Opinión

Las fotos de las ministras con hombres

Esa foto de Calviño no deja de ser, aunque significativo, un gesto banal, insignificante si no va acompañada de valentía legislativa por parte del Congreso

En la URSS de Stalin la censura y la manipulación fotográfica estaban a la orden del día, era una auténtica industria de producción de la realidad que le interesaba al dictador, como si se tratara de un ministerio propio. Dada cuenta de la importancia de la imagen, fue entonces, en los inicios del siglo pasado, cuando se tiene documentado la falsificación fotográfica con fines de comunicación política, algo que debe estar cuidado, rigurosamente estudiado, que sigue a la orden del día porque simple y llanamente una imagen vale más que mil palabras y donde no sales no existes. O lo que muestras es lo que eres.

Los codazos en política para salir en la foto están a la orden del día, lo sé de buena tinta, los he vivido y sufrido gestionando grupos de políticos amateurs, pero es algo que se trabaja desde lo más básico hasta el más alto nivel. Por ello, si es tan importante que Nadia Calviño no quiera hacerse fotos en un acto sólo con hombres, también lo es que dejen prácticamente sola en la bancada del gobierno del Congreso a Margarita Robles ante el espionaje y la destitución o substitución –según se tengan en cuenta las palabras de Robles o las del BOE- de la directora del CNI Paz Esteban.

Las fotos de estas dos ministras tienen una doble lectura, en una, en el caso de Calviño, pone de manifiesto la valentía de la titular, el gesto de reivindicar la presencia de la mujer en tanto en cuanto somos el 50% de la población. Pero esa foto no deja de ser, aunque significativo, un gesto banal, insignificante si no va acompañada de valentía legislativa por parte del Congreso, valentía empresarial y carencia de hipocresía social. Mientras sigamos teniendo un país en el que la mujer deba renunciar a escalar profesionalmente y decidir entre el trabajo o ser madre, mientras que en muchas empresas se siga pagando por el mismo trabajo más a hombres que a mujeres,  mientras que no se impliquen los hombres y las empresas en lo que supone la conciliación, mientras que no dejemos a un lado la hipocresía social y política y nos sepamos ocupar realmente de la familia por igual, una simple foto es tan solo un simple gesto de cara a la galería.

Margarita Robles estaba sola para defender el trabajo del espionaje español, junto a ella, e uno y otro lado de bancada azul, no tenía a nadie

Falta mucho por hacer para tener una sociedad igualitaria, mucho más que una foto. Y, por otra parte, y de mayor calado pese a que las agendas aprieten, en comunicación política tan medida debe estar la defensa de la mujer en la foto como la defensa pública del presidente del gobierno a su ministra de defensa en la sesión de control. Nuevamente, Margarita Robles estaba sola para defender el trabajo del espionaje español, a lado y lado de su bancada no tenía a nadie, es el plano que daba el Congreso a todas las televisiones. Sin el presidente, sin la vicepresidenta Yolanda Díaz, sólo con Nadia Calviño y Teresa Ribera, con unos 4 ministros frente a 22. La imagen que el gobierno traslada, la imagen que da de cara a la galería es de falta de apoyo a Margarita Robles por mucho que se mantenga en el cargo y la nueva directora del CNI sea de su más estricta confianza. Las palabras deben estar acompañadas por los gestos y más cuando sabes que le van a tirar la caballería por encima como así ha sido tanto por parte de los independentistas como de la bancada popular.

Se ha quedado sola defendiendo las fuerzas armadas, los servicios públicos de inteligencia, los funcionarios. “No van a encontrar a nadie tan consistente como yo” en esa defensa decía Robles al dirigente del PP Bermúdez de Castro que le pedía su cabeza. Probablemente a ella, como magistrada, no se le pueden dar lecciones de lo que supone la defensa del estado de derecho y de su sentido de estado pero sí que se debería tomar nota en presidencia de cuidar y proyectar una imagen de cierre de filas junto a la ministra que está defendiendo, por momentos, lo indefendible. El gobierno, en su conjunto, debe medir la importancia de la imagen que proyecta, pese a las agendas.

La vicepresidenta de la que hablo y la ministra de Defensa han lidiado durante la presente legislatura con cuestiones fundamentales para el funcionamiento del Estado, por ello merece la pena que si el Gobierno quiere dar una imagen de cohesión, la dé. Tanto para lo del espionaje es importante como para dotar de relevancia las carteras que ambas defienden. Aunque sólo sea por defender a una mujer en el cargo, que falta nos hace en este país. Cuídense.

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