La bomba informativa tras la entrevista de la Sexta al presidente del Gobierno, en la que lanzaba con nocturnidad y alevosía la iniciativa de modificarían del delito de sedición, es un gol envenenado que creen haberlo marcado los de ERC, pero realmente lo marca Pedro Sánchez que ayuda también así al partido en alza en Cataluña según el último barómetro oficial, el del CEO, que da la victoria al PSC en unas elecciones como en su día -aunque por solo 50.000 votos de ventaja- obtuvo Salvador Illa.
Por mucho que los barones socialistas digan, como insinuó Emiliano García Page, que iba a necesitar pastillas para dormir, la vía del diálogo entre Madrid-Barcelona parece funcionar para desactivar al independentismo y activar al socialismo, o quizás, para luchar a la par pero desactivando la vía rupturista intentada en 2017.
Sabemos que en política está todo milimetrado, no puede ser menos este extremo que tanto revuelo informativo ha generado por el calado de la medida. Parece que más pronto que tarde podría volver a la política Oriol Junqueras teniendo en cuenta que se reducirían los plazos de inhabilitación pero tampoco sería un gran cambio de paradigma político. Pere Aragonés sigue a pies juntillas lo que en su día expuso su jefe a través de una carta publicada en La Vanguardia, meses antes de las elecciones catalanas de febrero, en la que exponía que la única vía posible para salir del conflicto que habían provocado era la del 'diálogo'.
Irse de rositas
Tampoco, pese a que lo proclamen insistentemente, lo van a volver a hacer. No es tan tonta la plana política independentista catalana, no lo es tampoco la ciudadanía que ha confiado en la vía del diálogo –la de Junqueras- que en la vía rupturista –la de Puigdemont-. De hecho, para calmar los ánimos del patio político ha salido el portavoz del Congreso Patxi López asegurando que con esta modificación no habría habido posibilidad de que Bélgica acogiera al líder fugado, ignorando los reclamos de la Justicia española. Según esta modificación anunciada ahora por Sánchez, ni Puigdemont se hubiese podido ir de rositas, ni, por supuesto, habría habido una condena a prisión de tantos años de cárcel para los líderes independentistas.
En cualquier caso, Pedro Sánchez abre una vía de negociación y diálogo con los independentistas, que harán como siempre gestos de no estar conformes y ya exponen, como es norma de la casa, que quieren más, es decir la amnistía y votar en referéndum. En este mundo político tan volátil en el que la palabra suele quedar en papel mojado es bueno saber las cartas a las que cada uno juega porque las elecciones están a la vuelta de la esquina. De momento, la vía de la concordia, de la cordialidad está al alza en las encuestas.
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