Opinión

El final del 'doctor' Sánchez

El sanchismo está políticamente muerto, y ellos lo saben. Dan por perdidas las elecciones y todos sus pasos explican un único objetivo: alargar la legislatura para hacer caja

Hemos visto cómo se humilla al Estado desde la Presidencia del Gobierno e impresiona. La destrucción de la credibilidad del CNI por el propio Consejo de Ministros, en respuesta a las exigencias de golpistas secesionistas, supera las peores previsiones. Que el sanchismo, político y mediático, replique la estratagema independentista de equiparar investigaciones autorizadas del CNI con espionajes ilegales, para confundir, demuestra el nivel de degradación alcanzado.

Si Pedro Sánchez estuviera pensando en ganar las próximas elecciones para seguir en el poder, ni harto de vino se habría permitido la demolición, a la luz del día, de nuestro Servicio de Inteligencia, con el resultado obvio de provocar que nuestros aliados no puedan arriesgarse a compartir información vital para nuestra seguridad. Pero sus objetivos son otros.

El sanchismo está políticamente muerto, y ellos lo saben. Dan por perdidas las elecciones y todos sus pasos explican un único objetivo: alargar la legislatura para hacer caja. Volverán a confundir a todos haciendo creer lo contrario, pero Sánchez y los suyos se están limitando a hacer un cálculo contable, personal, de cuenta corriente. Cada mes que pasa, a tanto, suma tanto. En Correos, Paradores, REE, Aena, Indra…Es todo.

Los enemigos de la Nación lo saben y actúan en consecuencia. No es cierto que los independentistas estén en horas bajas. Su objetivo central es la “creación de estructuras de Estado” en los territorios que pretenden “desconectar” de España, y para eso Sánchez está siendo un chollo. En eso están los etnonacionalistas vascos y catalanes, o el discreto ministro de Universidades, el independentista Subirats, centrado en legislar en consecuencia.

Ahora importa el balance de daños. Degradar las instituciones no sale gratis. La maldita coalición sanchista deja en herencia un Estado financieramente inviable, en la ruina, con un mar de deuda y un déficit estructural insostenible, regalo para varias generaciones. Marco ideal para provocar una explosión populista en el país, a partir del momento en que la UE nos retire las redes de protección.

En los países con políticas que generan oportunidades económicas crece la confianza en la UE. Cuando Grecia, Italia y Francia se alejan del riesgo de populismos, Sánchez sitúa a España en zona de peligro

Andrés Rodriguez-Pose de la London School of Economics ha publicado un estudio titulado “La geografía del descontento de la UE” en el que evidencia la relación directa entre estancamiento económico a largo plazo y reacciones euroescépticas. El catedrático de Geografía Económica ha estudiado los resultados electorales de todos los distritos europeos para, utilizando un modelo matemático, analizar el voto a partidos contrarios a la integración europea. Se trata de detectar qué factores explican esta orientación electoral, brexit incluido.

Se demuestra que en los territorios en los que prende el temor a la degradación económica y a la globalización sube el voto a partidos anti-UE y populistas, de izquierdas y de derechas. Por el contrario, en los países con políticas que generan oportunidades económicas crece la confianza en la UE. Cuando Grecia, Italia y Francia se alejan del riesgo de populismos, Sánchez sitúa a España en zona de peligro.

La herencia del sanchismo será un erial con todos los riesgos apuntados en el estudio de Rodriguez-Pose de multiplicar las reacciones antisistema. Desaprovechadas todas las ventajas -únicas en el mundo- que Bruselas proporcionó al país frente a la crisis, nos enfrentaremos a una bomba de relojería contra la estabilidad económica e institucional. Y aún añadirán un año más de deterioro asegurado.

Está en juego la idea de UE y OTAN, la que combate Putin. Por cierto, me pregunto de qué novedad hablan cuando se refieren a las relaciones entre éste y los independentistas catalanes. Solo tenían que leer las investigaciones del periodista David Alandete, publicadas en 2019 (Fake news. La nueva arma de destrucción masiva), o consultar la lista de colaboradores de la izquierda española en Russia Today, para informarse.

¿Cómo hemos permitido esto? La ingenuidad de creer que en el PSOE quedaría capacidad de reacción explica gran parte del problema. Escribí aquí en el último artículo: “¿Los Bono, Borrell, Robles? Aquietados, se han acostumbrado a los escupitajos independentistas”. Ocurrió de nuevo.

La rueda de prensa de parvulario con la que nos avergonzó a todos está en el guion sanchista: una suerte de engaño masivo permanente

La confianza en el supuesto sentido de Estado de Margarita Robles nos iba a salvar. La comprobación de cómo la ministra se dobló ante el independentismo habrá abierto los ojos a muchos. La rueda de prensa de parvulario con la que nos avergonzó a todos está en el guion sanchista: una suerte de engaño masivo permanente. O de cinismo, como el exhibido por el presidente de Castilla-La Mancha, García-Page, destinado a neutralizar daños en las próximas elecciones autonómicas.

Sánchez no tiene frenos como los que en 2011 obligaron a Zapatero a convocar elecciones y a renunciar en favor de Rubalcaba. Entonces fue suficiente una carta-editorial en El País de Juan Luis Cebrián y un órdago desde el PSOE. Hoy, el grupo Prisa se dedica a fabricar relatos para salvar la cara a Sánchez, en compañía del independentista Roures y La Sexta. El Partido Socialista ha desaparecido.

No se encontrará mucho patriotismo constitucional en el sanchismo político, o en el periodístico, el que bracea estos días para justificar la destitución de una funcionaria, la directora del CNI Paz Esteban, por cumplir con sus deberes con el Estado. No se podrá contar ni con el inefable Revilla, presidente de Cantabria, que proclama en los platós amor a la patria, pero va de la mano de independentistas en la coalición sanchista.

A todos ellos se les debe recordar las palabras del heroico almirante Blas de Lezo y Olavarrieta: “Una Nación no se pierde porque unos la ataquen, sino porque quienes la aman no la defienden”.

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