Las gente guapa del barrio de Salamanca entretiene sus tardes en Torcuato, pero hoy está un poco vacío porque es Semana Santa. Empujo la pesada puerta del edificio de Prensa Española. Dos aguiluchos en la puerta y una entrada triunfal. Decía Paco Umbral que “Madrid es el palacio falsomudéjar del ABC, en la Castellana”, y menudo palacio. Sede del periodismo con humor, que es de derechas normalmente aunque haya algunas excepciones. “Desengáñate, Umbral, en este país el humor es de derechas”, le decían a Umbrales, que era la excepción en sus mejores épocas.
Durante la República hubo censura, pero en la facultad de periodismo de la Complu no nos contaban esas cosas y yo me he enterado antes de ayer
Este edificio tiene mucha miga, hay que hacer un recorrido por el lugar antes de decidirse por uno de sus espacios. ABC representa el periodismo tradicional y también sirve para echar una ojeada al mundo que viene. En sus páginas hay periodismo serio y periodismo literario, y a veces hay columnas con un toque de humor. El edificio ha logrado esa síntesis perfecta entre lo clásico y lo moderno, también hay camareros que guiñan el ojo al visitante, como si todo fuera una broma. Poca broma, eso sí, durante la República. Leo que la primera suspensión e incautación de ABC se produjo el 10 de mayo de 1931 y le costó a la familia Luca de Tena más de 830.000 pesetas de las de entonces. Y la suspensión de tres meses y medio en 1932, le costó casi el triple. Durante la República hubo censura, pero en la facultad de periodismo de la Complu no nos contaban esas cosas y yo me he enterado antes de ayer.
La República cerró el ABC, la dictadura voló literalmente el Madrid y el sanchismo ha dejado morir El País para dar lugar a Lo país. Cuando es de izquierdas, la revolución cultural subvencionada por el poder se llama progresismo, ese es el chiste. España tiene el spleen y la estética del cansancio, por el exceso de hipocresía. El hartazgo ante tanta hipocresía hace que crezca la derecha, pero ya hemos dicho que en España el humor es de derechas y aquí la derecha nunca sale a protestar, sino que enfrenta la hipocresía con un chiste.
El Torcuato tiene varias salas diseñadas y decoradas por el interiorista Pepe Leal. En la sala principal, una barra de bar al estilo de los clubes americanos de los 70. Aquí vienen a beber los que están hartos de la democracia subvencionada: “póngame un chupito para aguantar hasta final de mes”, dice un señor. Ese es el momento psicológico de España, con su estética del cansancio. Me reúno ahí con unos amigos de la generación perdida que milagrosamente no están en paro y decidimos que el día de las elecciones vendremos a beber a la penumbra del Torcuato, ajenos a la movida electoral.
No sé si aquí hay más voto ideológico o voto del bolsillo, pero el autónomo o el empresario ya no puede permitirse votar ideológicamente
Hay gente curiosa en el barrio de Salamanca, veo a un dandi vestido con unos pantalones de pinzas y la camiseta por dentro, lo que acentúa un tipín gracioso. Debe de trabajar en una revista de moda. Ah, la filosofía del éxito. No sé si aquí hay más voto ideológico o voto del bolsillo, pero el autónomo o el empresario ya no puede permitirse votar ideológicamente. Que otros se ocupen de la superioridad moral, los autónomos tenemos que levantar el país. Y si en la izquierda sigue habiendo mucho voto ideológico es por la empanada de El País. Ni comunismo ni nihilismo, ni wokismo, lo que hay es una tremenda empanada.
No sé si os he dicho que en este bar restaurante hay máquinas de escribir en la entrada, como un monumento a los periodistas con humor que han pasado por la redacción. En este edificio hoy hay dinero y hasta hay buen gusto, pero no hay periódicos. Si dejaran el ABC en las mesas, el consumidor podría echar una ojeada curiosa al mundo que viene. Desde la terraza observamos el cielo y el spleen de Madrid, con sus personajes mitológicos, sus angelotes y un ave fénix que resurge de las cenizas.
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