Opinión

Franco, al rescate de Sánchez

Cuesta imaginar qué sería de Sánchez sin la existencia de Franco, del franquismo, del Valle de los Caídos y del resto de los signos característicos de la dictadura que estuvo presente en España durante casi cuatro dé

Cuesta imaginar qué sería de Sánchez sin la existencia de Franco, del franquismo, del Valle de los Caídos y del resto de los signos característicos de la dictadura que estuvo presente en España durante casi cuatro décadas. Si no hubieran existido ni el dictador ni su dictadura ni todo lo que le rodeaba ¿Cómo iniciaría Sánchez las campañas electorales? ¿A qué ficticias amenazas recurriría entonces para intentar amedrentar a la sociedad española inventándose riesgos para nuestro futuro?

Su ausencia de moral, su indigencia intelectual y su falta de proyecto político más allá de prolongar su estancia en el poder provocan que, al presentarse ante los electores, Sánchez no tenga más remedio que resucitar periódicamente la imagen de un general que murió hace cincuenta años. Incluso en eso resulta perceptible hasta qué punto el sanchismo se parece al franquismo. Aquellos que por nuestra edad vivimos en la etapa franquista recordamos como Franco utilizaba recurrentemente los demonios de la conspiración judío-masónica y del comunismo internacional para intentar que su base sociológica siguiera, prietas las filas, apoyando su continuidad en el Palacio de El Pardo. Décadas después vemos como es ahora Sánchez, cual nuevo Franco, quien recurre a resucitar el franquismo para que el ejército de sus subvencionados, subsidiados, financiados, protegidos y ayudados le permita, con las filas prietas, mantenerse en otro palacio, el de La Moncloa.

Recordamos también los que ya tenemos cierta edad que rara rodear de una aureola mística a su particular cruzada, Franco utilizaba como talismán el brazo incorrupto de Santa Teresa. Y en estos días todos, jóvenes y mayores, hemos podido ver que Sánchez, emulando al general, ha utilizado miserablemente los restos de los enterrados en el Valle de los Caídos. Ahí están las imágenes diseñadas por los publicistas del nuevo régimen en las que se le ve rodeado de cráneos, tibias y peronés. Está claro que los más atávicos y estrambóticos tics franquistas también encandilan al actual caudillo que hoy gobierna España.

Se rumoreaba entonces que alrededor de Carmen Polo Martínez-Valdés de Franco, la mujer del viejo dictador, había una camarilla de aprovechados que utilizando los resortes del poder dictatorial de su marido muñían todo tipo de negocios con los que se enriquecían ellos y la propia interfecta. Se decía incluso que los joyeros de Madrid eran víctimas de las visitas de la Señora y que a tal punto llegó el coste generado por los “sinpas” que practicaba en sus comercios, que los propietarios de las joyerías madrileñas llegaron a constituir informalmente un seguro colectivo con objeto de repartir entre todos las pérdidas que individualmente sufrían los que eran visitados.

Como se dice que sucedió entonces con Carmen Polo, también parece ahora que a Begoña Gómez le está saliendo económicamente rentable la jugada

Puede que aquel rumor responda a la realidad o puede que se trate tan solo de una leyenda urbana, pero lo cierto es que lo leído y escuchado estos días en torno a la cónyuge de nuestro presidente de Gobierno guarda inquietantes semejanzas con aquello. Es así porque según lo escrito y hablado, parece indiscutible que alrededor de Begoña Gómez Fernández de Sánchez parece existir o haber existido otro conjunto de aprovechados -Aldama, Hidalgo jr, Barrabés… que, actuando también en camarilla y escudándose en el lazo matrimonial de la citada, han obtenido magros beneficios con todo tipo de negocios, en algún caso con coste público incluido. Y, como se dice que sucedió entonces con Carmen Polo, también parece ahora que a Begoña Gómez le está saliendo económicamente rentable la jugada.

Sin duda, con un curriculum académico extremadamente endémico -solo una titulación no oficial- y una experiencia laboral previa acusadamente esquelética -solo alguna colaboración con ONG,s- la mujer de Sánchez ha iniciado desde 2018 un sprint profesional vertiginoso que le ha llevado a liderar un programa internacional del prestigioso Instituto de Empresa, a acceder a una cátedra no reglada de la Universidad Complutense, a dirigir una máster que adiestra a los masterandos en la captación de fondos públicos así como a ser conferenciante y/o asistente en simposios o eventos internacionales “debidamente patrocinados”. Semejante ascenso no parece responder a las condiciones de mérito y capacidad, tan ausentes en Begoña Gómez Fernández de Sánchez -su curriculum y su experiencia anterior así lo evidencian- como en Carmen Polo Martínez-Valdés de Franco, la mujer del otro dictador.

Cómplices del latrocinio

De manera que tenemos la ecuación cerrada. No es tan solo que Sánchez resucite a Franco cada vez que electoralmente así lo necesita. Es que también lo emula en la agitación de los fantasmas con los que intenta amasar a su grupo de fanáticos acudiendo incluso al miserable uso de los restos de cadáveres para favorecer que fragüe la masa. Y en medio de la fiesta hogaño Begoña, como antaño Carmen, incrementa sus posibles merced a que en toda dictadura hay algunos que saben aprovecharse del poder dictatorial que hace a muchos víctimas de la situación y a otros tantos cómplices del latrocinio. Como dice Antonio Bascones en su novela El pasado siempre vuelve.

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