Un punto y aparte. Necesitábamos un punto y aparte porque Sánchez no podía consentir que se continuara haciendo esta política sucia y chabacana basada en el insulto, en la calumnia y en la difamación.
Nos dijo que iba a respetar la libertad de prensa, con peros, porque no puede consentir los bulos. Tonta de mí, que pensaba que no hay necesidad de consentir ni aguantar bulos y vejaciones, porque basta con poner la consecuente denuncia donde corresponde, que para eso están los juzgados y nuestros jueces, resulta que para la gente de izquierdas eso es consentir la violencia, porque el daño ya está hecho.
Sin ser yo muy ducha en esto de las leyes, llego a comprender que cuando a uno le roban, le agreden, le violan o incluso le asesinan, debe haber un juicio para imponer una pena al culpable de esos delitos, aunque el daño ya está hecho. Siempre creí que es necesario que se haya hecho un daño para poder juzgarlo y castigarlo, pero parece ser que la izquierda española quiere vivir ahora en un mundo donde se pueda castigar el daño antes de que se haga.
Todo ese maravilloso discurso de Pedro Sánchez, tan poco preparado como para empezar con un “buenas tardes” a las once de la mañana, parecía muy prometedor: nuestro amado líder se iba a encargar de limpiar el lodazal en el que se ha convertido el periodismo en este país.
La izquierda tiene barra libre para mentir, calumniar y difamar. Otro chiringuito socialista para ejercer una suerte de censura previa, con más bocas que alimentar a base de nuestros impuestos
La duda más importante era cómo iba a hacerlo. ¿Eliminaría las paguitas del Estado a los medios afines? ¿Prohibiría que cualquier medio de comunicación obtenga financiación de cualquier partido político, en aras de preservar su independencia económica y, por tanto, íntegra su lealtad únicamente hacia sus lectores?
En 2019, Pedro Sánchez ya creó una Comisión Permanente Contra la Desinformación. No contento con esto, a pesar de que seguro hay un montón de sueldos astronómicos que dependen de esta comisión, en 2023 creó el Comité Contra la Desinformación de la Derecha. No, no se rían, que lo importante, por si no nos ha quedado claro, es frenar las mentiras de la derecha, la izquierda tiene barra libre para mentir, calumniar y difamar. Otro chiringuito socialista para ejercer una suerte de censura previa, con más bocas que alimentar a base de nuestros impuestos.
Y con tantos comités creados para controlar la prensa, es curioso que de nada hayan servido cuando el presidente ha considerado que se estaban cometiendo excesos en la prensa, al señalar a su esposa como corrupta, pues en lugar de recurrir a ellos, nos lanza una carta lacrimógena para luego amenazarnos con meter mano a la prensa y, ya puestos, también a los jueces.
Debe estar desconsolado nuestro amado líder, pues Europa no debió conmoverse con su estado de profundo enamoramiento, ya que ha sido aprobado el reglamento que garantiza la libertad de prensa. A falta de ser publicado en el BOE de la Unión Europea, a los 20 días de hacerlo entra automáticamente en vigor y se incorpora, con aplicación inmediata, a la legislación nacional. Este reglamento marca una serie de pautas sobre la transparencia en la adjudicación de subvenciones y publicidad a los medios públicos, pero también sobre la arbitrariedad y la prohibición de ataques a la prensa. Resumiendo: Europa le ha dicho a Pedro que se deje de leyes y de comités de prensa, porque no está permitido interferir ni tratar de intervenir en las políticas editoriales de los medios de comunicación. Entre otros puntos, también protege el derecho del periodista a no revelar sus fuentes, prohibiendo tácitamente cualquier tipo de persecución o vigilancia a un periodista, para preservarlas. Ni siquiera la policía podrá intervenir el teléfono de un periodista para desvelar sus fuentes, ni tampoco un juez puede obligarle a revelarlas.
Contra todo pronóstico, el punto y aparte se lo ha marcado la Unión Europea a Sánchez. Quizá la gente de izquierdas que aplaudía la intervención de la prensa por parte del Gobierno, sin pararse a pensar que restringir la libertad es propio de dictadores, creyó al señor Sánchez cuando afirmaba que quería acabar con los bulos, aunque momentos después lanzaba el bulo de que Feijóo había dicho que la mujer del presidente tenía que quedarse en casa y sin trabajar.
Ni siquiera el Ministro de Transportes ha sido capaz de mantener la boca cerrada una semana, soltando a la buena de Dios que Milei consume “sustancias”
Quizá le gente de izquierdas, que ha manifestado toda esta semana su inquietud porque se investigue a la mujer del presidente, ha creído que el partido socialista rompía una lanza a favor de la política limpia y con argumentos, en lugar de la política zafia y burda basada en descalificaciones y mentiras. Sin embargo, el resto de los mortales hemos visto cómo, durante toda la semana, caían insultos y ataques sucios de todo tipo sobre Isabel Díaz Ayuso, aprovechando el acto del 2 de Mayo en Madrid, de parte de distintos diputados socialistas.
Puede que incluso la gente de izquierdas, que tan conmovida se ha mostrado por la situación personal de su presidente ante ataques que consideran personales, creyera que era sincero cuando exigía terminar con este ambiente de incitación al odio, de enfrentamiento y de bulos que solo se sostienen en la intención de dañar al contrario. Pero ni siquiera el Ministro de Transportes ha sido capaz de mantener la boca cerrada una semana, soltando a la buena de Dios que Milei consume “sustancias”. Qué necesidad había de buscar el enfrentamiento con Argentina. Qué necesidad había de provocar que el gobierno de Argentina emita un comunicado dejando en evidencia a Oscar Puente y al gobierno de España. Y lo más importante: si ni el presidente ni los miembros de su partido son capaces de creerse y de poner en práctica las buenas maneras que quieren imponer a los demás, cómo pretenden que les hagamos caso el resto.
Supongo que todo esto no tiene ninguna importancia para el votante socialista, ya que no tiene ni idea de lo que es ser liberal, querer vivir en libertad y, al fin y al cabo, esto es solo un ataque al odioso presidente de Argentina que es de ultra derecha, como todo lo que no es de izquierdas en este país. Este es el nivel. Te habla de acabar con los bulos quien no para de repetir que los partidos liberales son extrema derecha.
Pues me alegra decirles, atribulados, doloridos y exaltados socialistas, que Europa no les ha creído. Pueden seguir victimizándose mientras nos escupen a la cara, pero, al menos, seguimos siendo libres para escribirlo.
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