Opinión

Feijóo y el mal entendido centrismo

El líder popular no asistirá a la manifestación del sábado en contra del gobierno y sus políticas. No se enteran.

Vayamos por partes. Este sábado veintiuno, como muchos de ustedes saben, está convocada una manifestación en Madrid para protestar en contra de todos los desmanes que está llevando a cabo el gobierno social comunista. Es una manera cívica, democrática y legal de hacer patente el malestar de la gente, harta de ver como los violadores ven rebajadas sus penas, se indulta a golpistas, se favorece el odio a España y se arruina a la gente. Eso, por no extendernos más. Está convocada por entidades, no por partidos, entre ellas Foro España Cívica y la Fundación Foro Libertad y Alternativa. Añadamos, sin menoscabo de nada ni de nadie, que el hecho de que nuestro admirado amigo Mariano Gomá esté ahí trabajando por la defensa de la Constitución y de España como lleva años haciendo le añade un plus de seriedad al tema. Pues bien, aunque el momento sea gravísimo tras el asalto de Sánchez a la judicatura, Feijóo considera que no debe acudir. Desde el PP decían hace días que el líder popular iría o no en función del manifiesto que se redactase. Bien.

Como éste ya es público y notorio, en Génova se dice ahora que, si bien acudirán algunos dirigentes populares, no consideran oportuno que acuda Feijóo ya que la manifestación está “organizada por terceros” y que, claro, al no estar convocada por el PP no es preceptiva la presencia de quien dice aspirar a ser el sucesor de Sánchez. Añádanle ustedes a tales despropósitos que como desconocen la “escenografía” de la manifestación, tampoco tienen claro el asunto. ¿En serio?

Pues bien, aunque el momento sea gravísimo tras el asalto de Sánchez a la judicatura, Feijóo considera que no debe acudir. Desde el PP decían hace días que el líder popular iría o no en función del manifiesto que se redactase. Bien.

Y servidor dice: chorradas. Peor todavía, cobardía. Feijóo , que carga contra VOX como si fuera el enemigo a batir y no el sanchismo, a pesar de que dependan de ellos para gobernar, verbigracia, en Castilla y León, tiene más miedo que el Niño del Pardal, que toreaba sillas porque le daban pánico los toros. Feijóo teme una nueva foto de Colón si va a la manifestación y se pone junto a Santiago; Feijóo teme que desde el gobierno se le acuse de ultraderechista, como si no lo hicieran a diario; Feijóo teme perder ese hipotético votante de izquierda desencantado con el PSOE que dice querer captar; Feijóo teme a todo y a todos, teme la falsa polémica sobre el aborto en el gobierno de Mañueco atizada por los de la sinistra, teme enfrentarse de cara con el PSOE, teme juntarse con aquellos a los que, en teoría, dice defender.

Feijóo teme, en suma, a la política y a lo que representa ser el máximo responsable de un partido de centro derecha. Cuidado, decimos centro derecha y al líder gallego parece que la segunda palabra se le olvida, porque una cosa es ser moderado y otra muy distinta esconderse detrás del burladero, por seguir con los símiles taurinos, esperando a ver si llueve y se suspende la corrida o increpar desde la barrera a quien torea al morlaco diciéndole que no lo hace bien. Qué sabia es Cayetana Álvarez de Toledo cuando dice que hay que ir a una, todos unidos, y no quedarse en el sofá.

Qué sabia es Cayetana Álvarez de Toledo cuando dice que hay que ir a una, todos unidos, y no quedarse en el sofá.

Mal vamos si la agenda del PP ha de ir a remolque de lo que decidan en Moncloa, porque se supone que una oposición contundente ha de tener serenidad, firmeza, propuestas, pero sobre todo coraje y no acudir a la convocatoria del sábado da la impresión a quienes están- estamos – hasta el peplum del sanchismo una imagen lamentable de defección y de no comparecencia ante el enemigo. Borja Sémper, de habitual ingenioso e ilustrado, ha dicho que VOX es un chollo para Sánchez y para Podemos, pero más chollo es que Feijóo se quede en casita este sábado. Eso es regalarle el partido a Sánchez por incomparecencia del otro. Eso no es centrismo. Eso, lamento decirlo, es no tener ganas de ganar las elecciones generales. Y se lo digo desde ya: solo con Ayuso, si no es la candidata, no las van a ganar al paso que van por mucho que digan las encuestas. Espabilen.

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