España ha registrado, en este 2022 que acaba de concluir, una de esas conjunciones planetarias únicas, rara vez observadas en estos lares, que ha alineado las variables macroeconómicas clave en la misma longitud sideral, el lado positivo. España ha crecido más que ningún país europeo en 2022, lo hará muy por encima de todos ellos en 2023, mientras que cierra con la menor tasa de inflación de la Unión Europea. Todo ello aderezado con unos caldos de generación de empleo excepcionales. Se puede calificar la añada económica de 2022 como inusualmente buena. Todo ello, para disgusto de una derecha que veía cómo cada una de esas previsiones agoreras que había esparcido en sus altavoces mediáticos no solo no llegaban sino que la realidad se deslizaba por derroteros opuestos.
Las plagas bíblicas predichas por los economistas conservadores en torno a determinadas medidas de políticas económicas implementadas por el actual Gobierno de coalición “social-comunista, bolivariano y filoetarra” de España, no solo no es que no se hayan cumplido, sino que el resultado final ha sido diametralmente el opuesto a los agoreros pronósticos que todos estos tahúres esparcían usando sus bolas de cristal y sus cartas de tarot.
El poner un tope al precio del gas, del cual se burlaban tertulianos que, entre nosotros, no tienen ni idea dónde se fijan los precios de las materias primas, ha reducido drásticamente nuestra inflación
Las subidas del salario mínimo en España y la reforma del mercado laboral no solo no han generado un paro masivo, sino que han ido acompañadas de la mayor generación de empleo de nuestra historia reciente, de una reducción de la desigualdad, o de un impulso positivo al consumo privado. El poner un tope al precio del gas, del cual se burlaban tertulianos que, entre nosotros, no tienen ni idea dónde se fijan los precios de las materias primas, ha reducido drásticamente nuestra inflación. Son dos botones de muestra sobre ciertas sandeces que uno tenía que escuchar o leer a tan prominentes chamanes. La lección que debemos extraer es que la realidad se ha acabado imponiendo, y ha ido derribando mitos económicos, esparcidos como verdades absolutas, lo que no dejaban de ser meros chascarrillos de tasca.
Reforma Laboral de 2022: Oda a Alberto Casero
Corría febrero de 2022 cuando el voto telemático del diputado del PP Alberto Casero desde su casa, donde convalecía de gastroenteritis aguda, permitió al Gobierno la convalidación de la reforma laboral. Sí, sí, esa reforma social-comunista que iba a traer la desgracia a cientos de miles de españolitos. Como luego veremos, los pronósticos de nuestros afamados videntes, por enésima vez, no se cumplieron. Pero volvamos al disputado voto telemático de Alberto Casero. Los ciudadanos de bien de este país debemos estar profundamente agradecido al diputado del PP. Gracias a su voto permitió sacar adelante una reforma laboral que ha mejorado las condiciones de vida de miles de sus conciudadanos. Por eso, debemos mostrar nuestro profundo reconocimiento y agradecimiento a este patriota de bien.
Consumados los 12 primeros meses de vigencia de la reforma laboral, el comportamiento del mercado de trabajo corrobora su indiscutible éxito: el paro se ha reducido en 2022 en más de 268.000 personas, y se han creado casi medio millón de empleos, disminuyendo el número de desempleados hasta los 2,84 millones, el mejor diciembre desde 2007. Mientras la afiliación diaria cierra 2022, el 30 del mes pasado, con 20.159.317 afiliados, la afiliación media termina diciembre con 20.296.271 millones de afiliados, ambas las cifras más altas de la historia.
Frente a todas aquellas recetas basadas en abaratar el salario y en promocionar la enésima desprotección del factor trabajo, el Gobierno hizo lo opuesto. Además de las subidas continuadas del salario mínimo, el nuevo marco de relaciones laborales que supuso la reforma laboral de 2022 fue por derroteros distintos.
Aquellos países donde los salarios son más altos producen con mayores economías de escala, asociadas a una mayor formación, mayor ingenio, mayor habilidad
Era necesario revertir la pérdida de participación del factor trabajo en la renta nacional, a la vez que se debería disminuir la participación de todos aquellos rentistas que han vivido a costa de trabajadores y productores. La verdad universal es que un bajo nivel salarial no significa un bajo coste de producción. Todo lo contrario. En líneas generales aquellos países donde los salarios son más altos producen con mayores economías de escala, asociadas a una mayor formación, mayor ingenio, mayor habilidad. Los grandes avances tecnológicos se han producido allá donde los salarios eran comparativamente más altos. Y la eficacia del trabajo es mayor donde los trabajadores viven mejor, tienen más descanso, y reciben salarios más altos.
Un Gobierno manirroto
¿Ustedes realmente creen que nuestros afamados videntes no volverán a la carga? No se preocupen, esos mismos chamanes que no dieron una, volverán a darnos la turra con algo distinto: el actual gobierno de coalición es un gobierno manirroto. Y nos repetirán ese mantra de que el gobierno debe comportarse como una familia.
De nuevo deberemos armarnos de paciencia y enseñarles una y otra vez los balances financieros sectoriales de Wynne Godley para explicarles que el Estado no se comporta ni actúa como una familia. Demostrarles por activa y por pasiva que cuando el BCE financia a los Tesoros europeos en los mercados secundarios, jamás hay y nunca habrá problemas de financiación. Y sobre todo, decirles que cuando el Estado tiene superávits presupuestarios no es síntoma de un buen hacer de política económica sino el resultado de un ciclo de endeudamiento privado descomunal que nos llevará a una Gran Recesión, o Gran Depresión. Pero aún queda tiempo para ello.
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