Opinión

¿Hablamos español?

Deberíamos empezar a tomarnos muy en serio las señales que alertan sobre la ruptura del régimen de cooficialidad lingüística que nos dimos en España con la Constitución de 1978

La presidenta de la plataforma Hablamos Español, Gloria Lago, ha remitido una carta  impactante a Pablo Casado, en la que denuncia  limitaciones de los derechos lingüísticos en relación con el uso del español. Como este tipo de noticias en territorios de comunidades con lengua propia crecen, deberíamos pensar si se está produciendo un desequilibrio en el régimen de cooficialidad lingüística que nos dimos en España con la Constitución de 1978. Casi el 100% de estas noticias aluden al uso de las lenguas en las aulas, sometidas a intensa y alarmante politización.

“La educación, uno de los pilares de la identidad nacional… La escuela, lugar en el que aprender valores de igualdad, libertad, fraternidad, además de leer, escribir, contar y respetar al otro y al maestro…la primera desigualdad es la desigualdad ante el lenguaje…”. Con esta naturalidad habla el Ministro de Educación de Francia, Jean Michel Blanquer,  quien considera que el dominio del lenguaje es la clave cuando se habla de la cimentación cultural, social y política de un país. Su decisión de identificar el binomio lengua de Francia/cultura de Francia con los cambios educativos políticos de la etapa Macron  siempre es expuesta de forma directa, lejos de los usos que la nefasta corrección política impondría a tan espinoso asunto.

¿Cómo se ha llegado a que en algunos lugares de nuestro país el conocimiento, estudio y uso de la lengua oficial y las cooficiales sean de imposible cohabitación?

El historiador Joseph Pérez, explicaba en Santander en 2016 de manera clara su orgullo de educarse en la escuela francesa que permitía a los niños integrarse en un mundo libre, culto y de progreso a partir de la lengua nacional: “Mis padres llegaron en 1924, nací en 1931, mi lengua materna era el valenciano, no el castellano. A los cuatro o cinco años ingresé en la escuela. En la escuela jacobina entraba un pequeño español, un pequeño portugués y salía un francés. Eso se ha terminado. La idea jacobina es fundar una nación formada por ciudadanos con los mismos derechos, nadie me dijo nada por ser español”.

Nuestro país es extraño respecto a todos los países avanzados, competitivos, en los que están asumidos  los pilares y valores  fundacionales de su identidad nacional. ¿Cómo se ha llegado a que el conocimiento, estudio y uso de la lengua oficial y las cooficiales sea de imposible cohabitación en la educación? Con la Constitución hubo que crear  un modelo de sistema educativo desconocido hasta entonces, en el que conviviesen:  la lengua oficial del Estado Español con las lenguas cooficiales, las competencias del Estado con las competencias exclusivas autonómicas, la minimización del Estado con el crecimiento de las estructuras de gestión autonómicas,  las características de cada una de las “educaciones autonómicas” con la educación de la identidad nacional, el valor del sistema educativo como elemento de vertebración nacional con la diversidad de cada autonomía reforzada por las transferencias educativas.

La Transición evitó, con responsabilidad, la existencia de 17 sistemas educativos diferentes, acometiendo las dificultades  mediante una razonable cooperación institucional y la ingente legislación aplicable que se ha ido produciendo. Se creó un reparto curricular, competencial, de servicios y de recursos que estabilizó el modelo constitucional de organización territorial del Estado basado en la distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas.

La colisión de derechos lingüísticos no debe resolverse solo desde la educación. La estructura territorial del  Estado ha ido facilitando  la aparición de nuevos elementos de uso de las lenguas susceptibles de utilización política, entre otros: el concepto de lengua vehicular (diferenciada de la lengua de aprendizaje) como lengua  de comunicación en las clases, recreos, actividades extraescolares, comunicación con las familias y en actividades académicas complementarias, la aparición de materias optativas de naturaleza lingüística añadidas , la aparición de modelos lingüísticos, la enseñanza de lenguas llamadas propias pero no cooficiales, la aparición de leyes  de política lingüística en Comunidades Autónomas, los procesos de inmersión lingüística…

La Transición evitó la existencia de 17 sistemas educativos diferentes, acometiendo las dificultades mediante una razonable cooperación institucional

¿Asistimos a una lenta expulsión de  la lengua oficial del Estado de las aulas? 

La escolarización se distribuye en cuatro modelos lingüísticos:

-Sólo castellano: toda la enseñanza se cursa en esta lengua y no se cursa otra lengua española como materia.

-Castellano lengua de enseñanza y otra lengua española como materia: toda la enseñanza se recibe en castellano y se cursa como materia otra lengua española.

-Enseñanza bilingüe: parte de las materias se cursan en castellano y otra parte en otra lengua española diferente del castellano.

-Enseñanza en otra lengua española y castellano como materia: toda la enseñanza se cursa en otra lengua española diferente al castellano, salvo la propia materia de castellano.

La evolución de los datos en el tiempo muestra: cuatro comunidades autónomas con lengua cooficial no escolarizan alumnos solo en castellano: Comunidad Valenciana, País Vasco, Galicia (100% escolarización bilingüe) y Cataluña  (100% escolarización en catalán y el castellano como materia); otras dos comunidades avanzan hacia ello: Navarra lentamente y Baleares a mayor velocidad; además, crece el modelo de enseñanza en otra lengua española (catalán, valenciano y euskera) y castellano como materia, al que  confluyen Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra y País Vasco. Excepciones: Galicia no presenta cambios en su escolarización bilingüe y Aragón escolariza muy mayoritariamente en castellano, pero con crecimiento de los otros dos modelos restantes.  La convivencia de las lenguas en la educación española ha tenido distintos periodos, pero a partir de 2010-11 se aceleran las tendencias descritas.

Para evitar procesos lingüísticos excluyentes algunos países optan por proteger proactivamente la lengua oficial del Estado (ej. Ley de Uso de la Lengua Francesa), pero otros no contemplan que  lenguas minoritarias  puedan hacer desaparecer la lengua mayoritaria, aceptando la evolución del uso de las lenguas como guiado por el sentido común y factores como la cultura, economía, o competitividad (caso de Reino Unido en el que ni siquiera hay legislación que exprese que el inglés es la lengua oficial). 

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