Hace unos días, Ucrania reprendía a España por no convertir en realidad sus promesas de enviar armamento militar a su país para defenderse de la invasión rusa. Fue en los actos de celebración del Día de la Independencia de Ucrania de la Rusia soviética. Mientras, el presidente del Gobierno se reía de la monarquía española durante la vista oficial a Colombia cuando lo presentaban como presidente de la República de España en una clara ofensa a nuestro rey Felipe VI. Y es que hace más de 3 meses que España no envía ni un solo cartucho -según la embajada ucraniana-. El último envío fue de armamento ligero. Por otra parte, los 40 tanques Leopard que prometió Sánchez en su visita a Kiev se encuentran en un estado lamentable. España ha destinado únicamente 54 millones de euros a ayudar a Ucrania, frente a los miles de millones de otros países.
Según fuentes de investigación, en los seis meses desde que Putin lanzó la invasión de Ucrania, España ha comprado gas ruso por importe alrededor de 15.000 millones de euros, cifra que frente a los 54 millones de ayuda militar a Kiev es 280 veces superior. El gas ruso ha supuesto un 10% del total de gas importado por España estos últimos 6 meses. Además, la diplomacia ucraniana se queja de que el armamento enviado por España es defectuoso. Kiev incluso ha afeado al Gobierno de Sánchez que los cartuchos que ha enviado suponen material para dos horas de combate.
Mientras, la ministra de Transición Ecológica del Gobierno sanchista se dedica a pregonar que el uso de la energía nuclear -como alternativa al gas- es una imposición de un lobby de fondos de inversión en este tipo de energía. Como siempre en la izquierda, la ignorancia no tiene fronteras, ni si quiera las de la insensatez. La única realidad es que en invierno España tendrá que sustituir ese 10% de la demanda global de energía por una energía alternativa al gas, nucleares y renovables, porque los rusos dejarán de suministrarla. Tampoco este Gobierno ha renovado ni ampliado el parque de centrales hidroeléctricas en los cuatro años que llevan mareando la perdiz en materia energética. A España no le quedará más remedio que optar por el carbón, el combustible más contaminante y que más impuestos paga, con lo que la factura de la luz se incrementará hasta límites insospechados.
La única solución real para el futuro energético español es, a corto y medio plazo, trabajar en la ampliación del parque hidroeléctrico así como el uso de energía nuclear"
Como siempre, la única solución que ha buscado este Gobierno es freír a impuestos a las eléctricas e inventarse un real decreto para obligar a bajar o subir el aire acondicionado en las viviendas de todos los ciudadanos o comercios o, incluso, apagar las luces de los escaparates de las tiendas a partir de las 10 de la noche. Se trata de una clara intromisión en competencias autonómicas que no le corresponde, además de una normativa claramente intrusiva con la propiedad privada e inconstitucional a “todas luces”.
La única solución real para el futuro energético español es, a corto y medio plazo, trabajar en la ampliación del parque hidroeléctrico español así como el uso de energía nuclear que tan mala fama tiene por culpa de muchos ignorantes de ideología sanchista. Estas soluciones deben ir acompañadas de un trabajo exhaustivo para encontrar una verdadera solución a la energía que proviene del hidrógeno y que tiene mucha investigación por delante. Mientras, Sánchez no baja los impuestos a los españoles, se ha dedicado a comprar miles de millones en gas natural estos últimos meses al Gobierno de Putin con nuestros impuestos y, sin embargo, ha destinado unas decenas de millones de euros a Ucrania para defenderse de la invasión rusa.
*Daniel Portero de la Torre es Ingeniero de Caminos y diputado PP por la Asamblea de Madrid.
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