Todos los manuales de bolsa clásicos coinciden en lo mismo: hay que invertir en empresas grandes, con beneficios, líquidas para poder vender en cualquier momento si se necesita el dinero… Otro de los consejos ineludibles es que los inversores se pongan un stop de pérdidas, que suele ser entre un 5 y un 10%, para que si la compra sale mal, el daño se limite. Facebook cumple todos esos requisitos. En el último ejercicio, la compañía dirigida por Mark Zuckerberg obtuvo un beneficio neto de 39.370 millones de dólares, lo que supone un aumento del 35% en comparación con las ganancias de 2020. Incluso después de la bajada de esta semana, es el séptimo valor en capitalización de la bolsa estadounidense (él sólo vale bastante más que todo el Ibex junto).
En cuanto a la posibilidad de cortar pérdidas, del cierre del miércoles a la apertura del jueves las acciones de Facebook bajaron una cuarta parte de su valor por lo que difícilmente se pudo hacer nada. ¿Qué hace ahora un accionista: vender perdiendo mucho, doblarse…? La respuesta más sensata sería esperar pero la semana pasada comentamos de las criptos: en toda su historia cada desplome ha sido una oportunidad de compra pero, ¿y si esta vez ya no es así? Prácticamente todo el que compró bitcoin (no digamos otras criptomonedas) los últimos seis meses, está perdiendo dinero si no las vendió. Justo cuando, con diferencia, más nuevos inversores en estos activos han aparecido.
Más allá de la empatía que pueda sentir por un inversor (de hecho, millones) que de un día para otro ve que sus acciones bajan un 25% (nunca en la historia un valor había perdido un cuarto de billón de dólares de capitalización bursátil en una sesión), es preocupante que estas cosas pasen. El jueves tras presentar resultados y subir su suscripción “prime”, Amazon, que es un valor que capitaliza más del doble que Facebook, se disparó en el mercado “fuera de horas” (posterior al cierre del contado) un 15%. Es decir, no es un tema direccional, es más un problema de proporciones. No es serio que las principales cotizadas del mundo tengan tanta volatilidad, y es un síntoma de que algo pasa.
La mejor baza de Facebook es una gran infraestructura tecnológica con escasos errores que ha crecido a tal velocidad que sus usuarios se cuentan por miles de millones
Ya comentamos que Facebook gana mucho dinero. El problema no es la empresa sino la valoración bursátil exagerada que se le ha dado, entre otras cosas por ese giro por el que se ha convertido en Meta, intentando explotar la moda del metaverso (algo que por desgracia embaucó a muchos inversores, con la ayuda de la mayoría de analistas que hasta esta semana recomendaban comprar el valor), quizás para atraer a una clientela joven, algo alejada de esa red social. La mejor baza de Facebook es una gran infraestructura tecnológica con escasos errores (si bien el pasado octubre sufrió una caída de varias horas) que ha crecido a tal velocidad que sus usuarios se cuentan por miles de millones.
Pero esa posible cartera de clientes sólo genera ingresos si es capaz de demostrar a las compañías que pagan por ser publicitadas en sus redes que sus ventas crecerán. Facebook siempre ha tendido a crecer y expandir la base de usuarios, comercializadores y desarrolladores para que los resultados comerciales y financieros no se vean perjudicados. Por eso está tan implicada en la universalización del uso de internet y de redes wifi gratuitas. Los mayores riesgos de su negocio son las infracciones de seguridad, el acceso incorrecto o la divulgación de datos de usuario, ataques de piratería y phishing en los sistemas de la empresa u otros incidentes cibernéticos que pueden dañar su reputación y afectar negativamente al negocio. También la existencia de leyes y normativas cambiantes en determinados países, y el obligado pago de sanciones. Famosa fue la histórica multa de 5.000 millones de dólares en 2019. Por último, está el riesgo reputacional por posible venta de datos personales: Frances Haugen —que trabajaba como científica de datos en Facebook y denunció las prácticas de la empresa ante un subcomité del Senado de EE. UU.- afirmó que "Casi nadie fuera de Facebook sabe qué pasa dentro de Facebook".
Se han desarrollado tecnologías que pueden bloquear la visualización de anuncios, lo que afecta negativamente a los resultados financieros de quien vive de ellos
Amazon, ni siquiera tras la subida bursátil de este viernes, está en positivo en el año, pero no deja de ser una empresa que realiza una actividad útil diversificada y que cuenta con una infraestructura enorme. Si Facebook desapareciera mañana seguramente lo que más echaremos de menos es el WhatsApp, servicio al que aún no han conseguido dar una rentabilidad publicitaria. La plataforma Meta (que incluye también Instagram) obtiene cerca del 97% de sus ingresos en la publicidad de sus redes sociales. Es tal la dependencia de ello que los recientes cambios en el software iOS de Apple para los iPhones, que requiere que los usuarios acepten explícitamente que se recopilen sus datos de búsqueda (algo que la mayoría rechaza) se calcula reduce los ingresos de Meta en 10.000 millones de dólares. Y es que la publicidad dirigida es el principal argumento que usa Meta para convencer a los anunciantes. Ya desde hace tiempo algo tan simple como los “adblocks” dañan su negocio. Y es que se han desarrollado tecnologías que pueden bloquear la visualización de anuncios, lo que afecta negativamente a los resultados financieros de quien vive de ellos.
Estoy convencido que la política de los bancos centrales ha impulsado en la última década una sobrevaloración de muchos activos que se ha acelerado el año pasado. El dinero no renta nada y una inflación (oficial) superior al 6% provoca que dejarlo quieto reduzca nuestra capacidad adquisitiva. Es una invitación tanto para consumir como para invertir, lo que supone un incentivo grande para las cotizadas, que ven impulsados, en general, sus beneficios y sus cotizaciones. Por eso veo difícil una caída brusca global de las acciones. Pero con el cambio de política de la Fed (que según comentó Lagarde este jueves puede contagiarse al BCE antes de lo que se pensaba) es más necesario que nunca seleccionar, y en esa selección parece que lo que más se está quedando atrás es lo más cercano al mundo virtual. No es casualidad que las criptos y esta apuesta por el metaverso de Facebook sean de los activos con peor comportamiento últimamente.
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