Opinión

Euskadi y otras sociedades enfermas

O guardar silencio como en tantos asuntos, o decirlo por si a alguien se le astilla la conciencia: Euskadi es una sociedad enferma. Unos de maldad, pues aceptan convertir en héroes a los asesinos; otros de hipocresía, pues se lavan las manos y silencian e

O guardar silencio como en tantos asuntos, o decirlo por si a alguien se le astilla la conciencia: Euskadi es una sociedad enferma. Unos de maldad, pues aceptan convertir en héroes a los asesinos; otros de hipocresía, pues se lavan las manos y silencian el terrible asunto; otros de sordera, pues no quieren ser marginados por sus compatriotas; otros de rusticidad, pues ya no pueden nacer allí nuevos Baroja o Unamuno; otros de tosquedad, pues no intentes convencerlos de nada, tienen siempre razón; otros de rencor, pues su máximo placer es criticar y despreciar al resto de España; otros de lengua vasca, pues aunque el español es de todos, decir las cosas en vasco los encumbra y distancia de España; y otros de mollera, pues son tan vascos que no salen de lo vasco. Han perdido peso en el PIB, del 7,8 % del PIB español en 1975 al 5,89% en 2022, último año con datos disponibles. Una de las razones, el impacto del éxodo poblacional y la reconversión industrial, pero también la incapacidad para atraer jóvenes. Pues bien, esa formación que nombra héroes a los asesinos en los homenajes, pueden asumir la presidencia de la Comunidad, según las encuestas. Una ETA disfrazada de cordero, empeñada en segregar según los apellidos, apoyada por buena parte de los adoctrinados desde la ikastola y dispuestos a pasar por alto los 800 crímenes perpetrados durante la democracia.

En la historia reciente de pueblos que votaron a líderes extremistas entusiasmados por un adoctrinamiento engañoso, contamos con tres ejemplos del voto del terror que terminaron en tragedia: Egipto, Palestina y Argelia.

Esa formación que nombra héroes a los asesinos en los homenajes, pueden asumir la presidencia de la Comunidad, según las encuestas

El más reciente se remonta a 2012, en Egipto, cuando ganaron las elecciones los Hermanos Musulmanes liderados por Mohamed Morsi. Aquellos lobos con piel de cordero pronto modificaron las leyes para perpetuarse en el poder como dictadores, blindaron la figura del presidente ante cualquier desafío, propusieron dirigir el país con el Corán y la Sunna como único punto de referencia. Se cree que también contribuyeron a la creación del grupo terrorista Al-Qaeda. Para evitar la debacle, Abdelfatah El-Sisi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, dio un golpe de Estado y Morsi fue derrocado y encarcelado.

El odio en Palestina

En enero de 2006 el grupo terrorista palestino Hamás obtuvo 74 de los 132 escaños en las primeras elecciones libres de Palestina. Pocos imaginaron que el deterioro acabaría, sin más citas electorales, con la destrucción del territorio tras el ataque terrorista que acabó con la vida de unos 1.400 judíos que estaban de fiesta. La corrupción de Hamás ha desbordado los límites y desviado hacia armamento y construcción de túneles los bienes destinado al sustento de los palestinos, que lejos de denunciar los abusos apoyan a Hamás precisamente por su feroz y violenta lucha contra Israel. ¡Un pueblo cuyo único objetivo es el odio!

La victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) en la primera vuelta de las también primeras elecciones legislativas celebradas en Argelia en diciembre de 1991, desencadenó el miedo al triunfo del partido integrista y fue anulada la segunda vuelta. Era el FIS un partido integrista que propugnaba la creación de un estado islámico basado en el Corán y la Sharía, que presentó, como Bildu en Euskadi, unos estatutos moderados que pasaron el control gubernamental. Fue destacado líder Alí Belhadj, adepto del salafismo, una de las corrientes más integristas y violentas del Islam sunní. Aunque fue detenido en junio de 1991 acusado de conspiración contra la seguridad del Estado, nadie pudo impedir que el país entrara en un periodo de diez años inmerso en acciones terroristas que se cobraron unas 200.000 víctimas.

No me corresponde, por fortuna, aventurar el futuro de un País Vasco en el caso de que los compañeros de los terroristas lleguen al poder. Vascongadas ha vivido en paz cientos de años, Euskadi es hoy una sociedad enferma que no desea sanar.

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