla de sentido del estado y demás cosas que hace demasiado tiempo que dejaron de estar encima del tapete.
Sánchez se va a emplear a fondo y como sabe que Feijoó es proclive al pacto, lo acogotará. Además, si al final no llegan a un acuerdo, como han hecho en otros temas de vitales para el estado de derecho, siempre podrá decir que el PP es extrema derecha. Uno piensa que sí, que este es el momento de Sánchez. Es el momento de que alguna organización presente en el juzgado una querella criminal contra el presidente por lo sucedido en Valencia, adjuntando los datos “perdidos” de la Confederación Hidrográfica del Júcar, los mensajes cruzados entre varios políticos, la constancia sobre la negligencia criminal de presidencia al no dar las órdenes oportunas escudándose en que debía ser el presidente de la comunidad autónoma – Felipe dijo el otro día que cuando las inundaciones de Bilbao fue él quién dio la orden a las FFAA de ir allí – y toda la politiquería sucia y barriobajera que rodea a esta tremenda tragedia nacional. “Si quieren ayuda que la pidan”. Ahí se resume Sánchez. Chaval, a ver si es verdad que este es tu momento. Otra cosa será si es cómo te imaginas o como los muertos y damnificados por la DANA demandan.
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