No hace ni tres meses que oíamos a Mariano Rajoy afirmar que estaba orgulloso de dejar una España mejor de la que se encontró al llegar al Gobierno, cuando lo cierto y verdad es que ha aumentado la deuda pública en más de 645.000 millones de euros, ha destruido una cuarta parte de la clase media, la brecha social es la mayor en décadas y ha convertido a España en un país de camareros.
Además, presumió de “salvar a España” con un rescate bancario que para lo único que sirvió fue para devolver los préstamos a las Cajas alemanas y francesas a cambio de regar sin freno de euros baratos la economía para seguir financiando la industria política y endeudando a los españoles por dos generaciones con una cantidad imposible de devolver.
Esta semana la Comisión Europea ha anunciado que Grecia ha “concluido el rescate”, y el comisario Moscovici, afirma sin ruborizarse que “esto es un fin de ciclo para Grecia, pero también el fin de la crisis para la Eurozona”.
Rajoy ha aumentado la deuda pública, ha destruido una cuarta parte de la clase media y ha convertido a España en un país de camareros
Resulta insultante que Moscovici haga tal afirmación (como ya hicieron los burócratas de Bruselas en 2006 al afirmar que no había que preocuparse por la crisis) cuando sabe perfectamente que todos los indicadores ya sugieren una desaceleración de la economía que se verá acrecentada en otoño debido especialmente a la subida del precio del petróleo, así como a la evolución del cambio euro/dólar, que reducirá el poder de compra y la demanda interna.
Por ejemplo, en España, los datos de desaparición de cotizantes autónomos y por cuenta ajena a la Seguridad Social del mes de julio son un hecho muy revelador de que la economía se está contrayendo.
Grecia, ha quedado devastada, con una caída brutal del PIB, un IVA del 24% generalizado, las pensiones reducidas un 30% y los salarios en picado con bajadas de hasta un 70% en comparación con antes de los “rescates” de los que Moscovici se siente tan orgulloso. Les recuerdo que los griegos siguen en un pseudocorralito dónde les prohíben sacar más de 400 euros en efectivo a la semana.
Los datos de desaparición de cotizantes autónomos y por cuenta ajena a la Seguridad Social julio revelan que la economía se está contrayendo
Por otro lado, el Banco Central Europeo comenzará este mes de septiembre a reducir el importe destinado a compra de deuda de los Estados en 15.000 millones mensuales, hasta llegar a cero en enero de 2019. La prima de riesgo comenzará a crecer, los tipos a subir y las familias y empresas aún verán más reducido su poder de compra e inversión, por lo que la recesión está garantizada, y Moscovici lo sabe muy bien.
Mientras tanto, en España, Sánchez ha sido capaz de pasar por debajo del listón que había dejado Rajoy, y lo ha hecho arrastrándose, ya que lo dejó a ras de suelo. Sólo en el primer mes de su Gobierno, junio, ha incrementado la deuda pública más de un 40% respecto al mes anterior, y a este ritmo, en muy probable que la deuda publica termine el año en los 1,7 billones de euros, es decir, en el 145% del PIB.
Sánchez ha sido capaz de pasar por debajo del listón que había dejado Rajoy, y lo ha hecho arrastrándose
Sánchez ha tirado la casa por la ventana para financiar a crédito la creación de los nuevos ministerios y para pagar a las decenas de miles de enchufados que ha colocado en tiempo récord, haciendo gala de la famosa frase de su vicepresidenta “el dinero público no es de nadie”.
Pero quizás la mayor decepción ha sido la ministra Calviño, que a pesar de que ella, a diferencia de su jefe, sabe sumar y restar, no ha puesto ningún reparo en seguirle el juego, a pesar de que sabe muy bien, que no habrá dinero para pagar la fiesta y en enero de 2019 España dejará de estar bajo el Protocolo de Déficit Excesivo, lo que provocará que el Gobierno tenga que enseñar “las vergüenzas” reales de la economía española.
Entretanto, Sánchez voverá a la carga en septiembre para conseguir que el Congreso le apruebe el techo de gasto y el objetivo de déficit para cumplir la famosa Ley de Estabilidad Presupuestaria, en la que todos se amparan pero que nadie cumple, con la complacencia de Moscovici y sus secuaces.
Sánchez ha tirado la casa por la ventana para financiar a crédito la creación de los nuevos ministerios
El artículo 135 de la Constitución Española prohíbe exceder el déficit estructural marcado por la Unión Europea y sólo podrá superarse en caso de catástrofes, recesión o emergencia extraordinaria aprobado por el Congreso, sin embargo, Sánchez pretende elevarlo un 0,5% sin ningún motivo.
Los gobiernos de Rajoy, y ahora de Sánchez, incumplen sistemáticamente el artículo 135 de la Constitución que establece que la deuda pública no puede exceder del 60% del PIB.
La Ley de Estabilidad Presupuestaria establece que la variación al alza del techo de gasto no podrá superar la tasa de crecimiento del PIB (ahora en el 2,4%) y Sánchez pretende elevarlo un 4,4% vulnerando la Ley.
El pasado mes de julio, el Congreso rechazó la propuesta de Sánchez, pero no porque vulnerara la Ley, sino porque a su socio principal, Podemos, le parecía poco el aumento del gasto y del déficit.
Si Sánchez quiere obtener 15.000 millones de euros para proyectos sociales, lo tiene muy sencillo, sólo tiene que cerrar 2000 empresas públicas inútiles que no sirven nada más que para colocar a familiares, amigos y correligionarios, y ya tendría esos fondos sin tener que aumentar la deuda, el déficit ni subir impuestos. Eso sí, tendría que decirles a los miembros de su “familia” y a las otras “familias” (la popular y la separatista), que tienen que buscarse la vida como un español más de a pie, pero a eso me temo que Sánchez no se va a atrever, ya que para él lo más urgente es sacar los huesos de Franco del Valle de los Caídos para tratar de lavar la imagen de un partido socialista corrompido hasta el tuétano.
PD: Hoy les dedico el tema “Peace of Mind” de Boston.
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