Núñez Feijóo, el hombre del momento, recibió hace poco de manos del embajador del Japón en España, Kenji Hiramatsu, la Orden del Sol Naciente en su modalidad de Rayos Dorados con Cinta Colgante. Motivo: su gran contribución a la promoción del país asiático y de su cultura en España, amén del hermanamiento que existe entre Galicia y el país del Sol Naciente. Dicha condecoración es una de las más altas y prestigiosas. Esas buenas relaciones entre gallegos y nipones vienen de cuando Fraga inició los primeros pasos equiparando el Camino de Santiago con las rutas Kumano y Shikoku-Henro, uniendo posteriormente el Camino Kannon. Esta última es la vía de peregrinación más longeva de ese país y quien esto firma puede decir que son itinerarios repletos de belleza, espiritualidad y harto propicios para la búsqueda de la paz interior. También poseen la misma distinción Ferrán Adrià, lo que podría ser más o menos irrelevante, o Clint Eastwood, lo que son palabras mayores.
Y aunque la parte etérea e inaprensible del espíritu sea valiosísima, en materia económica ahí está, por vía de ejemplo, la planta de grafito para baterías de coches eléctricos – el gran asunto de los próximos años – que la multinacional Showa Denko tiene pensado instalar en La Coruña, o la fabricación de furgonetas Proace City en Vigo merced al acuerdo entre Toyota y Stella Atlantis, o el récord de exportaciones gallegas a Japón en 2021. No es de extrañar, pues, que la presienta Ayuso haya decidido capear la tormenta desencadenada cediéndole el timón a Núñez Feijoo y que numerosos Barones, singularmente aquellos que ostentan responsabilidades autonómicas, hayan dado el placet al gallego. Todos reclaman sosiego, mano izquierda y, lo más importante, que del próximo congreso nacional del PP no salgan dos partidos, sino solo uno. Que Egea debe irse parece claro y que a Casado no se le puede enviar a su casa sin más, también.
¿Y quién mejor que Feijóo para templar gaitas, nunca mejor dicho? Así que los popularólogos, que haberlos, haylos, como las meigas, aseguran que el tránsito de aquí hasta el congreso será más llevadero con el presidente de la Xunta al frente de un barco que hace aguas por todos los lados. Ayuso se queda a sus cosas en Madrid, Mañueco ya dijo que bastante tenía con lo suyo, Juanma Moreno no está por experimentos con un VOX que le pisa los talones y, en fin, la muchachada popular lo que pide es que cese un torbellino del que muchos temen ser engullidos.
Claro está que los defensores de Ayuso no se van a quedar satisfechos con este parche Sor Virginia. Los de Casado, tampoco, pero la diferencia es que los primeros son militancia de base y los segundos cargos del partido y estos, con tener las mantenencias aseguradas son puras veletas, siempre girarán con la dirección del viento. Solo un apunte: si le entregan el poder al Shogun gallego y creen que lo va a devolver ni conocen al político en cuestión ni conocen lo dificultoso que es hacer que se vaya a su casa un gallego. Todos se fían del ejemplo de Rajoy, pero es la excepción que confirma la regla. Por eso hay que empezar a pensar que Feijóo es el nuevo Sol Naciente popular. それは何世紀にもわたって続くでしょう,Sore wa nanseiki ni mo watatte tsudzukudeshou. O, dicho en español, continuarà por muchos siglos. Es lo que hay.
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