Opinión

Holodomor energético y coche eléctrico

Hace unos meses, el CEO de Hertz presentaba su dimisión. En 2021, una fuerte apuesta por la electrificación le llevaba a anunciar la

Hace unos meses, el CEO de Hertz presentaba su dimisión. En 2021, una fuerte apuesta por la electrificación le llevaba a anunciar la adquisición de 100.000 vehículos Tesla, 175.000 GM y 65.000 Polestar. La compañía se embarcó en una aventura que ha terminado con la carrera del ejecutivo y con el valor bursátil por los suelos.

En febrero de este año, Volvo anunció que dejaría de financiar a Polestar -su fabricante de vehículos eléctricos- tras la fuerte caída de ventas en EEUU. El mero anunció hizo subir un 20% la cotización de la marca sueca.

Hace apenas un mes el fabricante alemán Mercedes-Benz anunciaba un cambio en su estrategia a medio plazo y ya no será una marca solo de coches eléctricos para 2030.

Hace dos semanas, el presidente de SEAT y Cupra, Wayne Griffiths, dimitió como presidente de ANFAC ante la inacción del Gobierno en favor de la electrificación.

El pasado 15 de junio, el presidente ejecutivo de Stellantis (Peugeot, Citroën, Opel, Fiat-Chrysler), Carlos Tavares afirmaba: "Si no se compran coches eléctricos suspenderemos las inversiones previstas".

Hace apenas unos días, Volkswagen hizo público un cambio en su estrategia eléctrica que pasa por invertir 60.000 millones de euros en motores de combustión.

¿Qué está pasando con el coche eléctrico?

La evolución del hombre ha estado marcada por una implantación natural de las mejoras tecnológicas que, normalmente, han venido de la mano de la iniciativa privada. La sociedad, por imitación, iba extendiendo el uso de las innovaciones y los nuevos productos acababan desplazando a los viejos hasta hacerlos desaparecer.

Sin embargo, en esta transición está sucediendo todo lo contrario. En el capítulo de la movilidad, la sustitución de los coches de combustión interna (gasolina o diésel) por eléctricos, se ha convertido en uno de los pilares de este tránsito a una economía descarbonizada dentro de una sociedad distópica.

Está claro que no hemos aprendido nada de la historia o la hemos olvidado, lo que nos está llevando a repetir los errores del pasado. La planificación centralizada de la economía fue un rotundo fracaso, sin embargo, la UE parece querer reeditar el holodomor en versión energética. Y es que una transición de un modelo de más densidad energética a otro de menos no es natural y, por tanto, está siendo forzado.

En ese contexto, el Parlamento Europeo acordó, en febrero de 2023, establecer un objetivo de cero emisiones en 2035 para nuevos turismos y furgonetas, contribuyendo así a alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050. ¿Existen las infraestructuras y las condiciones económicas y tecnológicas necesarias para ello? Juzguen ustedes.

El dato mata al relato y el dato de hoy es que la ciudadanía no acepta la imposición del coche eléctrico

El eurodiputado holandés Jan Huitema, del grupo Parlamentario Renew, que forma parte del tripartito que sostiene al gobierno presidido por Von der Leyen, fue quien redactó el informe sobre la revisión de las normas de CO2 de la UE para coches y furgonetas nuevos. Si bien en una entrevista, poco antes de la aprobación de la norma dejaba claro que ésta no afectaba a los vehículos adquiridos antes de 2035, ya dejaba entrever un previsible incremento de los costes de mantenimiento, combustible y seguro. Proseguía, el político, afirmando que, aunque el Reglamento europeo permitía el uso de combustibles renovables (biofuel y combustible sintético), éstos serían más caros y, por tanto, se decantaba por los coches eléctricos de baterías, cuyos residuos gestionaría con “diferentes legislaciones”.

La realidad es que uno de los problemas que ha tenido Hertz ha sido, precisamente, el coste de mantenimiento de su flota eléctrica, a pesar de que teóricamente son mecánicas más simples. Pero ya sabemos que una cosa es la teoría y otra la práctica. También es verdad que la electricidad es más barata que la gasolina, aunque eso es porque tiene una menor carga impositiva y de costes fijos, ventaja que no se mantendrá cuando hayan desaparecido los combustibles fósiles.

En cualquier caso, no están hechas las inversiones necesarias para disponer de una red de recarga apropiada a un parque móvil sustancialmente eléctrico; y no es previsible que lo estén para 2035. Además de que esas inversiones encarecerán esta transición.

Respecto de la “solución legislativa” al problema de gestión de los residuos de las baterías, en nada profundizó este eurodiputado, licenciado en zootecnia y sin más experiencia profesional que la política y la vaquería familiar. Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo.

¿En qué situación estamos?

Tras las elecciones del pasado 9 de junio, la UE está pendiente de la formación del nuevo gobierno. Como ya anticipaba hace algunas semanas, lo más probable es que se revalide la coalición de gobierno actual. Sin embargo, somos muchos los que consideramos que las regulaciones energéticas, incluidas las que afectan a la automoción, van a tener que ser revisadas.

En este sentido, Reiner Hoeps, CEO de Mercedes-Benz España, recoge una serie de reflexiones que la marca alemana (cuyo principal accionista es chino) hace respecto de todo este proceso. Afirma Hoeps que las demandas reales del mercado no respaldan la electrificación del vehículo doméstico, tal y como Europa la ha planteado y que el final de los combustibles fósiles no va a ser tan inminente como se había previsto. El “timing” está equivocado y se han tomado las decisiones demasiado rápido.

Y es que uno de los factores que no podemos obviar es que las marcas de coches europeas, que ahora ven con vértigo las perspectivas, apoyaron estas legislaciones pensando que, junto con potentes ayudas públicas, iban a beneficiarse de una rápida y obligatoria renovación de todo el parque móvil europeo de nada menos de 280 millones de vehículos.

Si se quiere culminar con éxito la transición a un vehículo sin emisiones, es fundamental un periodo de transición en el que dispongamos todo el abanico de alternativas

Nuevamente, la realidad contradice a los planes y esas subvenciones públicas no llegan o llegan tarde, la red es insuficiente y los coches con motor de combustión interna son los más demandados, en medio de un desplome de las ventas de eléctricos, a pesar de que industria y gobiernos han fomentado su la mala imagen de aquellos. Afirma el ejecutivo del fabricante automovilístico que un coche diésel de hoy es “fantástico” y “limpio con el medioambiente”, pero que como industria no pueden contradecir la verdad oficial.

Veremos lo que nos depara el nuevo gobierno europeo. Por ahora, han decidido culpar a los chinos de sus propios errores y castigarlos con la imposición de aranceles a la importación de sus coches. Probablemente, antes de retrotraer todo este desbarajuste, también haya alguna que otra represalia contra la industria. En cualquier caso, el dato mata al relato y el dato de hoy es que la ciudadanía no acepta la imposición del coche eléctrico. Si se quiere culminar con éxito la transición a un vehículo sin emisiones, es fundamental un periodo de transición en el que dispongamos todo el abanico de alternativas y que sean los consumidores los que marquemos su duración y ritmo. Hagamos las cosas bien y demos tiempo al tiempo. Vísteme despacio que tengo prisa, dicen que dijo Napoleón.

Francisco Ruiz Jiménez ha sido consejero y miembro del comité de dirección del grupo REDEIA

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