Hay un viejo dicho en la bolsa que dice que no se debe luchar contra la FED, la Reserva Federal o banco central de Estados Unidos, y eso es precisamente lo que las bolsas han hecho esta semana pasada: bajar con fuerza tras la conferencia de prensa de Jerome H. Powell, presidente de la FED, un personaje gris, que no es economista y al que no se le conoce ninguna experiencia relevante relacionada ni con la macroeconomía ni con sus aspectos monetarios, aspecto este último que ya da igual a los inversores porque nada pueden hacer y, como decíamos, no van a luchar contra la FED.
Así las cosas, veamos primero muy brevemente que ha dicho Powell (enlace a conferencia), para luego pasar a analizar los fundamentos de la bolsa americana pensando en qué podemos hacer tras el roto que ha hecho dicho personaje.
"Nadie nos detendrá"
Que sí, Jerónimo, tu duro ahí hasta que el cuerpo aguante. El señor Powell repite una y otra vez que nadie les detendrá de hacer lo que creen es correcto, al tiempo que defiende continuamente la importancia de la independencia de la FED y que siempre actuarán en función de los datos. ¿Y cuáles son esos datos para ellos? Pues una inflación en torno al 2% (objetivo cumplido), el paro oficial en torno al 4% (excelente, pero tensionando) y una tasa de crecimiento del PIB próxima al 3%. ¿Dónde está el problema, a qué ponerse más restrictivo? ¿Y los datos de los mercados de capitales y de commodities qué, no le importan? Como parece que no, se actúa consecuentemente, que es lo que está pasando.
Pero es que no se queda ahí el tema. La FED ha rebajado sus previsiones de crecimiento económico para 2019 en casi un punto hasta el 2,3%, lo que nos lleva a pensar que ya tienen decididas las siguientes subidas de tipos. Probablemente, lo peor de este personaje no es tanto las decisiones, que al fin y al cabo están más que anunciadas, sino la falta de pedagogía y flexibilidad que transmite; no olvidemos que el objetivo de la normalización que se está intentando, con la que estoy totalmente de acuerdo, es no tener que volver a los QEs, algo que se ve a las claras está muy lejos de la visión obtusa del personaje en cuestión.
Represión financiera
Vaya por delante que si hay un adversario de la represión financiera, ese es quien les escribe y ese ha sido un tema que hemos tratado en extenso como nadie, la última vez al analizar el caso europeo (enlace) según lo aprendido en otras ocasiones. Parece que ahora a la FED le ha dado por la represión financiera bursátil. Mala idea.
Verán, sabemos que cuando el tipo de interés real (quitando inflación) del bono a diez años del tesoro americano está cerca del 2%, de forma estable, podemos hablar de que ya no hay represión financiera; de todas maneras, siempre hemos dicho que, dependiendo de la fase del ciclo largo, esa marca estará por arriba (período inflacionario) o, como ahora, por abajo (tensiones deflacionarias). ¿Y cómo está? Pues estaba sobre el 1% dirigiéndose al 2% pero, al producirse liquidaciones de posiciones bursátiles y sobre materias primas por los anuncios de la FED, esa liquidez se ha ido al bono bajando su interés implícito del 3,25% a casi 2,75%, poniendo el tipo real por debajo del 1% otra vez.
El roto bursátil
En agosto, cuando el mercado rompió el techo anterior, en torno a 2.875 para el S&P500, la duda era si al testarlo conseguiría mantenerlo y, justo cuando lo ponía a prueba, en septiembre, va Powell y abre la boquita; el resultado fue que, de estar sobre los 2.900, lo mando a moverse entre los 2.600-2.700. En ese momento el temor era que la traslación lateral terminara haciendo una formación Hombro-cabeza-hombro, como la que hizo el DAX y que avisamos con antelación al analizar "La bolsa alemana y la guerra comercial"(enlace); aquella formación ignorada por casi todos ha sido de libro y los estudiantes de temas técnicos harán bien en guardarla.
Llegamos así a la última comparecencia (la cara de los periodistas económicos presentes lo decía todo) y presenciamos lo ya comentado. Esta vez el índice perdió otros 200 puntos, yéndose a los 2.400 y totalizando ya más de 500 o casi un 17,5% desde septiembre. Menudo roto. Pero no es solo "lo bursátil" (inversores, fondos de pensiones, etc.), que en las materias primas el desplome es peor, dañándose la economía y la vida de cientos de millones de personas, que no todo es Golfo Pérsico y sus satrapías, que bien pueden aguantar esta caída.
Pensemos además que todas estas liquidaciones, como su propio nombre indica, absorben liquidez en un momento en que la FED la está contrayendo al hacer un QE inverso, cosa que siempre nos pareció mal; no extraña pues que el Secretario del Tesoro, el que rescata los bancos, contactar a los más grandes (enlace) a ver si tenían problemas de liquidez y no los tienen, gracias a Dios, sino el crash pasaría de las bolsas a toda la economía.
Aún así siempre surge la pregunta pertinente: "¿Oiga, no será que el verdadero problema es que los beneficios empresariales van mal?" Bueno, veámoslo.
Beneficios Operativos
Es la variable que siempre usamos pues solo toma en cuenta las operaciones propias del negocio, dejando fuera plusvalías y resultados extraordinarios; además lo vemos por acción, que así consideramos el efecto dilución de las nuevas emisiones. Lo que se ve en la estadística es que va muy bien, superando los niveles normales en épocas de crecimiento de los últimos diez años (siguiente gráfica)
Similar situación tenemos al analizar los márgenes operativos sobre ventas, donde la tendencia es muy buena, que han superado ampliamente el efecto fiscal de la rebajas de Trump y, salvo recesión, los beneficios deberían, al menos, mantenerse (siguiente gráfica).
¿Una bolsa barata?
En condiciones normales, esa pregunta se responde analizando el PER (precio entre beneficios) y otras serie de factores de macroeconomía bursátil que, por su extensión, no trataremos aquí, pero esta vez lo primero que hay que hacer es decir aquello de "no te enfrentes a la FED". Así de anómalo es el punto de partida.
En todo caso, si observamos el PER, vemos que a pesar del fuerte aumento de los índices con Trump, el PER iba bajando, con lo cual la sobrevaloración que hubiere, en contra de lo que se decía, se iba corrigiendo moderadamente, hasta que habló Powell, claro, y se perdió esa senda de moderación, yéndose a 18,5 y perforando la media de la fase secular (línea azul punteada de la siguiente gráfica) Una muy mala señal.
Por supuesto que lo que ha ocurrido en el último trimestre ha hecho saltar muchas órdenes automáticas de venta y esa liquidez está esperando qué hacer. ¿Y qué hacer? Pues para eso los que somos una gota en este mar, donde son tan determinantes los enormes volúmenes movidos por transacciones de alta frecuencia e inteligencia artificial, solo nos queda esperar a que construya un suelo. Normalmente, a principios de año hay una caída por temas fiscales pero esta vez, habiéndose perdido casi un 9% en el año, lógicamente no tiene sentido diferir impuestos, así que, esperemos que en enero empiece a construir un suelo y todo dicho, como siempre, con la debida reserva legal. Así lo veo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación