Confieso que Juan Carlos Girauta es, de todos los protagonistas de la nueva política que entraron en el Congreso tras las elecciones de diciembre de 2015, con quien más simpaticé en lo personal durante aquellos primeros meses de bullicio en la Carrera de San Jerónimo.
Esa vehemencia que le lleva a discrepar incluso de los suyos si se tercia le dota de una sinceridad poco frecuente, lo cual se agradece cuando te has pasado los 25 años anteriores escuchando lenguaje 'de madera' a izquierda y derecha para justificar lo injustificable y ocultar lo inocultable. Girauta, y otros como él, combatieron con descaro un ambiente mortecino como de ancienne regime de Mariano Rajoy y los suyos.
Para los anales de la crónica parlamentaria han quedado interminables ruedas de prensa -en sus respuestas y en nuestras preguntas- contra el independentismo de la rauxa y, posteriormente, contra un Pedro Sánchez entregado a él para llegar "como sea" a La Moncloa. No nos informaba a los periodistas, sino que nos 'convencía' de que una nueva forma de hacer política había llegado de la mano de Albert Rivera para impedir el desguace de España que se tramaba.
Pretendiendo denunciar que el PSC es parte del problema, ha dejado en evidencia el error que supone no haber usado los 57 diputados de Cs para impedirlo"
Eran los tiempos del pacto de El Abrazo, llamado así por el simbolismo del cuadro pintado por Juan Genovés en 1977, símbolo de la Transición bajo el cual comparecieron en febrero de 2016 Rivera y Sánchez para dar fe del acuerdo de investidura del primero. Por eso, precisamente, el último y polémico tuit contra el PSC de este enfant terrible de la Cataluña no nacionalista que es Girauta muestra todo un síntoma del mal que aqueja hoy a Ciudadanos, por más que su líder se haya desmarcado del contenido y el tono:
https://twitter.com/GirautaOficial/status/1181276143112065025?ref_src=twsrc%5Etfw
Pretendiendo denunciar así que los socialistas catalanes son parte del problema -soez, inaceptable... pero vayamos al fondo del asunto- deja en evidencia el inmenso error de Ciudadanos no usando sus 57 diputados para evitarlo... Qué menos que intentarlo, y que el presidente del Gobierno en funciones se hubiera retratado rechazándolo. Áteme usted esa mosca por el rabo.
La próxima vez que le vea en la cafetería del Congreso -y espero que así sea porque muchos sondeos, cada día más catastróficos para Cs, ponen en duda su escaño por Toledo- le diré: "Juan Carlos, 180 diputados sumabais con el PSOE y pudisteis dejar a Miquel Iceta y los suyos fuera de juego en la política española por mucho tiempo; una legislatura, si acaso más".
Un problema "de piel"
Alguien que conoce bien a ambos me señaló hace un tiempo que el problema de Rivera y Girauta con Sánchez es "de piel". No soportan que el inquilino de La Moncloa, el mismo con quien pactaron hace tres años, sea el que en diciembre de 2018 protagonizara la "humillante" escena del sofá con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, rindiéndole pleitesía en el barcelonés Palacio de Pedralbes.
... Y puedo entenderlo en el plano personal, pero no justificarlo; ni la actitud de Rivera negándose a acudir a La Moncloa en julio y agosto. A la política se viene 'llorado' de casa y con la cabeza en su sitio.