Opinión

Estoy hasta el moño de los aranceles

El peso del Estado sanchista sobre nuestras cabezas no deja de crecer pero el problema es Trump

  • Montero nos saquea con saña pero ¡ah lo Trump!

Si han entrado ustedes a este artículo con la intención de leer un análisis sesudo de los aranceles y un estudio con complejas ecuaciones matemáticas explicando la naturaleza de los mismos, ya sea para justificar las políticas de Trump o para atacarlas… Les aviso, antes de que sigan leyendo, de que aquí no es.

Ya sé que ahora todos sabemos de economía internacional y hasta el vecino del quinto, que tiene que buscar tutoriales en YouTube para usar un botijo, es capaz de darnos lecciones, más moralistas que económicas, sobre las políticas arancelarias de Estados Unidos. Pero por eso mismo yo no puedo más con este tema.

Ya está bien, que llevamos un mes en el que no se habla de otra cosa. Los unos señalando que Trump va a arruinar a nuestros agricultores y los otros apuntando que ya están arruinados y que olé Trump y sus bemoles.

Si les digo la verdad, a mí lo único que me preocupa con este tema es que todos los medios sean capaces de dar el pistoletazo de salida a la vez, creando una alarma sobre cómo perjudicarán a España los aranceles de Trump, qué productos españoles se van a ver afectados… Y que todo el mudo se haga eco de esa alarma, ya sea para bien o para mal.

España ha incrementado su carga fiscal en 1,9 puntos del PIB. Mientras, el conjunto de la Unión Europea ha recortado su presión fiscal en 0,9 puntos. De los 27 países de la Unión Europea, 14 han bajado impuestos. Aquí tenemos más impuestos y más cotizaciones.

Resulta enternecedor ser testigo de tantas disertaciones sobre las políticas arancelarias internacionales, tanto bochorno por las supuestas imposiciones económicas a España por parte del presidente norteamericano, cuando, desde que gobierna Sánchez, vivimos en este país una voracidad fiscal sin precedentes y ni siquiera las 94 subidas de impuestos, que estamos pagando todos, han provocado tanta queja, cuando el Gobierno prometió que solo se iba a subir los impuestos a los ricos.

De verdad necesito que alguien me explique por qué nos preocupa tanto una medida extranjera que, según leo en un informe de la Cámara de Comercio, en un escenario medio, las exportaciones caerían un 14% y esto tendría un impacto en el PIB del 0,21%, cuando en los últimos 6 años, España ha incrementado su carga fiscal en 1,9 puntos del PIB. Mientras, el conjunto de la Unión Europea ha recortado su presión fiscal en 0,9 puntos. De los 27 países de la Unión Europea, 14 han bajado impuestos. Aquí tenemos más impuestos y más cotizaciones.

El coste laboral total de un trabajador que cobra el sueldo medio asciende en 2025 a 39.480 euros y, entre cotizaciones a cargo de la empresa, cotizaciones del trabajador, IRPF e IVA, el Estado absorbe el 47,8 % del coste total

En resumen: estamos clamando al cielo por algo que puede suponer un impacto negativo en el PIB del 0,21% y no tenemos nada que decir sobre las constantes subidas de impuestos del Gobierno, que ha hecho que ese impacto sea casi diez veces más. Pero como los impuestos son necesarios porque van para hospitales, colegios y carreteras, el plan del Gobierno es seguir subiendo impuestos. Y para ello defiende la necesidad de "armonizar" la presión fiscal española con la media de la Unión Europea, por lo que todavía haría falta recaudar 44.940 millones más al año, o lo que es lo mismo: 2.747 euros adicionales por hogar. A nadie parece importarle que la renta per cápita española está por debajo de la media europea y que nuestra tasa de paro dobla casi la tasa comunitaria. Hablando claro: pretenden que paguemos los mismos impuestos que un alemán, un francés o un danés, a pesar de que nuestros ingresos son muy inferiores.

Pero qué horror los aranceles de Trump. Qué abuso. Vamos a quejarnos todos, mientras informes como el “Impuestómetro 2025” del Instituto Juan de Mariana nos explican que el coste laboral total de un trabajador que cobra el sueldo medio asciende en 2025 a 39.480 euros y, entre cotizaciones a cargo de la empresa, cotizaciones del trabajador, IRPF e IVA, el Estado absorbe el 47,8 % del coste total. Si a esto le sumamos el impacto de los impuestos municipales y la incidencia del Impuesto de Sociedades sobre los salarios, nos vamos a un hermoso 52,4 % del coste laboral total. Y si añadimos, además, el esfuerzo fiscal diferido a través del déficit y la deuda pública, nos encontramos con que el Gobierno se queda con 21.607 euros al año por trabajador medio, lo que representa el 54,7 % del salario completo.

Que tú no llegues a final de mes es por el malvado capitalismo yanqui y no por las políticas confiscatorias socialistas que se gastan tu dinero en viajes de lujo y lupanares

El peso del Estado sobre nuestras cabezas no deja de crecer y lo hace a costa del esfuerzo de quienes trabajamos, producimos y emprendemos. El atraco fiscal es real y a cada trabajador le cuesta, de media, 21.607 euros al año.

Pero el problema es Trump y sus aranceles. Que tú no llegues a final de mes es por el malvado capitalismo yanqui y no por las políticas confiscatorias socialistas que se gastan tu dinero en viajes de lujo y lupanares. Vamos a preocuparnos todos por esta inminente guerra comercial y por la amenaza de la guerra rusa, mientras nos compramos el kit de supervivencia que recomiendan por la tele, si es que nos llega para comprar aspirinas, mientras le damos las gracias a nuestro Adonis presidencial por luchar contra el imperialismo capitalista del siglo XIX.

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